Autor: A.M.Canto
lunes, 22 de enero de 2007
Sección: Noticias
Información publicada por: A.M.Canto
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ESTRABÓN A LOS ESPAÑOLES DEL AÑO 2005
A la vista del debate surgido últimamente en toda España, y más concretamente aquí (en el foro “Ibarradas”), a propósito de los enfrentamientos verbales entre políticos extremeños, andaluces, vascos, catalanes, castellanos, baleares y de los demás pueblos de esta vieja piel de toro, agraviados como de costumbre, me ha parecido oportuno recordar un dictamen sobre nosotros del geógrafo griego Estrabón de Amasía, que escribió en Roma, entre las épocas de Augusto y Tiberio, una descripción del mundo.
A la vista del debate surgido últimamente en toda España, y más concretamente aquí (en el foro “Ibarradas”), a propósito de los enfrentamientos verbales entre políticos extremeños, andaluces, vascos, catalanes, castellanos, baleares y de los demás pueblos de esta vieja piel de toro, agraviados como de costumbre, siempre desmemoriados del pasado y de los peligros de calentarse la boca cuando llega el verano, y más preocupados de sacudirse entre ellos que de unirnos para ser algo fuerte dentro de Europa, me ha parecido oportuno recordar este dictamen del geógrafo griego Estrabón de Amasía, que escribió en Roma, entre las épocas de Augusto y Tiberio, una descripción del mundo. En su libro III, dedicado a Iberia, capítulo 4, parágrafo 5, decía esto de nosotros:
”En realidad, podría pensarse que la causa de las expediciones coloniales de los griegos hacia los países bárbaros fuera el hecho de que los griegos estaban divididos en pequeñas regiones y soberanías que, por la pasión de su autosuficiencia, no querían tratos con las demás; y, por culpa de ello, tenían menos fuerza frente a los invasores que venían de fuera.
Este mismo afán de independencia, creo yo, se da con particular intensidad entre los hispanos, ya que por naturaleza tienen las dos características de la bribonería y la hipocresía. Por sus modos de vida se convirtieron en agresivos y ladrones, uniéndose sólo para pequeños objetivos, sin arrojarse nunca a grandes empresas, porque se niegan a formar una gran potencia ni a confederarse.
Es seguro que, si ellos hubieran querido formar como un escudo unos con otros, en primer lugar no hubiera sido posible para los Cartagineses vencerles y subyugar a la mayoría de su país con la superioridad de su ejército. O, todavía más atrás, que los fenicios consiguieran lo mismo, y después de éstos aquellos Celtas que ahora se llaman Celtíberos y Berones. Ni, en segundo lugar, en tiempos más recientes, haber caído en manos del bandido Viriato, en las de Sertorio, y en las de cualquier pueblo que quisiera codiciar su territorio. Los mismos romanos, desde que llevan la guerra contra los hispanos por sectores, atacando cada región por separado, gastaron bastante tiempo en dominar esto, venciendo primero a una tribu y luego a otra hasta que, aunque han pasado doscientos años o algo más, ya los tienen a todos bajo su control.”
Hasta aquí Estrabón, y no es moco de pavo lo que cuenta de nosotros. Pero, si se me permite, voy a terminar el listado de invasiones que él empezó. Porque, naturalmente, Estrabón no llegó a saber que los Romanos se quedaron aquí casi cuatro siglos más, y que después de ellos, y con relativa facilidad, también invadieron la Península (y, como suele decirse, “hasta la cocina”) varios grupos de bárbaros centroeuropeos: Suevos, Vándalos, Alanos y, finalmente, los Visigodos. Luego llegaron los Bizantinos, aunque tuvieron que conformarse con un buen mordisco en el sureste. Poco después nos invadieron también los musulmanes, éstos invitados merced a las disensiones internas godas. Vistas las cuales, y la poca resistencia de los ibéricos mismos, que casi les veían como liberadores, aprovecharon para pasar en mayores cantidades y quedarse, y en total más tiempo que los romanos: Primero los Árabes de Damasco, con los Bereberes norteafricanos, luego, fatalmente divididos los anteriores en las consabidas y malquistadas Taifas independientes, dieron lugar a la invasión de los Almorávides, seguidos de los Almohades. A mitad de esta época, en 1139, los futuros portugueses se separaron de Castilla para siempre (exceptuando el llamado “intermedio filipino”, ganado por Felipe II con no muy buenas mañas, pero efímero).
Terminada la Reconquista cristiana, el aspecto de la Península Ibérica era otra vez, como en los tiempos de Estrabón, el de un mosaico de reinos independientes, con sus propias Cortes, Leyes, Fueros, aduanas, monedas, pesas y medidas. Lejos de querer mantener una unidad real bajo una única dinastía española, se sepultó la voluntad de Isabel la Católica encerrando durante casi medio siglo a la última y legítima Trastámara castellana, a manos de su padre y de su propio hijo, en el inhumano exilio de Tordesillas. De esta forma, todos los españoles cayeron en manos de una dinastía extranjera, austríaca, los Habsburg (1516-1700), que rigieron un Imperio sin emperador y empobrecieron a España obligándola a financiar todos sus conflictos europeos, y desviando hacia Europa muchas de las riquezas que venían de América . A ésta, y tras las correspondientes guerras fratricidas, sucedió otra dinastía extranjera, esta vez francesa, los Bourbon (1700-2005), de mayor éxito pues, pese a haber sido expulsada tres veces de España, y de haber sido interrumpida por breves repúblicas y algo menos breves dictaduras, siempre ha conseguido regresar en olor de multitudes.
Parecería que esta España bajo las dinastías foráneas era una unidad. Pero, curiosamente, estos monarcas siempre lo fueron Hispaniarum, esto es, “de las Españas”, e impresiona leer la titulatura oficial de cualquiera de ellos, más o menos así (omito los títulos no españoles): “Rey de Castilla, de León, de Aragón, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias; Príncipe de Asturias y de Gerona; Conde de Barcelona; Señor de Vizcaya y de Molina...” Eran reyes, pues, de 14 reinos, 2 principados, 1 condado y 2 señoríos (donde el lector no dejará de observar que suman casi lo mismo que las actuales CCAA... lo que no puede ser simple casualidad, aunque reajustemos algunos de los nombres).
A comienzos del XIX se documenta un solitario esfuerzo de unión para echar de España a Napoléon Bonaparte y su juicioso hermano José, pero sólo para volver a caer de nuevo en el Absolutismo, la Inquisición y el retraso. Este esfuerzo tuvo el efecto perverso de abrir heridas internas de grueso calibre, de las que fueron víctimas los españoles "afrancesados", que casualmente eran los progresistas de la época y nos hubieran llevado mucho antes a un sistema democrático. La fatal tendencia a la división interna de los españoles, ya constatada por Estrabón, perduró a través de los tiempos, generando distintas guerras fratricidas de largas y prolongadas consecuencias, desde las carlistas a la civil de 1936. El bellísimo cementerio “Père Lachaise” de París tiene incluso un “Barrio de los Españoles”: de españoles que también amaron mucho a su patria pero a los que no se dejó siquiera poder morir en ella. No creo que haya ninguna nación europea que se haya matado y exiliado tanto a sí misma como la española.
Ante este brevísimo resumen de nuestra Historia (que he procurado ajustar pero es lógicamente matizable), no hay más remedio que recordar al viejo Estrabón, muerto en Roma poco después de comenzado el reinado de Tiberio, hacia el 20 d.C. Y no necesitó venir a la Península para escribir lo que escribió sobre ella, pues era algo sabido y se podía leer en las ricas bibliotecas de la Urbs.
Sabemos que somos variados y diferentes (hasta quizá no tanto como se cree), pero ya va siendo hora de sentarse y encontrar una fórmula definitiva de convivencia que nos satisfaga a todos y evite de una vez a nuestros hijos y nietos el verse siempre ante el mismo fatal destino.
A la vista de cómo está evolucionando últimamente el escenario político español, hay que decir que nosotros, los ciudadanos, los que pagamos todo el chiringuito nacional y político español, unos con sudor y otros con lágrimas, estamos entre nosotros, de una a otra región, mucho más cerca de esa deseada unidad que nos haría por fin fuertes; y lo tenemos más claro que la mayoría de los políticos que, muchas veces por desgracia, nos gobiernan y dicen representar nuestra opinión. Queremos que se rompa esta penosa y demasiado larga historia de desencuentros, y nos gustaría, unidos en la diversidad que históricamente está claro que nos caracteriza, poder acometer las grandes empresas de las que Estrabón pensaba que no éramos capaces. Queremos prosperar todos sin enfrentarnos, y que a cada uno se le reconozca lo suyo, para que cada uno pueda reconocer en paz lo de los demás. Y así formar algo grande con lo grande que hay en todos.
Alicia Mª Canto
Universidad Autónoma de Madrid
para Celtiberia.net - 7 de mayo de 2005
Comentarios
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amén.
está muy bien, alicia, y además haciendo honor a Estrabón, con esa sal ática que te caracteriza.
Etimología de la palabra diálogo. Proviene de las raíces griegas día más logos. Logos significa "el verbo", La palabra", o en este caso, el significado de la palabra"; y el prefijo día significa "a través de" -
por lo que entenderemos por diálogo el descubrimiento compartido. Se puede entender esta palabra, como el acceso al saber mediante un proceso que se lleva a cAbo entre partes, entre dos o más interlocutores.
Se encuentra a faltar en este país.Y también porque no decirlo,disfrutar del placer de una buena conversación.
Felicidades. Geniales las palabras de Estrabón y muy acertado el análisis.
granlon, a mi la frase que me suena es.......'los españoles,fáciles de someter,dificiles de gobernar' :-D :-D lo cual le da la razón al viejo Estrabón.
a ver si entre todos encontramos la frase........
Muy resumido pero muy esclarecedor, es lo que todos sabemos y pensamos pero parece que es tabu el dinfundirlo de manera masiva. Enhorabuena Alicia.
Yo soy un Cantabro que ante todo me siento de este pedacito de tierra y estoy mas que cansado de que ciertas personas antepongan a unas comunidades sobre otras. Como he expresado en otros mensajes Aborrezco los nacionalismos pero si parece ser logico : soy hijo de mis padres, soy de mi barrio, de mi ciudad, de mi Cantabria, de mi España, de mi Europa ... y de mi mundo.
De repente algo tan sencillo se deshace y como habeis comentado se quiere romper la cadena por los oscuros intereses de unos pocos que arrastran a unos muchos. Se manipula la historia, se ignoran las fuentes y desde que participo en Celtiberia.net me quedo cada dia mas sorprendido de como se puede modelar la historia segun los intereses particulares. Tan malo es lo de estar unidos ? la logica nos dice lo contrario. Por que vamos contra corriente ? quien ensalza por ejemplo lo de un Vasco o un Catalan y oculta y tapa lo de un Cantabro o un Murciano ? quien manipula esto para que en vez de estar mas cerca se quiera dar la impresion de estar mas lejos entre nosotros ?
Igual no es tan mala idea lo del partido politico, teneis la red a vuestra disposicion y con el tiempo las cosas se igualan ( Windows - Linux por ejemplo ) pese al NO general que expresaba acertadamente A.M. Canto de la situacion del "Sistema".
Resumiendo y coincidiendo con todos vosotros : Que hay que ir por el camino de la union respetando lo de cada uno. No es necesario sacrificar nada particular en esta senda hacia lo general.
-- Saelio ---
Salud a todos.
Hacía siglos que no participaba.
Me he quedado con el párrafo de Alicia M. Canto:
"“Rey de Castilla, de León, de Aragón, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Córdoba, de Murcia, de Jaén, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias; Príncipe de Asturias y de Gerona; Conde de Barcelona; Señor de Vizcaya y de Molina...” Eran reyes, pues, de 14 reinos, 2 principados, 1 condado y 2 señoríos (donde el lector no dejará de observar que suman casi lo mismo que las actuales CCAA... lo que no puede ser simple casualidad, aunque reajustemos algunos de los nombres)."
Catalanes, vascos, castellanos,... ¿Y los leoneses? Nadie ha reparado en que en 1983 desapareció el pueblo leonés, aquel del que Julio Caro Baroja (que trataba de seguir también a Estrabón) decía "difícilmente se Podra encontrar en toda Europa una región en la que los elementos de las cultura moderna se encuentren en tal armonía con los datos de un pasado remoto."
A mi no me parece que las actuales CCAA sean un ejemplo del respeto a la pluralidad española. No lo es.
Recuerdo una anécdota de un escritos judío residente en Nueva York. Con motivo de un ciclo de conferencias tuvo que venir a España. Estuvo en Barcelona, Madrid y Sevilla, y en los tres sitios, en las respectivas comidas, le ofrecieron a probar el delicioso manjar del jamon iberico, rechazándolo las tres veces por no ser comida permitida en su cultura. ´Cuando surgió el eterno tema de España, él decía que no podía entender que en un pais tan homogéneo y con la misma religión nos empeñásemos tanto en resaltar las diferencias, cosa que no pasa en la mucho mas diversa Nueva York, capital del Mundo, donde todos se empeñan en mantener sus tradiciones a la vez que colAborar con los demás.
Y otra cosa, él pensó que la región independentista de la que surgió el tema, era Sevilla, y no Barcelona. Curioso, ¿no?
Aún siendo abultado el salto de 2.000 años, que nos sugiere Alicia, el análisis es muy acertado y actual.
Y no es actual porque se haya puesto de actualidad, si no que de hecho nunca ha dejado de estarlo. En el contexto puramente periodístico cabe decir perfectamente que “no es noticia”.
Voy a corroborar lo ya dicho por Alicia y por tantas opiniones anteriores a esta con un par de comentarios de gentes imparciales en esta disputa, es decir, de ciudadanos no españoles.
Se trata de extranjeros que conocieron la España de hace cinco siglos, viajeros observadores de los siglos XVI y XVII que dejaron escritas muchas cosas interesantes que les llamaban la atención de nuestro país y que, desde luego, no omitieron algo que realmente les impactó, algo tan singular en Europa como fue (y es) la idiosincrasia de los españoles.
Por ejemplo, el historiador italiano Francisco Guicciardini vino a España a la corte del rey Fernando el Católico, como embajador de la Señoría de Florencia, en 1512. Entre sus muchas observaciones dejó escrito:
“Admira que una nación tan grande y que cuanta tantos soldados haya perdido siempre en sus contiendas con otras en tantas épocas diversas por carecer de hombres que la hayan sabido dirigir (…) Quizá sea la causa de ello su discordia natural (…) y el no ser el reino de uno solo, si no el haber estado dividido entre muchos y varios señores, y en muchos reinos, cuyos nombres todavía subsisten: Aragón, Valencia, Castilla, Murcia, Toledo, León, Córdoba, Sevilla, Portugal, Gibraltar; de suerte que quien la ha atacado no ha combatido con toda España junta, si no ya con una parte, ya con otra. Pero sea de ello lo que fuere, el resultado es que esta nación ha estado oscurecida hasta nuestros tiempos…”
La división y el odio intestino de los pueblos de España es una de las observaciones más frecuentes de los cronistas que nos conocieron en cualquier tiempo. Estrabón no omitió esta clase de curiosidad mediterránea pero, para más exactitud, veamos que nos dejó escrito el francés Bartolomé Joly, que viajó a España en 1603:
“Entre ellos, los españoles se devoran, prefiriendo cada uno su provincia a la de su compañero y haciendo por deseo extremado de singularidad muchas más diferencias de naciones que nosotros en Francia, picándose por ese asunto los unos de los otros y reprochándose el aragonés, el valenciano, catalán, vizcaíno, gallego, portugués los vicios y desgracias de sus provincias; es su conversación ordinaria. Y si aparece un castellano, entre ellos vedles ya de acuerdo para lanzarse todos juntos sobre él, como dogos cuando ven al lobo.”
Este relato de hace 400 años bien podría ser la crónica parlamentaria de cualquier día de estos.
Pues parece que voy a hacer el papel de mosca cojonera, ya que aunque agradezco y estimo el trabajo que la Dª. Canto se ha tomado en la redacción de este artículo, no puedo estar de acuerdo con el contenido del mismo.
En primer lugar, ¿quién otorga autoridad al señor Estrabón para dictaminar cómo tenían que comportarse los antiguos habitantes de Iberia?. ¿Sobre qué clase de virtudes se supone que debería darles lecciones este señor?. ¿Porqué nos quedamos tan pánfilos mientras llama a los antiguos pobladores de la península bribones , hipócritas, ladrones y para colmo agresivos?. ¡Hay que ser hipócrita!. Un digno representante del imperio romano, nido de bribones y ladrones, aunque por otra parte, como todos los imperios. ¡Y para colmo agresivos!. Les llama agresivos, ¡es de risa!, un heraldo de Roma dando lecciones de pacifismo a los Ibéricos. Y no es que no le entienda, ¡no!. Pero es que no se quién le dijo al romano ese que los hispanos (habitantes de la península Ibérica a comienzos de la era cristiana) querían ser romanos de mayores. A lo mejor es que no querían.
No voy a hacer juicios de valor sobre la oportunidad o no de las sucesivas invasiones de que fue objeto la península Ibérica a lo largo de los siglos, porque de poco sirve, ya que somos fruto de aquellas , nos parezcan mejor o peor, y suponer que nos hubiera ido mejor a "nosotros" solitos carece de sentido. Nosotros somos los "nosotros" de entonces más los sucesivos invasores que se hayan metido por medio..¡a saber!
En definitiva, de acuerdo con usted Alicia en la necesidad de entendernos, pero empecemos a discutir hacia dónde queremos ir. Por que como apunta Zu2wait, ¿de qué nos sirve a los ciudadanos pertenecer a una gran nación?, ¿qué grandes empresas ibamos a acometer?, ¿tendríamos reservado algún papel para las pobres naciones que no saben salir de la mediocridad?. En fin, supongamos que todos unidos hacemos una gran nación española, ¿para qué?, ¿para poder gobernar el mundo como los grandes imperios que han sido y son?, pues lo siento, yo me borro.
Bueno, para resumir, que le den al Estrabón.....;)
Viriato: Gracias por la parte que me toque, y me voy a quedar también con su guiño final.
Como no se le escapará (aunque parezca lo contrario), el Sr. Estrabón no "dictamina cómo tenían que comportarse los antiguos habitantes de Iberia": él cuenta cómo lo hacían en realidad y, pasándose en este caso a historiador, lo hace en el marco de una autocrítica inicial, pues empieza lamentando lo mismo de las póleis griegas, a las cuales él mismo pertenecía, lo cual le hace más creíble.
Y creo que podemos estar de acuerdo en que es mejor ser un país unido aunque diverso, que un país siempre a la greña, como explicitan los dos estupendos textos recordados por Isaac. Fácil es reconocer que, como dicen los franceses, "l'union fait la force" (la unión hace la fuerza), y que cualquier cosa se hace antes y mejor si son muchos los que arriman el hombro. Sin ir más lejos: si los iberos de verdad no querían ser romanos, como Ud. dice, pues los habrían echado sólo con la misma unión que los romanos tenían entre sí (no entro a matizar lo de los aliados itálicos, por no perderme). Sin embargo, los romanos descubrieron que era más fácil, aunque tardaran más, procurar primero dividir a los iberos entre ellos, pues tan sencillo era. ¿Habrá un caso más triste de recordar, ya que estamos en Celtiberia, que el de la ciudad de Lutia, donde los abuelos denunciaron a los nietos ante los romanos, porque querían ayudar a los numantinos? Con el resultado de que los romanos cortaron una mano a esos 400 jóvenes.
Por otro lado, haciendo nosotros la misma autocrítica, hay que reconocer que, aunque no haya yo acertado con los términos exactos al traducir a Estrabón en lo de ladrones y mentirosos, algo de verdad hay en que somos un pueblo dado a cierto latrocinio y engaño. No hay más que pensar en que somos el país que creó el género literario de "la picaresca", en la forma tan natural con la que casi todo el mundo que puede defrauda el IVA (en connivencia tácita o expresa entre “facturador” y “facturado”), en cómo tanta gente esconde el patrimonio, en cómo se blanqueó el dinero aquí antes y después del euro, en que un gran banco, que debe estar supervigilado, pueda tener una cuenta durante 17 años en las Islas Caimán sin que “nadie lo detecte”, en lo difícil que es en España perder algo de valor y recuperarlo (por eso suele ser noticia de prensa) o, lo que nunca falla, en que tengamos refranes como “Lo que hay en España es de los españoles”, “Que Dios me ponga donde haya, que del resto me encargo yo”, o ese fantástico “Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón”... porque los refranes expresan lo más íntimo y duradero de un país. Yo siempre he pensado que España tiene que ser uno de los países más ricos del planeta, pues con todo lo que se roba y se defrauda, aún queda para ir tirando.
Así que, Viriato, no hay que rasgarse las vestiduras si eso era algo conocido también hace dos mil años. Hay que rasgárselas por que pasen los siglos y no seamos capaces todavía de volver nuestros defectos en virtudes. Y, sí, el papel del catolicismo es importante, porque hay que imaginarse cuando además nos dijeron que se podía pecar durante la semana, pero el domingo te confesabas y quedabas limpio para la siguiente semana...
Pero qué "gozada" de religión. Cosa que no pasaba ni les pasa a los protestantes, que tienen que irse delante de Dios con el fardo lleno de toda la vida... que eso también influye en la moralidad general. Pero no podemos echarle toda la culpa a la Iglesia, porque textos como el de Estrabón, y otros que hay, nos dicen que lo hacíamos también cuando éramos paganos...
Podíamos fundar desde Celtiberia un partido político (aprovechando además que tendría enseguida delegaciones en todas las provincias y el extranjero), que en cuanto en el programa electoral anunciáramos una limpia a fondo de la ética pública y privada, no es que no encontráramos apoyo oficial ninguno, ¡es que a lo peor no teníamos ni los votos que esperáramos! ;-)
Dª Canto, desde el momento que el señor Estrabón "se lamenta", es que algo le parece mal en el comportamiento de los habitantes de Iberia, y por lo tanto les indica cual debe ser su comportamiento para lograr "grandes empresas".
Lo que yo creo, y me parece que ya lo he dejado bastante claro, es que no me gusta nada que se ande a la greña, pero no sólo entre los de un pais, sino entre los de distintos paises. Y un pais que pretende hacerse grande, sólo puede hacerlo a costa de otros más pequeños, por lo que yo me he autoexcluido de la empresa.
Y por favor, yo no he dicho que lo íberos no quisieran ser romanos, sólo he apuntado la posibilidad de que tal cosa pudiera suceder, aunque debiera haberme expresado mejor diciendo: "tal vez no quisieran ser como los romanos". Pero para algunas personas, Estrabón incluido, esta es una posibilidad que no se les pasa por la cabeza , ni antes ni ahora.
Nadie duda de la mayor eficacia de los ejércitos romanos frente a los iberos, como nadie duda del poderío militar de los EEUU. ¿El camino es imitarlo?
De otro lado, en ningún momento me he rasgado las vestiduras, eso es algo que ha hecho usted en el artículo. Mi opinión es que no debemos preocuparnos tanto por como nos ven y cómo son otros, sino en ser nosotros mismos, siempre mejorando lo presente.
Si verbis audacia detur ( si se me permite la audacia verbal ) le recordaría a Viriato ( con el que estoy bastante de acuerdo ) que Estrabón no era romano, sino griego. Y griego en tiempos de Roma, es decir, estaba en el mismo escalafón político que nosotros por entonces. Y lamenta, no que españa no sea un gran imperio, sino que le ocurra lo mismo que a su país, y te explico: imagina - por poner un ejemplo - que la invasión cultural estadounidense acabara ( como acabará ) con las raíces, la variedad de las costumbres españolas, que no hubiera ninguna diferencia ni idiosincracia en el carácter de cada pueblo español...¿ a tí eso te parecería bién ? Puedo asegurarte que no noy nacionalista ( entre otras cosas porque soy de zamora ), que no soy imperialista ( por lo mismo y por mucho más ) y que aún creo en los beneficios indirectos del carácter de los españoles. Pero el paso del tiempo nos enseña muchas cosas, sobre todo cuando gran parte de ellas se empiezan a perder a pasos agigantados, por más que pensemos que mantenemos nuestra pluralidad y otros maniqueísmos políticos semejantes. Yo veo que es una debilidad CULTURAL dejar que se aprovechen de nuestras diferencias, creo, con la dra. Canto que la unidad hace la fuerza, y que Estrabón sabía muy bién de lo que hablaba, cuando decía grandes empresas. Las grandes empresas no se hacen sólo a costa de otros pueblos. Y precisamente eso es lo que arruinó a la Grecia Antígua, las luchas intestinas y el hacer el bién de una pequeña región a costa de todas las otras. El sentido único que puede aceptársele a Estrabón aquí es que es una pena que todos los griegos hablen ático en vez de dorio y eolio y beocio....como lo sería que aquí dejáramos de hablar bable o gallego o euskera. Y sobre el mismo punto cultural, Okéanos ( al final me vas a odiar ), yo mismo dije hace poco en otro hilo que no somos ni romanos ni celtas, que somos españoles. Pero, no te resulta curioso, si cambiamos la pregunta: ¿ qué es lo que queremos ser ? que todas las piezas encajan siempre ? Creo que el último comentario de la dra. Canto tiene mucho de revelador al respecto: " Aunque hay que reconocer que el mosaico se sigue pareciendo bastante al prerromano..." Nunca sobrepongas la evidencia lógica a la evidencia material....Si las manzanas caen de los árboles, vuelve a revisar la fórmula de la gravedad, no intentes convencer a la manzana.
Gracias, Vercingetorige, ha captado a Estrabón perfectamente. Él lo que lamenta que ni griegos ni iberos supieran unir sus fuerzas y prefirieran anteponer su orgullo local al bien común, de lo que otros se aprovecharían reiteradamente.
Cáspita, Okéanos, pero qué susceptible. No quería decir que los demás no lo entendieran.
Pero no puedo estar de acuerdo en que lo que dice Estrabón sea una "metáfora" y algo no histórico, con la de invasiones y dominadores que hemos tenido después, y seguimos teniendo.
Porque, vamos, los "Estados Juntitos" (como les llama mi padre) nos tienen bien cogidos por el cerebro en cuanto a películas, modas juveniles, comidas, anglicismos y bastantes más cosas.
Aquí, en el país que importó y puso de moda el tabaco, se va a acabar acorralando en ghettos a los pobres fumadores, nos acabarán poniendo una cruz amarilla, y todo por las manías usacas.
Aún me acuerdo cuando en España, como borregos, dejamos de consumir el aceite de oliva y el pescado azul, dos tradiciones nacionales, porque los usacos nos lo dijeron. Estoy esperando a cuando les cambie el aire, y nos "descubran" que fumar es la panacea universal y cura infinidad de cosas. En cuanto "nos pasen" al motor de agua lo veremos.
P.D.- He exagerado un poquillo, claro, a efectos descriptivos, pero poco ;-)
Precisamente a la mirada triste de Alcibíades en Tucidides me recordaban las palabras de Estrabón. Si bién es cierto que las referencias " A la grandeza y el destino de la nación " nos siguen poniendo los pelos como escarpias, pero creo que es una reacción normal y bastante transferible al pensamiento de un romano de la época, pero no así de la de un griego, por eso maticé. De todos modos siempre se agradece una vuelta de tuerca, y álguien que se oponga a lo evidente para oxigenar el diálogo.
Un saludo
Después de que otros treinta hayan aplaudido antes el artículo, igual está un poco de más que yo haga lo mismo. De cualquier manera me parece muy acertado. Pero me parece que además de la desunión interna otro gran problema que ha tenido y tiene España es la pereza. No queremos trabajar, no trabajamos, y esperamos que haga otro lo que no hacemos nosotros, siguiendo el ejemplo del de al lado. Y más de uno habrá trabaje; quizá no esté en absoluto de acuerdo con esta afirmación, ahora bien, alguien debe compensar con su trabajo la vagancia de los demás, y ese trabaja mucho más de lo que le correspondería. Nos veo casi como en el s. XVII, cuando "un labriego daba de comer a treinta zánganos". El otro día hablaban en las noticias de la "curiosa" baja productividad española, cuando trabajamos más horas que otros países europeos como Alemania. Creo que más correcto sería decir: "metemos más horas en el trabajo". Yo creía que esta sería una característica de los españoles desde tiempos inmemoriales, por eso me ha sorprendido que no se mencione ningún pasaje relativo a esto ni de Estrabón ni de los viajeros de la Edad Moderna; al vez no tenga nada que ver con el tema, pero yo lo veo relacionado, al ser éste también un gra problema de la sociedad española, al menos actualmente.
En cuanto al "olor de multitud", me pregunto si estará relacionado con el "olor de santidad". A mí me hace pensar la frase "morir en olor de santidad".
Saludos.
En españa, desde Atapuerca, el que no se mata a trabajar es porque tiene latifundios u otras heredades -como en el resto del mundo- y no me creo eso de la "baja productividad española", a lo sumo, un menor aprovechamiento del mismo trabajo, lo cual no es culpa del trabajador -y por mera casualidad conozco muchos más de éstos que de los otros- sino de aquellos que administran el esfuerzo humano en este país. Aunque a ésto te puede responder mejor Okeanos, que es el que vive por esa zona donde tradicionalmente nadie trabaja que es Andalucía, ¿ verdad que nadie trabaja en Andalucía, okéanos ? Seguimos siendo muy pícaros, pero aquí no extrapolaría a Estrabón, porque creo que otros lo han sido más.
Saludos 'Ex kardias'
Lo siento pero tengo que ser muy critico con el artículo. Dice:
"Hasta aquí Estrabón, y no es moco de pavo lo que cuenta de nosotros. Pero, si se me permite, voy a terminar el listado de invasiones que él empezó. Porque, naturalmente, Estrabón no llegó a saber que los Romanos se quedaron aquí casi cuatro siglos más, y que después de ellos, y con relativa facilidad, también invadieron la Península (y, como suele decirse, “hasta la cocina”) varios grupos de bárbaros centroeuropeos: Suevos, Vándalos, Alanos y, finalmente, los Visigodos. Luego llegaron los Bizantinos, aunque tuvieron que conformarse con un buen mordisco en el sureste. Poco después nos invadieron también los musulmanes..."
Estrabón no cuenta nada de nosotros. Estrabón se dedica a describir y sobre todo a valorar a ciertos pueblos que habitaban la peninsula iberica en su tiempo. Extender la sociedad española más alla de los reyes catolicos es una abstracción, es puro idealismo histórico. España y los españoles son el producto de un largo proceso historico con precedentes en los diversos reinos medievales. Sólo comienza a configurarse España (y los españoles) a través de un proceso primero de integración politica con los RR.CC y posteriormente de integración cultural, economica, geográfica y social.Ese es el primer y tipico error, el anacronismo de ver una continuidad inexistente entre los pueblos preromanos y la sociedad española actual. Error que se deriva simplemente de que esos pueblos habitaban en el mismo territorio en el que habitamos nosotros. Ya digo que si cometemos este error incurrimos en idealismo.
Segundo error. Aceptar parece que sin critica ninguna, el tipico "psicologismo de los pueblos" que a Estrabón puede perdonarsele (ya fue bastante genio para su epoca) pero que no se puede perdonar a nadie en la actualidad. Los "pueblos" no tienen rasgos de personalidad como las personas. Tienen estructuras sociales dinamicas en el tiempo.
Para entender los actuales problemas de nacionalismo y regionalismo en España no hay que remontarse a Estrabón. El problema de España hay que buscarlo en los siglos XVIII y XIX. Es en esta epoca cuando España no llego nunca a construirse como nación como si lo hicierón Francia, Alemania, Italia o todos los países americanos a través de su independencia colonial, que son tan diversos internamente (culturalmente, geograficamente etc) como España o incluso más. Este es el problema, que dada la particular historia de España como Estado, nunca se produjo dentro de éste un proceso de construcción nacional y por lo tanto nunca pudo configurarse como Estado-nación.
Un saludo.
Ruben_c: Gracias por leerlo, aunque, contrariamente a lo que Ud, dice, en la España actual queda mucho más de lo que se cree de las características del pasado. Sin ir más lejos, si Ud. observa los mapas que deliberadamente puse en su día para ilustrar el artículo, y se fija en el moderno, de lejos reconocerá Ud. aún perfectamente a turdetanos, vetones, carpetanos, vacceos, galaicos, astures, cántabros, vascones, celtíberos e ibéricos levantinos en sus distintas variantes. Los lusitanos están fuera del mapa, por hoy independizados, pero están.
Es más: si compara las zonas de la lengua y signario ibéricos , ocupando casi todo el Levante, le saldrán los que muchos llaman "Países Catalanes" por compartir también hoy casi la misma lengua. Las fuertes relaciones de Cataluña con el otro lado de los Pirineos (Rosellón y Cerdaña) responden a la extensión real ibérica, que alcanzaba hasta Narbona, y lo mismo la utópica Euskalherría, que tiende aún a la primitiva etnicidad vascona en el S. de Aquitania. Y, si se fija en Andalucía, podrá ver que aún hay bastantes diferencias entre una "Occidental", que es la vieja Turdetania, y una "Oriental" (por cierto que más pobre y peor dotada), que corresponde a la antigua Bastetania. Variaciones a grandes rasgos se observan practicamente sólo en el actual País Vasco, donde hubo una extensión vascónica, y en las Baleares, que eran de orbita púnica y no ibérica.
El mantenimiento de tales viejas etnias y distribuciones territoriales, a través de al menos 2500 años, por encima de la entrada de otros pueblos y de otras formas de gobierno, y de diversos avatares históricos y administrativos, incluída la división provincial de 1833, que aspiraba también a borrar los antiguos reinos, sin conseguirlo, se visualiza del todo en 1978, en la resurrección de las viejísimas "regiones" bajo la forma de "CC.AA.". Aunque voy simplificando, todo ello, en mi opinión, es suficientemente demostrativo de que los pueblos son, telúricamente, mucho más fuertes que la Historia misma.
Y cuando Ud. concluye: "Es en esta epoca (siglos XVIII-XIX) cuando España no llegó nunca a construirse como nación como sí lo hicierón Francia, Alemania, Italia... Éste es el problema, que dada la particular historia de España como Estado, nunca se produjo dentro de éste un proceso de construcción nacional y por lo tanto nunca pudo configurarse como Estado-nación...", en realidad Ud. mismo está reconociendo lo que planteo. Pues tanto Galos como Germanos e Itálicos sí fueron capaces en la Antigüedad de unirse y confederarse, sobre todo ante los peligros exteriores, mientras los Hispanos no, así que no es raro que modernamente se unificaran. Por eso creo que lo que no pasó en España en la época moderna, lo que Ud. dice que España "no consiguió", trae su causa en la pervivencia del mismo "demonio interior" que Estrabón describía. Saludos también.
Pues nada, Breor donn, le dejaremos con sus teorías, que de ilusiones también se vive. Sólo le diré que no hace falta que me hable Ud. del Pe-eSe-de-Ga, como le llamábamos, porque milité en él cuando seguramente Ud. ni había nacido. Cuando sólo hablaban gallego las gentes rústicas, y en los ámbitos académicos sólo algunos contados progresistas liderados por el amigo Beiras, que hacía una incansable lAbor, en mi misma Universidad. ¡Qué pocos leíamos por entonces a Brañas o a Castelao, coleccionábamos las profundas caricaturas de éste, o cantábamos lo de "a redenzón da boa / nazón de Breogán"! No debería Ud. lanzarse a juzgar a las personas sin conocerlas.
Pero sí añadiré los resultados de las recientes elecciones gallegas, donde ha gobernado el PP dos décadas consecutivas, y esta vez también ganó, aunque el juego democrático haya permitido legítimamente el relevo. Como Ud. comprenderá, a la vista de estos resultados (donde el BNG incluso retrocedió muchísimo), no se puede decir que el pueblo gallego quiere la autodeterminación, o que reclama esa "soberania cumprida para decidir se quer administrar os seus próprios recursos, governar-se plenamente a si própria e decidir o seu futuro..." de la que Ud. habla. No, no es el resto del Estado "o que lhe nega essa soberania"... Si la quisieran de verdad, el Bloque no tendría sólo 13 diputados, una apabullante minoria, sino que estaría gobernando hace mucho. Sin olvidar el 31,9%, un tercio de los gallegos, que ni siquiera fueron a votar. Éstos son los datos con los que suele trabajar un historiador serio.
Resultados de las elecciones gallegas 2005:
PP ......... votos 704.202 ... porcentaje ... 44,9% ... diputados .... 37
PSOE .... votos 509.340 ... porcentaje ... 32,5% ... diputados .... 25
Suman... 1.213.542 ... porcentaje ... 77,4% ... diputados ... 62
BNG..... votos 307.249 ... porcentaje ... 19,6% ... diputados .... 13
Pues nada, a trabajar duro por la causa, que falta hace.
P.D.- Por cierto, su gallego me parece un poco de lAboratorio o recreación. Siempre se ha dicho "non", y no "nom", "nación" o nazón", no "naçon", "forza", no "força" y otras rarezas suyas (senom, populaçom...). Claro que, con tantas cedillas, no reconocidas por la Real Academia Galega, quizá sea Ud. del sector de "a Galiza irredenta" o, mejor, milite en Primeira Linha (vide primeiralinha.org), donde se estila esa curiosa forma de escribir. Pero no creo que Castelao aprobara esta ortografía, la verdad, por ejemplo en "Sempre en Galiza", él escribe "autodetermiñación", no "autodeterminaçom", como hace Ud.
Dona Alícia. Eu si que nascera e era umha dessas persoas rústicas que falava galego mais nom podia militar no PSdG (nem quereria) porque nom existiu até rematada a ditadura. O que si exitia, além do PSG de Beiras, bem diferente do anteriormente citado era a UPG, verdadeira máquina de combate antifranquista igual que tamém o era o PCG. Aliás de Branhas e Castelao tamém lia a Suevos, a Beiras, a Francisco Rodríguez, a Cuevilhas, a Anselmo López Carreira ou a Felipe Seném mais de actualidade naquel intre. Nom era a minha intençom que se anojasse e, creia-me, si que sei com quem estou a falar mais nom a julguei, só lhe retruquei a sua argumentaçom. Nom fai falha que me diga que cantava o nosso hino nem cousas semelhantes, isso nom achega nada as teses que defende enriba desta ringleira de opinions nem lhe dá autoridade nengumha para sentar cátedra. Tenho muitos companheiros que o faziam coma mim mesmo e Abofé que nom nola dá. Se vosté entende que esse foi um favor que nos fijo aos galegos e que lhe devemos obrigaçom velaí vai a minha gratitude e mais nada. Pído-lhe desculpas se a ofendim, repito-lhe que nom era a minha intençom, só debater cordialmente verbo dum tema controvertido. Tampouco fai falha que me cuspa dados eleitorais sobre o nosso país, já os conheço, vivim estas eleiçons. Mais sobre o tema da autodeterminaçom já que devagar foi escoando a parola para ali dizer-lhe que a conciência nacional nom se mide só polo voto às opçons nacionalistas quando as estatalistas se vestem coas roupagens do nacionalismo e mesmo fam proclamas e promesas nesse senso. Por outra banda reitero-lhe que nom nos autodeterminamos em cada eleiçom deste marco jurisdicional porque nom é o nosso, nom nos reconhece a soberania inerente a toda naçom segundo a ONU e mesmo se nega essa possibilidade na carta magna do Estado. Já poderia o BNG ter o 99% dos votos em Galiza que nom se daria mudado rem sem reformar o marco constitucional. Esse é o problema. A questom nom é se queremos ser ou nom independentes, a questom é que temos direito a decidi-lo agora ou quando o queiramos ser. Se relé o Sempre en Galiza seguro que lhe fica mais claro já que gosta de Castelao. Quanto á norma na que escrevo dizer-lhe que nom milito em Primeira Linha e que escrevo na alternativa reitegracionista à norma de concordia oficial publicada pola AGAL porque acredito que é bom achegar-nos ortograficamente ao português quer por projecçom internacional do nosso idioma quer por pertencerem à mesma póla linguística. Agardo que enchera a sua lagoa intelectual.
P.D: Umha cousa é a escrita e outra a fala, "Siempre se ha dicho non", a representaçom da nasal velar nom tem porque ser "n" a da alveolar si por convençom internacional mais da velar pode ser "m" como marcam as normas polas que me guio. Recreaçom é toda norma linguística ou vosté escreve "mé perdío casando mariposah" se fala um andaluz. Do de lAboratório prefiro nom falar por ser um clássico do espanholismo em Galiza sobradamente respondido mesmo nas publicaçons sociolinguísticas das universidades galegas.
Saudos dende a Galiza.
Amén señora A.M Canto:
Me complace encontrar artículos tan interesantes como el suyo por la red de redes. En estos tiempos de confusión interesada acerca de la idea de España, claridad de ideas como las suyas (acompañadas de una cientificidad a prueba de bombas), son como una luz al final del tunel que atraviesa nuestra patria. Es por eso que sus ideas molestan sobremanera a los regionalistas como Breor Donn (regionalistas que no nacionalistas ya que exacerban lo rústico y el atraso), víctimas de una deformación histórica tan en boga en los últimos tiempos.
Gracias a gente como usted, doña Alicia, o como don Pío Moa o don Ricardo de la Cierva es que la historiografía de los "progres" de salon y chalet en Mirasierra tiene los días contados. Permítame que recuerde aquella vieja definición con la que usted de seguro que concuerda: España, unidad de destino en lo universal. Que gran verdad. Que necesaria es la unidad de todos bajo una comunidad de ideas avanzadas para hacernos fuertes en un mundo hostil a la dignidad del hombre como el actual. Frente a la nueva pérfida Albión representada por los Estados Unidos y a la peligrosa Alemania la hispanidad es la garantía de una Europa armoniosa con la diferencia y la hermandad de los pueblos. Sigo a G. Bueno en la defensa de una idea de la hispanidad moderna, construida desde los hermosos valores del cristianismo evangelizador y misionero, frente al poderío usurero y comercial anglosajón etnicida y protestante.
Somos muchos los españoles de bien que estamos de acuerdo con esas grandes ideas que, como las suyas, pueden ayudar a construir un futuro próspero para todos nosotros lejos del autoodio a todo lo español impuesto por las modas extranjeras y la historiografía progre. Es cierto que arrastramos en nuestra histora una tradición absolutista y católica reaccionaria (de mano de la monarquía y de las dictaduras populistas), pero también es cierto que el dogmatismo ilustrado falsamente progresista (por antiespañol) ha hecho mucho daño y ha causado reacciones brutales por parte de los sectores mas conservadores (pero no tan antiespañoles). Es por eso que muchos que nos sentimos herederos de la idea regeneracionista, muchos a los que nos duele profundamente España y seguimos las ideas del mejor Jose Antonio Primo de Rivera (el revolucionario), que somos laicos, republicanos y españoles y defendemos un régimen político alejado de la burda partitocracia corrupta (que prima el voto separatista, la corrupción y los reinos de taifas) nos encontramos desnortados ante tanta postmodernidad absurda y carente de valores que está de moda actualmente.
Intelectuales como usted que reniegan de una idea de España basada en la lucha de clases y el separatismo (y que curiosamente provienen de la izquierda como Pio Moa o usted misma que dice haber militado en el PSdeG) son necesarios como la luz de la mañana para iluminar las mentes de nuestros hijos víctimas de la Logse sociata y de las ikastolas gallegas, catalanas y vascas.
Que belleza hay en todas las regiones españolas y que rica es nuestra historia comun (tambien la regional pero entendida dentro del destino comun) y que ricos los dialectos vernáculos (los siete dialectos vascuences, el catalán, el valenciano, el mallorquín, el gallego y el bable). Y le digo a Breor Donn que no manche un hermoso dialecto como el gallego (con tan bellas palabras como "enxebre o lareira") con la influencia del portugués que por lusitano nada tiene que ver con el galaico. Que belleza en nuestros dialectos, sí, pero que absdurdo defenderlos por encima de la lengua madre de todos los españoles. La lengua de Cervantes, de Quevedo de Larra, la lengua que hablan millones de personas y que fue y es (si los anglosajones no lo destruyen) lengua franca de la hispanidad (los hijos de la madre patria en América). Que absurdo defender dialectos rústicos y conservados en las hermosas aldeas de montaña (hermosos por ser producto de sociedades rurales y campestres) que como en el caso del vascuence ni siquiera tienen tradición escrita, frente a la lengua civilizada y grandiosa producto de la cultura y el cosmopolitismo imperial, con su siglo de oro y su bella prosa y poesía. El gallego es cierto que ha producido una hermosa poesía cargada de pasión y melancolía (la santiña Rosalía), pero como dialecto que es, no debe ser apto para la ciencia (si no se quiere caer el el más absurdo de los ridículos), y el catalán que puede ser bello en el encuentro pero nunca en la imposción y en la hostilidad antiespañola. Pobres valencianos y mallorquines sometidos al intento de los separatistas catalanes de imponerles (contra la ciencia) el catalán. Y que belleza hay en el bable para describir las tareas del campo y sus trasgos, el nuberu y las xanas.
Que insolidarios son los separatistas con españa. Solo hablan de vasco, catalán y gallego como si el bable o el mallorquín no fuesen tan dialectos como los suyos.
Tiene usted razón doña Alicia en mencionar el gallego de lAboratorio de Breor Donn, pero es que todo lo que los separatistas defienden es de lAboratorio (su historia, su lengua...).
Yo que veraneo en Galicia he podido comprobar la perniciosa influencia del separatismo por esos lares. La más perniciosa, por demagógica, es la lingüística. Pueblines en los que solo se usa el dialecto regional (parecen no saber español los pobres labriegos), producto de un separatismo que desea mantener en la ignoracia a la gente del pueblo (casi en el analfabetismo).
Nada más y muchas gracias por su lAbor.
AM Canto, dos cosillas (ni me gusta hablar de política ni es el lugar).
El BNG (Bloque Nacionalista Galego), no son independentistas (no es lo mismo nacionalista que independentista, aunque hoy en día el tema esté tan confuso)
Los independentistas gallegos son (los que se):
-AMI Assembleia da Mocidade Independentista
-NÓS-UP (Nós-Unidade popular)
(no pongo enlaces, tecleando las siglas del partido que interese, aparece amplia información)
El gallego que utiliza Breor donn no es rarito, es gallego reintegracionista (portugallego, como algunos lo llaman):
"El reintegracionismo es un movimiento lingüístico que sostiene que el gallego y el portugués son variantes ortofónicas del mismo idioma gallego-portugués. El reintegracionismo considera que la normativa de la Real Academia Galega es incorrecta por ser consecuencia de la castellanización del gallego (única normativa galaicoportuguesa con ortografía semejante a la del castellano) y propone el uso de la normativa elAborada por la Associaçom Galega da Língua."
Sacado de: http://es.wikipedia.org/wiki/Reintegracionismo
....uniéndose sólo para pequeños objetivos, sin arrojarse nunca a grandes empresas, porque se niegan a formar una gran potencia ni a confederarse....
Me parece a mi que Estrabón hablaba de la Hispania Citerior...
Respecto a que españoles (y portugueses) sólo sirven para pequeños objetivos, sin arrojarse nunca a grandes empresas, porque se niegan a formar una gran potencia ni a confederarse..
Pues menos mal...
A ver que zona de Europa fue la primera en lanzarse a grandes objetivos y empresas y cual fue la primera potencia durante varios siglos.
En cuanto al problema de la decadencia española a partir de Napoleón, es el problema de las 2 Españas, que aun permanece en alguna medida. 2 Españas que se niegan a pactar y convivir y quieren imponerse totalmente a la otra, no dejarla respirar.
Las 2 Españas.
Tradicion y ruptura.
Absolutistas y liberales.
Derechas e Izquierdas.
Capitalismo y socialismo.
Fachas y rojos a grosso modo.
La lucha por concebir el progreso como una evolución sin traumas vs la de una revolución traumatica.
La pertinencia de la España derrotada en las ideas y en la batalla en no permitir que la España victoriosa tuviera éxito en su proyecto y hacerse odiosa para la España victoriosa.
La pertinencia de la España victoriosa en las ideas y en la batalla en no asimilar e integrar a la España derrotada, negandole el pan y la sal y hacerse odiosa para la España derrotada.
¿Quien fue antes? ¿El huevo o la gallina?
Este articulo es un disparate.
Osea, que Estrabón dice que los hispanos no estaban unidos, es más ni siquiera identifica a celtiberos y lusos dentro de esos "hispanos" "bribones e hipocritas", pero nosotros tenemos que tomarlo como ejemplo para nuestra "unidad" y para la "Historia Común".
Mi madre, que desbarre.
Información eliminada por el Administrador Cierzo
Motivo: Solicitud de la autora
Repito el mensaje # 191 (gracias, Cierzo) que, por alguna extraña razón, salió con todos los links erróneamente dirigidos:
Jeromor (# 188), ahí van, pero entonces quizá convendrá transcribir
primero el artículo y las informaciones de "La Razón" de ayer (links
en el msje # 186), que eran el motivo de mis comentarios (aunque va a quedar
kilométrico, dejando aparte el desorden formal que se produzca en el texto
cuando lo mande):
(1) El secuestro del pasado español
José Luis Orella
La decisión de reducir la
Historia de España a los dos últimos siglos es el acto final
de un proceso de demolición de nuestra conciencia como nación histórica. Cada
siglo parasita su existencia en el anterior, nuestro presente es hijo de un
convulso siglo XX, y éste a su vez del XIX. Sin embargo, la historia del pueblo
más antiguo de Europa necesita perpetuar su linaje ante la llegada de nuevos
españoles y la presión centrífuga de sus ibéricos nacionalismos. España se
remonta como nación al 519, cuando godos e hispano-romanos forjaron una unidad
de convivencia histórica, pero la pluralidad de su diversidad se fue dibujando
con toda su riqueza de caracteres, en el lento proceso integrador que fue la Reconquista. Una
España que supo aglutinar y respetar las diferentes personalidades humanas,
como demuestra la presencia cultural española en América, Filipinas y
África.
Estos hechos conforman el tronco de nuestra existencia, sin ellos no se
puede entender el cainismo exterminador que embargó a los españoles durante el
siglo XIX y que desembocó en el enfrentamiento de 1936. Sin las raíces de
nuestra historia es imposible entender el nacimiento de unos nacionalismos
criados a los pechos del desarrollo industrial. Sin conocer nuestra historia, los
españoles estaremos condenados a vagar en la oscuridad del conocimiento,
devueltos a los tiempos de vascones e ilergetes. Que el estudio de nuestra
historia nos recupere el sentido equilibrado del hispano Séneca, pero no nos
condene a beber la cicuta del olvido. >
*Director del Departamento de Historia, Literatura y Pensamiento.
Universidad San Pablo-CEU >
(2) Los profesores denuncian que la Historia de España "manipula tanto como Ciudadanía"
«Conocer la Edad Media
es vital, por ejemplo, para saber por qué en algunos sitios se habla catalán»,
destacan
R. Serrano / M. Villasante
Se llamará Historia de España, pero, en la práctica, será el relato de los
últimos acontecimientos vividos en nuestro país. Roma, los visigodos, el Islam, la Reconquista,
los Reyes Católicos y la dinastía de los Austrias quedan reducidos a un área
temática de las ocho recogidas en los contenidos de la materia en el nuevo
Bachillerato, aprobado el viernes por el Gobierno. Unos contenidos que no han
gustado a quienes tendrán que impartirlos. Ni los profesores de Secundaria ni
los de universidad están de acuerdo en «reducir a la historia más reciente»
todo el legado español. Detrás de esta medida ven «un intento de favorecer a
los nacionalismos». El PP, por su parte, denuncia que la nueva Historia es una
forma encubierta de volver a la
Logse.
-Oposición. El portavoz popular en la Comisión de Educación del Congreso, Eugenio
Nasarre, destacó que el nuevo programa «vuelve a las andadas» de la Logse y que el PSOE se
encuentra «aprisionado en planteamientos doctrinales e ideológicos volcados en
el presente», de forma que se esfuerza en «intentar alejar la formación lo más
posible del pasado lejano». Nasarre califica el texto de «aldeanismo
contemporáneo», con un grave empeoramiento de esta enseñanza que no tiene en
cuenta, además, las orientaciones del dictamen de las Humanidades del año
2000.
-Sindicato docente. Nicolás Fernández, presidente del sindicato de enseñanza
ANPE, coincide con la opinión del PP: el nuevo Real Decreto devuelve la Historia a los contenidos
de la Logse. Y
recuerda los últimos cambios normativos para argumentarlo. «En 1992 se estipuló
que en el Bachillerato sólo se estudiara Historia Contemporánea. Los profesores
de esta materia la consideraron incompleta e inaceptable, y precisamente esto
fue lo que motivó la reforma de las humanidades del año 2000, con el Gobierno
del PP». Con el nuevo currículo, Fernández cree que se vuelve a la antigua
fórmula, pero cambiando el nombre a la asignatura. «No sé qué interés hay -señala-
en obviar la historia antigua, pero el caso es que queda difuminada en todos
los cursos».
-Profesores de Secundaria. Para Blanca García, presidenta de la Asociación de
Profesores de Secundaria, comprimir la historia anterior a la Edad Contemporánea
«es una barbaridad», y «no hace falta ser profesor para saberlo». García se
pregunta qué intereses puede haber detrás de un cambio tan radical en la
enseñanza de esta materia. «¿Es que el Gobierno, para contentar a las
autonomías, quiere que se olvide la historia común?», se pregunta. A su juicio,
el currículo de la asignatura supone «una manipulación del estilo de Educación
para la Ciudadanía».
-Catedráticos de instituto. Pilar Cavero es la presidenta de la Asociación Nacional
de Catedráticos de Bachillerato (Ancaba), y especialista en Historia. Aunque
está de acuerdo en dar importancia a la historia contemporánea, asegura que
para estudiarla es imprescindible «una visión global» que no se va a dar a los
estudiantes. Sin embargo, no se muestra sorprendida por la reforma. «Estamos en
un momento histórico en el que la proyección del pasado en el presente no
interesa. Se piensa que sólo los últimos acontecimientos son los que cuentan»,
lamenta. A su juicio, es un error borrar el pasado lejano de la asignatura, puesto
que estos contenidos «tampoco se estudian e la Secundaria Obligatoria»
y, según predice, «si en la
Selectividad el peso recae en los siglos más recientes, el
resto se acortará aún más por falta de tiempo».
Detrás de este cambio, que ella denomina «tijeretazo a la mente de los
alumnos», y que echa por tierra «lo que se había conseguido en los últimos
años» en materia de humanidades, Cavero también ve intereses regionalistas.
«Conocer la Edad Media,
por ejemplo, es vital para saber cómo era el mapa histórico, qué eran los
reinos de Castilla y Aragón, aprender por qué en algunos sitios, por ejemplo,
se habla catalán, y después se produjo la unificación. Si no se sabe esto, si
se dan unos estudios ramplones, la manipulación es más fácil».
-Sociedad de Estudios Clásicos. Los profesores universitarios de la Sociedad de Estudios
Clásicos comparten la opinión mayoritaria. Para su presidente, Antonio Alvar,
con la reforma «volvemos a lo de siempre: desde hace un tiempo se considera que
sólo la historia contemporánea tiene sentido. Estoy de acuerdo en que se enseñe
a los jóvenes el mundo en el que viven. Pero también deben saber de dónde
vienen». En su opinión, la crisis que viven las asignaturas de humanidades, a
las que representan, se debe a que «cada vez se da menos importancia al ser
histórico y se priva de sentido crítico al alumno». Como solución a la falta de
tiempo para estudiar las etapas, propone que el Bachillerato «sea de tres años,
pero no sólo para los que suspendan, sino para todos».
Fuente: La Razón.es,
6 de noviembre de 2007
______________________
"Re: [terraeantiqvae] El secuestro del pasado español
Resulta curioso cómo pueden variar
tanto las opiniones, cuando en teoría partimos de las mismas fuentes. Lo que
cambia es el proceso previo de selección, así como, luego, su valoración y su
análisis.
Comparto la idea de que el estudio de la Historia de España, Antigua, Media y Moderna, es
lo que más ayudaría a entender el cómo y el por qué de la España Contemporánea
y Actual. Pero lo hago por razones y objetivos completamente opuestos a las que
los autores y sociedades mencionados en esta noticia dicen.
Si algo ha caracterizado siempre a la Península Ibérica,
llamárase "Iberia", "Hispania", "Spania",
"Al-Andalus" o reinos cristianos o de taifas, es su completa falta de
homogeneidad y de vocación de unidad. Me asombra que se puedan ignorar textos
en dicho sentido tan iluminadores como el de Estrabón III, 4, 5 (hacia época de
Augusto y con fuentes también anteriores), por poner sólo uno de los más
representativos. Doy el apasionante párrafo con mi propia traducción,
procedente de una pequeña reflexión que dediqué hace un par de años -mayo de
2005- a este tema ("ESTRABÓN A LOS ESPAÑOLES DEL AÑO 2005", en www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1284), ya que la traducción más conocida y utilizada, la del venerable A.
García y Bellido, en su célebre obrita "España y los españoles hace dos
mil años (según la Geografía
de Estrabón)", quizá por datar de 1945 en su primera edición, no pudo, o
no quiso, traducir la crudeza con la que en realidad se expresaba este autor
grecorromano sobre los hispanos:
”En realidad, podría pensarse que la causa de las expediciones coloniales
de los griegos hacia los países bárbaros fuera el hecho de que los griegos
estaban divididos en pequeñas regiones y soberanías que, por la pasión de su
autosuficiencia, no querían tratos con las demás; y, por culpa de ello, tenían
menos fuerza frente a los invasores que venían de fuera. Este mismo afán de
independencia, creo yo, se da con particular intensidad entre los hispanos, ya
que por naturaleza tienen las dos características de la bribonería y la
hipocresía. Por sus modos de vida se convirtieron en agresivos y ladrones,
uniéndose sólo para pequeños objetivos, sin arrojarse nunca a grandes empresas,
porque se niegan a formar una gran potencia ni a confederarse. Es seguro que,
si ellos hubieran querido formar como un escudo unos con otros, en primer lugar
no hubiera sido posible para los Cartagineses vencerles y subyugar a la mayoría
de su país con la superioridad de su ejército. O, todavía más atrás, que los
fenicios consiguieran lo mismo, y después de éstos aquellos Celtas que ahora se
llaman Celtíberos y Berones. Ni, en segundo lugar, en tiempos más recientes,
haber caído en manos del bandido Viriato, en las de Sertorio, y en las de
cualquier pueblo que quisiera codiciar su territorio. Los mismos romanos, desde
que llevan la guerra contra los hispanos por sectores, atacando cada región por
separado, gastaron bastante tiempo en dominar esto, venciendo primero a una
tribu y luego a otra hasta que, aunque han pasado doscientos años o algo más,
ya los tienen a todos bajo su control.”
Para las reflexiones (necesariamente sintéticas) sobre la prolongación de
esta tendencia centrífuga de los hispanos en épocas posteriores, me permito
remitir al citado artículo, y a un par de mapas que demuestran (creo) cómo la
"España de las Autonomías" refleja más o meno la Iberia de Estrabón,
e incluso la Hispania
de los romanos, los cuales tuvieron que realizar nada menos que 14 subdivisiones
administrativas de la
Península. Por algo sería...
Pero no quiero dejar de comentar la gran paradoja, muy extendida, que
también recoge el (supongo) Dr. Orella, de considerar que "España se
remonta como nación al 519, cuando godos e hispano-romanos forjaron una unidad
de convivencia histórica", cuando es público y notorio 1) que los
godos eran invasores norte y centroeuropeos y 2) que sus relaciones con los
nativos hispanorromanos siempre fueron pésimas, justamente porque éstos los
veían como extraños.
Como lo de los "nacionalismos criados a los pechos del desarrollo
industrial", que es otra gran falsedad o falta de información, pues
los hechos (dejando aparte el sentimiento telúrico ya citado) sin los que no se
pueden entender las muy justas quejas de algunas regiones hoy
"nacionalistas" son los que siguieron a la implantación por Felipe V,
a sangre y a fuego, de un centralismo borbónico que era ANTINATURAL Y CONTRARIO
AL VERDADERO SER ESPAÑOL, esto es, a la tendencia congénita al autogobierno y al
cultivo y honra de la propia personalidad patria, que incluso los Habsburgo
austríacos habían respetado (si olvidamos algunos "detalles" como los
Comuneros de Castilla, por ejemplo).
La brutal presión ejercida por los Borbones para embutir a los españoles en
el modelo francés, absolutista y centralista, regido y ordenado desde "Madrid"
o, más bien, "desde Palacio" (todo ello muy conforme al famoso
"L'État c'est moi" de Luis XIV en 1655) es lo que llevó a
muchos conflictos posteriores, algunos de los cuales están en la verdadera raíz
del nacionalismo, no desde luego la industrialización del XIX. Son ganas de
silenciar hechos reales de la
Historia que se dice querer defender.
En fin, este tema da para mucho, pero yo al menos, si por algo lamento que
se reduzca el conocimiento y estudio de la Historia Antigua,
Media y Moderna, es porque es justamente ella la que explica (si se hace bien,
no "more franquico"), que España sólo puede responder a su
verdadera esencia histórica con un Estado como el que tenemos, de las
"autonomías", aunque llevado a sus últimas consecuencias, lo que no
se podía hacer hace 30 años.
¿Cuáles son éstas? El de 1978 es en realidad un sistema federal, aunque no
confeso, sólo lo estudian y explican como tal los constitucionalistas extranjeros
(y algún eminente español, ya fallecido). Sólo falta que algún día nos dejen de
verdad "autodeterminarnos" a todos, y que (previamente bien
informados, lo que ya es utópico) podamos optar por las claras y
conscientemente -no teledirigidos y con toda la oferta en un sólo lote, como
fue en 1978- por lo que mejor responde a la peculiar idiosincrasia española.
Que no es la francesa, obviamente. Claro que, para seguir explicando la Historia de España en
esas épocas con las antiguas ideas que leo por aquí abajo, casi mejor que no lo
hagan...
Veo a España como un "puzzle", que es a lo que históricamente
siempre ha tendido desde que tenemos noticia, y sólo cuando se lo han
permitido. Un "puzzle" ofrece también una imagen completa,
comprensible y armoniosa, la misma que puede ofrecer una obra pictórica. Pero
es contra lo que se empecinan algunos (singularmente la derecha, por qué no
decirlo), que creen que para obtener la imagen y el efecto de la (deseada)
unidad (como ya lo diagnosticaba el buen Estrabón hace 2 milenios), el método
tiene que ser siempre estar pegados con "Supergén"...
Aquí dejo este "toro" (nunca mejor dicho) en suerte. Quizá podamos
mantener un debate "comme il faut" sobre este espinoso asunto (que
otros hábitos franceses son muy de admirar y respetar)."
"Re: [terraeantiqvae] El secuestro del pasado español
Estimado Fernando: Gracias por tu comentario. Claro que tenemos muchas cosas
que nos unen, algo que se aprecia mejor cuanto mayor es la lejanía. Pero la
insistencia de muchos políticos y ciudadanos en negarse a reconocer que
"los otros" realmente han sufrido en el pasado graves vejaciones en
sus derechos (a su lengua, a sus más añejas instituciones, a sus costumbres...)
es muy perniciosa para restablecer una buena convivencia, ese "l'union fait
la force", esa "confederación" de pueblos distintos de los que
hablaba Estrabón. Y lo lamentable es que esa actitud negativa, ese
"llamarse a andanas" con la Historia, a veces hasta el más claro desprecio
por los "distintos", se puede oír, leer o ver casi a diario.
Cuando uno se lee los "Decretos de Nueva Planta" de Felipe V
contra Aragón, Valencia, Cataluña y Mallorca (http://recursos.pnte.cfnavarra.es/~mzubicob/gasuce.htm
), cuando se comparan los mapas de Cataluña antes (http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=2637
, en 1690) y después (http://www.celtiberia.net/verimg.asp?id=2638
, en 1752) de este monarca extranjero, cuando se sabe que hasta 1715 el catalán
era, de la forma más natural del mundo, la lengua oficial en Cataluña, se
entienden mejor muchas actuales reivindicaciones.
Más en general, la lectura de la ahormación de España al modelo francés,
destruyendo todo lo más genuinamente español, produce verdadera indignación (un
buen resumen en http://es.wikipedia.org/wiki/Decretos_de_Nueva_Planta
, textos en http://es.wikisource.org/wiki/Decretos_de_Nueva_Planta
, entre otras). Tanto centralismo, muy útil para una dinastía genuinamente
absolutista como la de los Bourbon, valía para los franceses, no en balde ya
todas las tribus galas se reunían anualmente y desde tiempo inmemorial en Lugdunum.
Pero no valía para España.
Los efectos de esa tensión aún perduran, y muchos todavía están dispuestos a
hacer muy poco por comprender o resarcir a los "perdedores", y montan
con fruición sus campañas de boicot a los productos catalanes y vascos, como si
eso significara ser más "español", cuando es ir contra lo que
realmente convendría hacer. Menos mal que los pueblos se llevan mejor en la
vida real que en la vida política, y viajamos de una región a otra y las
disfrutamos todas sin grandes problemas.
Pero sí, creo que tienes razón: si pensáramos de otro modo ya no seríamos lo
que somos: un pueblo acostumbrado a unos mínimos culturales e históricos (véase
la mayor parte de las programaciones televisivas), y "educados"
durante la mayor parte de su Historia para ser súbditos obedientes, y no
ciudadanos conscientes y reales protagonistas de su devenir. Un saludo
cordial."
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