Autor: DRAKE
martes, 27 de septiembre de 2005
Sección: De los pueblos de Celtiberia
Información publicada por: drakerm
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La Civilizacion de la Tène

La civilización de La Tène, que puede considerarse esencialmente céltica, caracterizó todas las regiones europeas que conocieron la dominación de los celtas prerromanos.

Hacia 500 a. C., mientras en Europa centroseptentrional se agotaba la cultura de Hallstatt, más al Oeste se desarrollaba y extendía la de La Tène, así llamada por la estación prehistórica homónima descubierta a orillas del lago Neuchâtel, en Suiza.
Esta nueva cultura se prolongó hasta la conquista romana y, en algunas áreas, hasta época más tarda: así, en Irlanda, Escandinavia y Alemania septentrional, esta fase prehistórica perduró hasta la cristianización.
La civilización de La Tène, que puede considerarse esencialmente céltica, caracterizó todas las regiones europeas que conocieron la dominación de los celtas prerromanos. Centrados originariamente en torno al Rhin y a la región alpina, los celtas (keltói para los griegos, galli para los romanos), que hablaban idiomas pertenecientes al sistema lingüístico indoeuropeo, estaban organizados en tribus de guerreros. Su rápida expansión por Europa puede explicarse por la perfección alcanzada por la metalurgia del hierro y por los medios ofensivos de que disponían: flechas, lanzas, hachas de hierro, etc.
Desde la región renana, que siempre constituyó el eje de su poderío, los celtas se esparcieron, entre los siglos VIII y II a. C., por casi toda Europa, dejando testimonio de su expansión en el nombre de numerosas regiones: Gales, Galicia española, Galit-zia polaca, etc. Hacia el Oeste sometieron la región francesa (Galia) y penetraron en España por ambos extremos de los Pirineos para extenderse por la cuenca del Ebro. De allí debieron de ascender hasta la meseta para alcanzar luego, Duero abajo, el noroeste de España. Fundidos con la población indígena, originaron áreas de cultura post-hallstática que evolucionan con independencia hasta su posterior contacto con las colonizaciones propiamente históricas (fenicios, griegos y romanos). Señalemos entre esas culturas la celtibérica (Numancia es su mejor estación), la de los verracos (una muestra de los cuales son los toros de Guisando) y la de los castres (entre los que destacan el monte de Santa Tecla, en Galicia, y la citania de Briteiros, junto a Guimaraes, en el norte de Portugal).
Otros grupos se dirigieron hacia el Norte, atravesaron el canal de la Mancha y se extendieron por Britania, sometiéndola en breve tiempo.
Las incursiones celtas también se dirigieron al Sur: en el siglo IV a. C., Bohemia y la región del Danubio medio estaban ocupadas por asentamientos celtas. En la misma centuria, tribus célticas penetraron en Italia, donde se enfrentaron al poderío etrusco, y se establecieron en la llanura del Po (Galicia Cisalpina). Cien años más tarde, grupos celtas penetraron aún más hacia el interior, atacaron los reinos helenísticos, conquistaron Tracia y pasaron al Asia Menor, estableciéndose en una región que de ellos tomó el nombre de Galacia.
Estos pueblos, cuya cultura era, inicialmente, la típica de las comunidades de guerreros y agricultores seminómadas, al extenderse las conquistas asimilaron los conocimientos técnicos de los pueblos más avanzados con los cuales entraron en contacto (etruscos, griegos). A los celtas se debe el perfeccionamiento de los métodos de transformación y fusión del hierro. De sus talleres artesanos salían cerámicas de óptima factura, adornos esmaltados, armas y carros. El comercio podía servirse de una red de comunicaciones bien desarrollada. Pero no obstante su dominio sobre extensos territorios y un general sentimiento de solidaridad étnica, a los celtas les resultó siempre extraña la idea de un organismo estatal que superase los límites de cada tribu.


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T. G. E., Les celtes, Arthaud, París

A. Arribas, Los iberos, Aymá, Barcelona

P. Bosch-Gimpera, El problema indoeuropeo, Universidad Nacional Autónoma, México, 1960.

A. García Bellido, Veinticinco estampas de la España antigua. Espasa-Calpe, Madrid


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Comentarios

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  1. #1 verracus 15 de sep. 2005

    "Fundidos con la población indígena, originaron áreas de cultura post-hallstática que evolucionan con independencia hasta su posterior contacto con las colonizaciones propiamente históricas (fenicios, griegos y romanos)"

    Drakerm, si esta frase está referida al área geográfica de la Península Ibérica, como parece deducirse del contexto, ¿no crees que te has saltado un eslabón?

    saludos

  2. Hay 1 comentarios.
    1

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