Autor: publiocarisio
martes, 20 de diciembre de 2005
Sección: Artículos generales
Información publicada por: publiocarisio
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La presa de Proserpina no es romana
Copio a continuación un artículo surgido hoy 20/12/2005 en el periodico regional Hoy de Extremadura:
UNA INVESTIGACION DE CINCO AÑOS SOBRE LA PRESA DE PROSERPINA DESCARTA SU ORIGEN ROMANO
El arqueólogo e investigador Santiago Feijoo,que en la actualidad coordina la excavación del convento de San Andrés,ha abierto un importante debate científico en España al publicar las conclusiones de una investigación que ha durado cinco años y que rompe una de las grandes tradiciones de Mérida:el origen romano de la presa de Proserpina.
Su investigación defiende que la presa fue construida en época altomedieval (entre los siglos VIII y X) para lo que aporta numerosos datos,así como un importante conjunto de fuentes bibliográficas y comparativas.Su trabajo se hizo público hace unos meses en el salón de actos del Museo Nacional de Arte Romano,con motivo de la presentación del número 8 de "Monografías Emeritenses",una publicación especializada del Museo Nacionalde Arte Romano,de difusión internacional,y que recogía por primera vez su trabajo,titulado "Las Presas y los Acueductos de Agua Potable,una Asociación Incompatible en la Antigüedad;El Abastecimiento en Augusta Emerita".
Este trabajo,que ya ha protagonizado un encendido debate en los foros especializados de internet,ha despertado el interés de la comunidad científica,y Santiago Feijoo ya ha sido invitado a participar en congresos para explicar su tesis.Feijoo parte de la base de que era imposible que el Acueducto de los Milagros,que surtía a una parte de la ciudad en época romana,captara el agua de un embalse,ya que hasta el siglo XIX los humanos no se abastecieron nunca de agua embalsada.
De hecho,el caso de Mérida sería algo único en todo el área mediterráneo,incluidas las zonas más desérticas.
En el siglo XIX,el impresionante crecimiento de las urbes obligó a buscar sistemas alternativos de abastecimiento y se empezó a captar aguas de menor calidad,"lo que redunda en una serie de epidemias que caracterizan a todo el siglo XIX.Si la peste fue el azote del siglo XVII,la viruela del siglo XVIII,el cólera se cebó en el siglo XIX".Esta situación continuó hasta comienzos del siglo XX,cuando empieza a utilizarse la cloración continua del agua.
De hecho,los romanos construían los acueductos buscando buenos manantiales a kilómetros de distancia justamente para paliar los problemas de salubridad basándose en tres principios básicos,que recogió Vitrubio en su obra "Los Diez Libros de Arquitectura"
El primero era que debía protegerse el agua de la luz,por lo que toda construcción que captara o llevara el agua debía ser Abovedada."Las conducciones que tenemos en Mérida siguen este mismo precepto.Todos los canales en su recorrido completo estaban Abovedados,lo que constituye una total contradicción si se estaba captando de un embalse donde el agua había estado al aire.
Resulta inconcebible que se realizara el esfuerzo de cubrir decenas de kilómetros de canal para proteger el agua,si ya desde su comienzo se tomaba de un lugar expuesto continuamente a todo tipo de contaminación",defiende Feijoo en su trabajo.
El segundo principio que seguían a rajatabla los romanos era el de la temperatura del agua potable,que debía mantenerse fría para evitar la proliferación de organismos patógenos,por lo que resultaba importante mantener cerrado el canal.
El tercer principio era la necesidad de proteger el agua destinada al consumo de agentes externos,ya que cualquier materia descompuesta puede deteriorar su calidad.
Santiago Feijoo argumenta que resulta difícil de creer que el emperador realizara una inversión tan costosa como el Acueducto de los Milagros para llevar "agua verde" a los emeritenses,sino que más bien esta obra sirvió para llevar a los ciudadanos agua pura procedente de los manantiales que existen en la zona,y que ahora surten a Proserpina.
Uno de los argumentos más importantes de su tesis es que la cota de la presa original de Proserpina no llega a la de la conducción que lleva el agua a Mérida por lo que estos dos elementos no pudieron funcionar juntos,defiende el investigador."No tiene sentido,y por ello nosotros creemos que,al igual que en Cornalvo,el acueducto de los Milagros no tiene ninguna relación con la presa de Proserpina,habiéndose realizado ésta en un momento posterior para embalsar los manantiales que antes lo surtían,que sabemos que existían pues se localizaron varios al vaciarla para quitar los limos a comienzos de los 90".
Otro de sus argumentos es el tipo de construcción utilizado en la presa.La fábrica romana tiene un sello característico,y la presa original "no lo tiene".Al contrario,se parece mucho a la que se encuentra en época Altomedieval;la sillería no tiene huellas de las grúas romanas,y las juntas son sinuosas,no horizontales,y bastante anchas,cuando la mayoría de las romanas normalmente no llegan al milímetro.
Algunas hiladas están compuestas por sillares muy estrechos y alargados,hay ripios de gran tamaño,y no hay formato de ningún tipo,sino que cada sillar es completamente diferente al resto.
En opinión de Feijoo,es complicado achacar estas diferencias a que esta sillería iba a estar sumergida "pues la arquitectura del Imperio se caracteriza por un rigor casi matemático:quizás se cuidara menos la sillería en estos casos,pero hacer las hiladas sinuosas lo vemos muy difícil,ya que responde,junto con los otros elementos,a una concepción constructiva completamente diferente",explica el investigador.
El mismo origen dudoso romano tiene para Feijoo la presa de Cornalvo,cuyo canal pasa por debajo de la pared hasta la torre de toma,y tiene continuidad además aguas arriba de la presa siguiendo varios cientos de metros.En su opinión,el canal es anterior al embalse,y éste es posterior al acueducto.
Respecto a su sistema constructivo,el único elemento romano que se aprecia en Cornalvo es la llamada Torre de Roma,dotada de puertas y ventanas por lo que resulta muy difícil explicar su función dentro de un embalse,"como no sea el de servir a los peces",bromeó ayer Feijoo.
"La presa romana de Cornalvo puede ser una entelequia a la que ha contribuido no poco la existencia de la torre de toma.Es muy ilustrador seguir el proceso historiográfico por el cual se ha fraguado su existencia:primero se ha asociado la presa con el acueducto presuponiéndose de forma natural que si éste es romano,la presa también lo era",señala.
El autor recuerda que ya se ha planteado anteriormente el hecho de descartar el origen romano de unas presas consideradas tradicionalmente de esa época.
El caso más reciente fue planteado por el arqueólogo Luis Caballero,muy conocido en Mérida por haber participado en la excavación de Santa Eulalia y otros yacimientos en Extremadura.
Caballero publicó en 1999 un trabajo en el que demostró que las cinco presas que rodean el monasterio de Santa María de Melque (Toledo) eran de cronología posterior a la romana,y fueron construidas entre los siglos VII y IX.
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MARCOVITO, la nomenclatura actual de la Presa de Proserpina es muy moderna y nada tiene que ver con su nomenclatura antigua o tradicional, porque desde los árabes fue llamada Estanque de la Albuhera o Charca de la "Albufera," según se prefiera, en su significado de "La Laguna".
El insigne geógrafo Pascual Madoz, en su Diccionario Histórico-Geográfico de Extremadura (1845), la llama de esta manera y dice que .."era el depósito de todas las aguas que por medio de soberbios acueductos se conducen a la ciudad para repartirlas a los molinos que había dentro de sus murallas"..."y para el riego de los enormes jardines, letrinas y para las fábricas de curtidos y demás oficios". No dice en ningún lugar que sirviera para el abastecimiento, con aguas potables para beber, de la romana Mérida, pues este abastecimiento estaba asegurado con las aguas subterráneas, totalmente potables, de la conducción de Las Arquitas, también llamada "RAbo de Buey", cuyas aguas frescas proceden de una captación, mediante largas y profundas galerías, realizada en unas tobas calcáreas muy permeables situadas al norte de la ciudad.
Esta captación romana de Las Arquetas aún se encuentra en pleno funcionamiento y puede proporcionar un caudal medio de unos 30 litros/segundo, suficientes para una población de unos 20-30.000 habitantes en época romana, que se abastecerían de agua potable con varias fuentes públicas repartidas por las calles de la Colonia.
Respecto a algunas cuestiones que apunta jugimo, es cierto que Madoz (y también Moreno de Vargas) dice que el uso de las agua era para industrias, jardines, letrinas, etc. Sabían que no era para beber.
Pero hoy sabemos más, sobre todo algunos detalles importantes:
1 -Las industrias dentro de la ciudad son mínimas, las que necesitan agua se sitúan cerca de los ríos o captan de norias y pozos, igual que los jardines. No necesitan del acueducto. No tiene sentido esta conducción para las industrias.
2 - La tipología del acueducto de los Milagros es de agua potable, subterráneo y Abovedado (si fuera para molinos, riego o industrias los canales van a cielo abierto). Termina en una fuente pública, seguramente un ninfeo Si la querían para regar ¿para qué protegerla? Si la querían para beber, es incompatible con un pantano. Los romanos no eran tontos.
3- El acueducto de San Lázaro es muy difícil que abasteciera a toda la ciudad. Por cotas no llegaría al cerro del Calvario (un tercio del área urbana), salvo que existiera un enorme sifón u otro acueducto dentro de la ciudad para llevarla allí. Cuestión sumamente improbable. Además, sabemos que una ciudad romana gasta mucha agua y, como nadie mejor que tú sabe, aquí hay poca. Por ello, en mi opinión, necesitaron tres acueductos para cubrir las necesidades. Todos ellos potables.
Otra cosa que dices es:
“Quiza todos tengan algo de razón porque estas obras están sujetas, a través del tiempo, a múltiples reformas y reconstrucciones.”
La cuestión está en la primera etapa de la presa, si esa no es romana, lógicamente las otras no lo son. En el artículo se analiza justamente esta primera etapa, y no sigue para nada lo que hacen los romanos en Mérida, aunque es clavadita a aparejos altomedievales. Lo que, unido a todo lo demás, permite aventurar, incluso sostener a viento y marea que Proserpina no es romana. Ni Cornalvo, que siempre se nos olvida.
Abrazos
Alicia, pardiez, que el lavadero de lanas es un cortijo. Es un complejo agropecuario que dentro de su cerca principal consta de: casa señorial, iglesia, cuadras de ganado bovino, equino y, sobre todo, ovino; campos de lAbor, molinos, almacenes, jardines, escudo nobiliario y.... ¡un formidable lavadero de lanas con su espacio para secadero, viviendas de los peones, etc... Osease, lo que se llama vulgarmente un cortijo.
Y en cuanto a que está reutilizada, ya no sé cómo explicarlo. Este, es un término muy común en Arqueología de la Arquitectura, con un significado inconfundible: Un fuste de columna del Templo de Diana está en su sitio original, pero cuando se saca de allí y se pone en otra construcción, entonces se dice que está reutilizada. Ya-no-esta-en-su-sitio-original.
Si la inscripción estuviera en el santuario (o lo que sea) de Proserpina, pues vale, pero como bien citas a Gregorio Fernández y Pérez, testigo en 1832:
"está colocada en un poste de los arcos que cubren el cubertizo (sic) ó apartadero de lanas en el lavadero que está fabricado por bajo de la misma charca".
Luego está reutilizada.
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