Autor: abilik
martes, 13 de septiembre de 2005
Sección: Artículos generales
Información publicada por: abilik


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Prisciliano y los que andaban descalzos

Prisciliano de Ávila es probablemente el primer ejecutado por el poder político del continente por ser considerado un hereje por la iglesia cristiana, adelantándose en casi 1.000 años a las víctimas del Santo Oficio. ¿Tan peligrosas fueron sus ideas? ¿Fue su ejecución vital para el desarrollo en Hispania de la primitiva iglesia cristiana? ¿Deberíamos hoy hablar de "Prisciliano de Compostela", en vez de Santiago?

Cronología de una persecución

Cuando comienza a difundir sus ideas, alrededor del año 375, Prisciliano es un seglar de clase alta, originario de algún lugar de la provincia romana de Gallaecia. Prisciliano promueve una espiritualidad profunda, introspectiva, cercana al esoterismo y a los poderes del cosmos.

Las teorías de Prisciliano heredan gran parte de las ideas heréticas de los maniqueos, en contra de preceptos fundamentales de la iglesia cristiana. Los seguidores de Prisciliano dejan que las mujeres lean la Bilbia en casa de hombres con los que no tienen parentesco, ayunan los domingos, se retiran a las montañas, usan el zodíaco como referencia, y andan descalzos. ¡Jesús llevaba sandalias! Ir descalzos demuestra una afinidad con muchos rituales paganos, sobre todo agrícolas.

En el año 381 queda vacante la sede obispal de Ávila, y dos obispos afines a Prisciliano lo consagran como obispo. Esto es algo intolerable para la iglesia, por lo que se decide enviar una protesta al obispo de Roma, que en aquel momento es Dámaso, hispano. Prisciliano opta por ir a Roma a defenderse. Pero Dámaso ni siquiera recibe a Prisciliano, por lo que éste se traslada a la corte imperial de Graciano en Milán.

Allí, mediante un soborno, logran cambiar el curso de los acontecimientos: se abre una investigación contra los obispos que lo habían denunciado y se decreta que su causa se tramite en Hispania. Pero en aquellos momentos otro hispano, Magno Máximo, se rebela contra el emperador Graciano. Tras derrocarlo, Máximo supone que una postura antipriscilianista será una forma de ganarse el reconocimiento como emperador por parte de la iglesia y del propio Teodosio, el emperador de Oriente, que lo tenía por un usurpador.

Así que convoca un concilio de obispos en Burdigala para juzgar a Prisciliano. Pero éste rechaza acudir y solicita que su caso sea tratado en un tribunal secular en Tréveris, la nueva sede imperial de Máximo. Su petición es aceptada, ya que en cierto modo resultaba muy incómodo para la iglesia que Prisciliano asistiese al concilio de Burdigala, porque eso sería una forma de confirmarlo como obispo de Ávila. En Tréveris Prisciliano y los suyos son finalmente juzgados, condenados por "maleficium" y ejecutados.

Las consecuencias

La ejecución de Prisciliano fue en realidad un error, porque más que mitigar su influencia, la engrandeció. Más de cien años después de su muerte, sus teorías seguían vigentes en la Gallaecia sueva, tal vez como una forma de distinción frente al reino visigodo.

Además Prisciliano tuvo mala suerte, ya que su batalla se libró en medio de dos guerras de mucha mayor trascendencia. La primera, la lucha encarnizada de la iglesia cristiana por lograr la hegemonía religiosa sin fisuras en un imperio romano en plena descomposición, y la segunda, la lucha por el poder entre los distintos gobernantes del imperio. Si la iglesia cristiana hubiera estado más segura de sí misma, y si Máximo no hubiera usado un asunto religioso como arma política, el destino de Prisciliano hubiera sido diferente, fueran cuales fueran sus teorías.

Finalmente, cabe preguntarse si la "invención" de la tumba de Santiago en los confines del "campus estellae" terrenal se debió a una necesidad de cristianizar el ritual herético de visitar la tumba del obispo de Ávila. Puestos a creer, cada uno que crea lo que más a gusto le deje.


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Comentarios

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  1. #1 lucusaugusti 14 de sep. 2005

    Abilik :
    Y si tenemos en cuenta que en la Gallaecia, de donde procede Prisciliano, ya existían cuatro siglos de historia romana, podríamos ir para atrás en tu línea de relaciones y encontrar un poco de luz.

    Yo creo que Prisciliano es eslabón de un culto principal en el occidente del Imperio y que tiene su lejano origen en los Collegia Fabrorum romano. (Así se cierra el circulo de tu cadena).

    Antes que Prisciliano existió un último suspiro cuando Magnencio se coronó en Autum y acuñó su interesante moneda con el símbolo de Arkho.

    Propongo como juego:

    Collegia Fabrorum -- > Prisciliano --> Regla de San Benito --> Bernardo de Claraval --> Templarios --> Masones

  2. #2 joselito 17 de sep. 2005

    3) Prisciliano. Fundador de un movimiento religioso que tuvo una gran difusión en Gallaecia (en el pueblo y también en el clero) durante más de un siglo, sobre todo después del muerte por decapitación el año 385 de Prisciliano, por inmoralidad y magia, en Tréveris por orden del emperador Máximo. Es el primer hereje condenado a muerte por el brazo secular.

    El priscilianismo constituye l hecho diferencial importante de la historia de Galicia en el plano de la religiosidad popular y culta. El galleguismo reinvindica a Prisciliano potenciando su recuerdo como mártir [8], al igual que sus seguidores en el siglo V y VI. Son indudables los orígenes judeocristianos de la predilección por los mártires como factor pedagógico de la intelectualidad galleguista. Prisciliano inicia una lista que termina en el verano de 1936 con la muerte de Alexandre Bóveda, dirigente del Partido Galleguista.

    5) Santiago. Sin duda el mayor mito de la historia de Galicia, que el culto jacobeo se trasformó en una tradición española y europea que dura ya once siglos. No se ha probado que el cuerpo de Santiago el Mayor corresponda con los restos encontrados hacia los años 20 del siglo IX en un sepulcro romano, en el lugar donde después se edificó la actual capital de Galicia [13]. La larga duración de la creencia colectiva en la predicación, traslación y enterramiento del Apóstol Santiago en Galicia, y la acción de la Iglesia y de la monarquía, ha producido tales realidades históricas, religiosas y culturales, económicas y políticas, en torno a Santiago y al Camino de Santiago, que la vieja polémica sobre la invención del sepulcro ha quedado relegada. El historiador actual evita terciar en ella y parte del sobresaliente hecho histórico que supuso y supone para Galicia el culto jacobeo y sus consecuencias materiales [14].

    Ciertamente el mito de Santiago no es una invención de historiadores, elAborado en el siglo IX se convierte en sí mismo en una verdad histórica que el historiador está obligado a reconocer. No obstante, subiste el dilema -principalmente político- sobre sí el historiador debe ejercer o no su función crítica en relación con el carácter incierto y legendario de los orígenes de la tradición jacobea. En todo caso, lo incierto de la existencia de los restos apostólicos en el edículo descubierto no afecta a la realidad de la creencia colectiva secular.

    ¿Qué juicio mereció para la historiografía nacionalista la inventio jacobea? El catolicismo de buena parte de los teóricos galleguistas animó la reivindicación de Santiago como enseña de Galicia: "a invención do corpo do Apóstolo -¿Prisciliano ou Sant-Iago?- fixo da nosa Terra un centro de universalidade" [15]. En 1920 las Irmandades da Fala instituyen la fiesta del apóstol, el 25 de julio, como el Día de Galicia. A pesar de todo, el Castelao republicano (que no deja de hacerse eco de la tradición alternativa priscilianista) se desmarca del Santiago guerrero, matomoros, Patrón de las Españas, y juzga que fue un grave error el papel asumido por Santiago, en nombre de Galicia, en la Reconquista "que sóio redundadaría en proveito e groria de Castela" [16], haciendo culpable a Santiago -y al renacimiento urbano medieval- del retroceso del independentismo medieval [17]. Esta ambivalencia (Santiago gallego y universal, sí; Santiago y cierra España, no) se vuelve a producir con otros mitos relevantes de la historiografía galleguista (Xelmírez, nobleza del siglo XV, irmandiños).
    Mitos y hechos históricos. Carlos Barros

  3. Hay 2 comentarios.
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