A partir de los estudios del ingeniero Juan Gavala y Laborde (Madrid, 1959) y de los geólogos franceses J.R. Vanney (Madrid, 1970) y L. Ménanteau (París, 1973) (más diversos estudios de estos dos últimos), se abrió la perspectiva de estudiar a fondo la línea costera de la desembocadura del Betis en la Antigüedad, que se empezaba a revelar como extraordinariamente diferente de la actual.

Sobre esas bases, J. L. Escacena y A. Padilla Monje estudiaron el poblamiento romano de las márgenes del antiguo estuario del Guadalquivir (Sevilla, 1992), y el primero, a partir del estudio del yacimiento de "La Marismilla", condensó lo sabido hasta entonces, más sus datos sobre salinas litorales, en la obra El Guadalquivir salobre (Sevilla, 1996), a la que pertenece este mapa.

En estos últimos años O. Arteaga, también de la Univ. de Sevilla, en colaboración con el Instituto Arqueológico Alemán, lleva a cabo un ambicioso programa de sondeos que terminarán dándonos el mapa exacto de la línea costera en diversas épocas.

En el mapa se puede apreciar el carácter fuertemente oceánico de la desembocadura del río, que alcanza hasta Sevilla y las estribaciones del Aljarafe.

Esta cuestión es muy relevante a la hora de analizar la funcionalidad del yacimiento del Carambolo, que se elevaría, entre las cotas 60 y 90 aproximadamente, sobre ese marítimo panorama.

(Tomada de un artículo en prensa donde lo utilizo con otro curioso propósito, en Latomus 65.1, 2006)