Autor: Lapurdi
jueves, 08 de noviembre de 2007
Sección: Sobre los nombres
Información publicada por: lapurdi
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EL OJO: ver y mirar
El ojo tiene un nombre curioso, sobretodo si partimos del latín "oculus", ya que la terminación "-culus" es redundante en muchas palabras. También "ver" y "mirar" se analizan en comparación con el vasco "begui".
EL OJO
Uno de los órganos más apreciados y que nos permite más conocer nuestro entorno es el ojo. Quizás sea este órgano el que más nos diferencia con los vegetales, pues todos los animales los tienen, sin embargo los vegetales no. Supongo que el ojo está en función de nuestras capacidades para movernos libremente, función que no tienen la mayoría de los vegetales. Pero me gustaría ir al fondo de la palabra "ojo" y no perderme en elucubraciones filosóficas en torno a tan noble sentido.
Si nos remontamos a nuestros progenitores lingüísticos conocidos, los clásicos latín y griego, aunque sin descuidar los no tan conocidos como el vasco, tenemos que "ojo" en latín era "oculus", que por enmudecimiento de la "c" intermedia quedo en "ollus" o "ollo", y finalmente "ojo". En griego tenemos dos nombres: "opsi", 'vista, mirada' y "oftalmo", 'ojo', de los cuales han derivado nuestras palabras cultas como: "óptica" o "oftalmólogo". Pero para analizar el significado de esta palabra "ojo", he creído ver una coincidencia entre la "o" de "oculus" y las "o" de "opsi" y "oftalmo". Mejor diría que hay una coincidencia no solo en la "o-" inicial, sino en la "o" más una bilabial que seria "p" en "op-si" y una "f" en "of-talmo". Esto nos lleva a que quizás también el latín hubiera compartido inicialmente esta raiz "op" o "ob", pero que debido al contacto entre dos oclusivas, la "b" y la "c", por facilidad hubiera derivado en "o" sola, absorbiéndose la "b" en contacto con la próxima "c". Por lo tanto, podemos sospechar de un anterior "ob-culus".
Nos preguntaremos, pues, que puede significar la raíz "ob". Creo que es interesante compararla con palabras como "ovo", 'huevo' en latín o "uva", "oval", etc. En estas palabras vemos el carácter redondo de los objetos descritos por tan pequeña palabra. También tenemos el prefijo "op/ob", como, por ejemplo en la misma palabra "ob-jeto", en donde no está nada claro el posible carácter de redondez de "ob-jeto", sino de posesión de algo por un sujeto, que es alguien que por definición sujeta, abraza, sostiene, esa cosa u "ob-jeto". Si nos vamos un poco de nuestro latín y vemos el vasco nos daremos cuenta de que tiene un verbo, "obatu", que quiere decir , precisamente, 'agarrar, abrazar', con una raíz "oba", que indica aquello que podemos sujeta, agarrar, abrazar, rodear. Y es aquí donde volvemos al concepto de "ob" como redondo, ya que aquello que agarra, rodea una cosa, adopta la forma de redondez, de circulo, de envoltorio.
En el caso del ojo está clara su forma esférica, envuelto dentro de los párpados, que como cortinas o puertas levadizas, envuelven, cogen, rodean, protegen y agarran el ojo. Así, si ya podemos identificar la raíz "ob" de "ojo", podemos continuar preguntándonos: cuales son las raíces que aparecen junto a ella: "-talmo" en "of-talmo", "-si" en "opsi", y "-culus" en "o-culus"? No entraré por falta de conocimientos en griego, pero si quiero hacerlo en el latín "culus". Este morfema "culus" lo vemos aplicado tanto a miembros o órganos del cuerpo, como a los más variados contextos y cosas, lo que nos va a desconcertar en un principio. Al lado de "auri-cula", 'oreja' en latín, y por otra parte tan cercano fonética, semántica y espacialmente con "oculo", tenemos el "ventri-culo", el "testi-culo", otras como "vehí-culo", "espectá-culo" o "matrí-cula". En principio creo que lo más fácil es darle a "culus" un valor morfematico, porque nos sirve para determinar algún tipo de palabra. Relacionando la terminación "culo/a" con otras palabras que también contienen esa raíz, vemos que en todas ellas se expresa un lugar donde se hace 'evidente una extracción', donde se muestra algo que se saca, que sale, que se coge, que se extrae (colectar, cuello, cola, etc.). De aquí que su valor semántico sea el de: 'el lado que es extraído'. Esto aplicado a órganos nos muestra el lugar en donde se extrae, sale, o, también, donde el cuerpo saca determinados órganos. En el caso del "ventri-culo", podemos determinar el lugar donde se extrae el "ventri-", o "vientre", y este "vientre" lo podemos definir como el lugar donde "viene" a parar, ya sea la sangre (en el caso del corazón), o las materias alimenticias en caso del vientre. En la "audi-cula" o "oreja" podemos definirla como el lugar donde se extrae el órgano definido por estar al lado, "alde"/"aude", y en "oculo" donde se extrae el órgano redondo, envuelto. Quizás sea una explicación muy obvia para "ojo" y una perogrullada, pero hay que tener en cuenta que la formación de la lengua había de partir de conceptos muy sencillos, que ahora nos parecen obvios, pero no en aquel momento.
De "oculus" creo que también se deriva o, quizás ambos derivan de una lengua anterior, el verbo vasco "ikusi", 'ver', cuando "ojo" en vasco es "begui", que curiosamente no tiene relación con su correspondiente verbo "ikusi", 'ver', pero si, como veremos en el otro capitulo, con "video", 'ver' en latín. Es, pues, una inversión: el latín "oculus" tiene que ver con el vasco "ikusi", i el vasco "begui", ojo, tiene que ver con el latín "video". La evolución de "oculus" que llevó a perder la "o" inicial en el vasco "kus" hizo que en nuestros idiomas romances fuera la "c" intermedia la que se perdiera, quedando "ollo" de un anterior "ocullo". La evolución lógica debió ser de "cul" hacia "cull" palatizando la "l", y después de "cull" hacia "cux" o "cuj", dando un último paso en el vasco hasta "cus", que con los morfemas típicos de los infinitivos verbales quedó en "i-kus-i".
Ver y mirar
Es curioso que de “ojo” haya derivado verbos como “ojear”, pero que el principal para indicar la acción es “ver”, y también, no deja de extrañar que de “begui”, ‘ojo’ en vasco, haya derivado el verbo “beguira”, ‘mirar’, cuando el verbo normal es “ikusi”, ‘ver’.
Pero pasemos a analizar concretamente el verbo “ver”, proveniente de “video”, ‘ver’ en latín. En “video” vemos una similitud más que sospechosa con “begui”, ‘ojo’ en vasco, y más si tenemos en cuenta que ciertos derivados de “begui” lo hacen cambiando la raíz a “t” en lugar de “g”, como “bet-oker”, ‘bizco’, o “bet-ile”, ‘pestaña’. ¿Cual podría ser la explicación del cambio de “g” a “t”, nos podemos preguntar? Yo creo que el lexema básico, nuclear, de “begui”, es “bi”, ‘dos’ en vasco y también en castellano. En esto creo que coincido con algunos autores vascos. La terminación “gui” o en algunos casos en “t-“ creo que podría responder a un plural: “-ek”, o también a un plural antiguo: “-et”, que darían el matiz a “begui” de ‘los dos’, en plural, ya que lógicamente son dos, plural. Es una definición lógica para un órgano cuya característica más notable es su duplicidad, su paridad. Si optamos por que fuera el plural predominante en una época lejana “et” en lugar de “-ek”, tenemos ya la raíz para el futuro verbo “video”, que seria algo así como: “bi-et”, que por facilidad de pronunciación derivó en “bet-“ y “vid-“, bases de las raíces “bet-“ de “betoker” i “vid-“ de “video”, ya que “-eo” es la terminación típica de los verbos latinos.
Para finalizar analizaré el verbo “mirar” que añade una diferencia con el verbo “ver”, siendo el primero más intencional y el segundo más natural e inconsciente. En vasco de “begui”, ‘ojo’, o mejor: ‘los dos’, se forma “beguira”, ‘mirar’, donde el nombre “begui” adquiere un morfema, el del caso adlativo vasco, tan utilizado en esa lengua. El hecho de utilizar este caso, con la terminación “-ra”, nos indica un traslado, una direccionalidad hacia donde uno va o se dirige, nos hace comprender que “mirar”, también en vasco, quiere decir orientar los ojos hacia un lugar, disponer la mirada hacia una cosa. De hecho es lo mismo que el verbo “mirar”, que en su misma raíz “mir-“ indica: ‘llevar hacia el interior aquello que se desprende’, definición que nace del análisis de dos subraíces: “m-“ y “ir”. Esta segunda tiene el sentido de ‘llevar hacia dentro’, por lo tanto captar la luz que proviene del exterior, tal y como hace el ojo, que actúa como una cámara fotográfica, y “m-“ , un simple fonema que indica ‘aquello que se produce, que se desprende, que cae’, ya que por ser un simple fonema tiene un sentido concreto pero amplio a la vez. “Mirar” seria, pues, el hecho de ‘llevar hacia dentro aquello que se desprende’, es decir: captar la luz que desprende un objeto, al cual miramos.
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Comentarios
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¿Que es más profundo, ver , mirar o admirar?
¿Video proviene de UID o VID (sánscrito) de donde deriva WIS (wisdom, sabiduria) VIS/VID para vidente. ?
¿MIRA...miracle, miracolo, milagro...ADMIRABLE...admirabilis?
En linguistica es muy dificil"afirmar" o dar por buena alguna hipótesis, que claro que se vale formularlas.
Desde el punto de vista técnico su análisis es interesante y se salva cuando usa la palabra "creo". Si me permite, le recomendaría la revisión atenta de los primeros catálogos comparados publicados: Hervas en 1784 y Pallas en 1786, además del trabajo de W. Jones de 1786. Sin olvidar a Maoller, Sapir, Collinder y Trombetti. Y ya en nuestros tiempos sería bueno consultar las obras de Mauricio Swadesch
Habrá que añadir que la linguística comparada, es una ciencia muy joven que carece de rigores metodológicos comparables a otras ciencias. Sin embargo su propuesta se atreve a dar pistas sobre las relaciones y origenes de algunas palabras esenciales. Señalo también que no es lo mismo un sustantivo que un verbo. Estos últimos merecen una investigación mucho más intensa y extensa ya que contienen al tiempo como ingrediente esencial. Las visiones históricas que las culturas han tenido sobre el tiempo son diferentes. Y los términos usados en las mismas culturas, se transforman segun el tiempo y más si son verbos. Los sustantivos son "estables" y las modificaciones estructurales que experimentan, ofrecen línes de investigación más seguras.
Luego esta el contexto, y aqui sí comienza la rebatinga, ya que los contextos contienen partes activas y pasivas que están en constante movimiento, las relaciones texto-contexto son asi.
Una palabra fuera de contexto, no es como una rana disecada en un lAboratorio. La epistemología adaptada a la filología, la linguística, la semántica. la semiótica y la proxémica, apenas esta haciendo migas para ser bien recibida. Usted sabrá que segun el plano contextual, los términos se modifican en forma y en significado. Y que la linguística es más que etimologías comparadas.
Le felicito en su intento comparativo y le pediría una visión ampliada en sus referentes y consecuentes, para poner a cada raíz en su nivel liminal, distal y proximal y asi darnos cuenta de sus aproximaciones, interesantes y atrevidas, para que se conviertan en iluminadoras.
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