Autor: Muñiz
sábado, 21 de abril de 2007
Sección: Artículos generales
Información publicada por: Muñiz


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La Memoria Histórica

Hoy, que tanto se habla de La Memoria Histórica, que nuestros políticos tratan de restituir la justicia para con quienes tanto sufrieron durante y tras la Guerra Civil, nada mejor que este recuerdo hacia quienes sufrieron represión y muerte,por ser fieles a su ideario, en este pequeño pueblo turolense.Este es el mejor homenaje a quienes siempre tendremos en "nuestra memoria"

La represión Franquista en Hijar. Teruel

Se ha dicho frecuentemente que en muchos pueblos del Bajo Aragón histórico, la Guerra Civil de 1936-39 fue muy dura, porque murieron muchas personas, que lucharon en los dos bandos. Esto, aún siendo verdad, puede servir para hacer un reparto de responsabilidades. Y esto es muy peligroso. Es muy fácil decir que es muy triste una guerra fratricida, que es algo que no debería repetirse. Estamos de acuerdo que no debería repetirse. Pero en un aviso a navegantes hay que recordar a determinadas personas que la Guerra Civil se originó como consecuencia de un Golpe de Estado frustrado. Que yo sepa el Golpe de Estado, aunque hay autores que lo discuten, lo llevo a cabo un grupo de militares con unas armas que les había dado el pueblo español para defender la legalidad constitucional. Dicho lo cual, quiero fijarme en una serie de hechos ocurridos en Híjar, a partir de la mitad de marzo de 1938, tras la llegada de los nacionales, a los que la Iglesia católica apoyó, justificó, permitiendo que su Generalísimo entrase bajo palio en las Iglesias.

En primer lugar quiero fijarme en una serie de asesinatos cometidos por los nacionales sobre los rojos. Lo único que pretendo es dar a conocer los nombres de estos asesinados. Nada más. En absoluto reabrir heridas. Lo único es sacarlos del olvido y que su nombre sea conocido. Fueron los siguientes:

José Morales Montañés de 31 años, casado fue ejecutado el 8/9/41. José Gómez Turón, "El Tio Rinconero" o también llamado "El Tio Maticas", de 72 años el 23/10/40. Antonio Meseguer Barceló, de 21 años, el 21/11/38. Antonio Ferrer Gónzález, electricista, de 26 años, el 16/8/36. Todos fueron ejecutados en Zaragoza capital (1).

Fueron ejecutados en otros lugares Agustín Montañés Martín, Luis Pina Pamplona, José Gros Bielsa, Pascual Clavero Caso y Pilar Mirasol Gerique.

Fueron asesinados por los nacionales en Híjar: José LaSALA Berges, Francisco SALAs Esteban, Manuel Meseguer Losilla y Miguel Loren Gracia; los dos últimos ya acabada la guerra, el día 21 /4/39. Los detalles de estos asesinatos fueron auténticas salvajadas, por decirlo de una manera suave. Hoy todavía los cuerpos de Manuel y Miguel están enterrados fuera del Cementerio Municipal., con una inscripción en su lápida de caídos por defender la democracia y la libertad. En los momentos de la transición hubo un leve conato por parte de una autoridad municipal de llevar los cuerpos, lo que queda de ellos, al Cementerio por la noche, a lo que se negaron los familiares de Manuel, argumentando que el cuerpo de su padre sería llevado a plena luz del día y no con nocturnidad y alevosía.

En uno de los bombardeos de las tropas golpistas sobre Híjar, en los días previos a su entrada el 13 de marzo de 1938, sucumbieron asfixiados en un refugio 28 personas, al haberse taponado la salida.

También perecieron en los campos de concentración nazis otros hijaranos. Fueron los siguientes: Blas Esteban Turón en Mauthausen el 25/10/41. Luis Valencia Lahoz en Gusen el 1/11/41. José Monzón Mallor en Gusen el 6/11/41. Alejandro Membrado Benaque en Gusen el 3/4/41. José Beltrán Lorenzo el 20/11/44 en Gusen (2).

Es probable, mejor seguro, que alguno en estos momentos tendrá un pensamiento parecido a éste. Deberías haber puesto también los muertos entre los nacionales. Si estás entre estos, te puedo decir que puedes pasarte por la iglesia parroquial de Híjar y en el atrio a la derecha, puedes leer sus nombres en una lápida de mármol, impresos desde hace 65 años. Todos los muertos entre los nacionales ha sido muy fácil conocer sus nombres. Lo que ya no ha sido tan fácil es conocer los nombres de los muertos entre los rojos. Lo único que se intenta con este breve artículo no es otra cosa que dar a conocer los nombres de todos aquellos que murieron defendiendo la legalidad constitucional. Ese fue su delito. Creo que dar a conocer sus nombres es lo mínimo que debemos hacer, por dignidad, por humanidad, por ética, y por sentido democrático.

Ahora quiero fijarme en otro tipo de represión, menos cruenta, pero también cruel que se ejerció sobre los rojos hijaranos y que, quizás, sea poco conocida (3). El 13 de marzo de 1938 entraron las tropas franquistas en Híjar, como he comentado anteriormente. A partir de este momento pusieron en marcha las nuevas autoridades un conjunto de medidas, de carácter represivo, que nos indican el talante del régimen franquista, que recibía el plácet de la iglesia católica. Desde cualquier punto de vista que se examine, tanto el sistema político franquista como la iglesia católica demostraron, además de su inquebrantable solidaridad, su extrema dureza para con los vencidos, sin la más mínima concesión a un cristiano perdón. Voy a poner una serie de ejemplos de su manera de actuar. Los rojos, una parte importante huyeron ante el temor de represalias, y por ello sus bienes y propiedades, al quedar abandonas, fueron aprovechadas, como veremos más adelante. Los rojos que permanecieron fueron sometidos a todo tipo de vejaciones y escarmientos. Para ver la manera de actuar de los nacionales me serviré de una fuente documental clara y explícita, como es el Libro de Actas Municipales del Ayuntamiento de Híjar.

Los rojos pagaron con sus bienes patrimoniales. En el Pleno municipal de 24 de abril de 1938 se decidió que debían juntarse en un local los colchones y las máquinas recuperadas en Híjar a los rojos huidos, por ser estos objetos de difícil asignación para su dueño, ser de primera necesidad y muy codiciados por todos. En el Pleno de 8 de mayo de 1938 decidieron recoger todas las máquinas, trillos, arados, atalajes de labranza y demás enseres que estaban abandonados por los rojos en las eras, fincas y torres de este término municipal y depositarlos en un local de la carretera propiedad de D. Justo Mosso. Del mismo modo acordaron colocar en la puerta de los pajares de los huidos rojos de esta localidad un letrero que dijera: "Incautado por el Ayuntamiento y prohibida la entrada a toda persona no autorizada por el mismo·" , procediéndose a su cierre. A su vez cualquier vecino que quisiera paja de estos pajares debía pagar 5 pesetas por viaje al Ayuntamiento. En el Pleno de 1 de mayo de 1938 se había tomado la decisión de repartir los objetos recuperados, en primer lugar a los familiares de los fusilados y pobres de solemnidad; y después a aquellos individuos que, a juicio del Ayuntamiento, por su conducta política durante el actual movimiento fueran más acreedores de obtener beneficios de dicho reparto, acordando se hiciera relación de los bienes entregados a cada uno y nombrar para ello al concejal Joaquín Montañés Ferrer, al alguacil José Mª Lansaque Arbiol y al Secretario. En el Pleno de 15 de mayo de 1938, se leyó por parte del Alcalde el contenido de la Ley inserta en el Boletín Oficial de la provincia de Zaragoza nº 108, (durante unos meses estuvo dependiendo Híjar de la administración de Zaragoza) sobre recuperación agrícola de los productos de la tierra de aquellas fincas abandonadas por los rojos de la localidad, por la cual se debía constituir una Comisión, integrada por el Alcalde como Presidente, un Secretario que será el del Ayuntamiento; y, como vocales, un representante de F.E.T. y de las J.O.N.S., un agricultor y un práctico de campo nombrado por el Ayuntamiento. Así efectivamente se hizo, como representante de F.E.T. de las J.O.N.S. a José Mª García Atance; a Luis Lázaro Aínsa, como agricultor; y José Sanz Gómez, como práctico de campo; más el Alcalde y el Secretario. En el Pleno de 15 de mayo de 1938 se aprobó publicar un bando prohibiendo labrar sardas de los rojos y que se entrevistasen los concejales; Mariano Pina Gracia, Mariano Mallor Pina con la Junta de F.E.T. y de las J.O.N.S. para ver de solucionar este asunto, en unión del Alcalde, D. Luis Monzón Mosso.

En el Pleno del 11 de septiembre de 1938 se aprobó que se debía pagar, a partir del 1º de octubre próximo, por los actuales inquilinos, el alquiler de la casa que habitasen y que había sido abandonada por individuos rojos de esta villa, cuyo alquiler sería impuesto por una Comisión del Ayuntamiento, compuesta por los concejales: Mariano Mallor Pina; Joaquín Montañés Ferrer e Isidoro Mallor Gan, los cuales revisarían el estado actual en que se encontrase cada uno de los edificios expresados; debían hacer lo mismo con los pajares de los rojos. A su vez otro bando de 1 de mayo de 1938, anunciaba que todo vecino de derechas, que hubiera llevado trigo a la harinera de Híjar, desde el día 1º al 13 de marzo, en que fue liberada esta plaza por el Ejército Nacional, se presentase en la Secretaría del Ayuntamiento a manifestar si se lo pagaron o no. En el Pleno de 22 de mayo de 1938 se adjudicó al vecino José Pitarque Pina, tras haberlo solicitado, el borrico del rojo huido Francisco Monzón Gómez.

Veremos que los rojos, también pagaron con su trabajo gratuito. El 11 de septiembre de 1938 el Ayuntamiento decidió que la limpieza y arreglo de los locales de las escuelas de párvulos del edificio de las hermanas de San Vicente de Paul de esta villa, se hiciera con cargo al presupuesto municipal, a fin de que pudieran dar clase, y que, a ser posible, se emplease gente roja para proceder a la limpieza de toda la casa de las monjas, sita en la calle Otal, no pagando cantidad alguna a estas gentes. El 23 de octubre de 1938 se decidió que la leña que el Ayuntamiento facilita para la cocina de Auxilio Social de esta villa la trajeran del Pinar los individuos clasificados como no afectos al Glorioso Movimiento Nacional de esta villa.

El 26 de marzo de 1939 se decidió que la limpieza de los solares particulares de los escombros producidos por la aviación(la franquista) la llevasen a cabo los rojos. El 9 de abril de 1939 para la construcción del Monumento a los Caídos se decidió que debían presentarse a trabajar los rojos durante 15 días, quedando además a elección del Ayuntamiento el poder mandar a dichos individuos mayor número de días en la limpieza de la localidad, si lo estimaba necesario. Más los rojos no sólo contribuirían con su trabajo.

Los rojos pagaron a su vez con su dinero. En el Pleno de 11 de septiembre de 1938 el Ayuntamiento decidió abrir una cuenta corriente en el Banco de Crédito de esta localidad, a nombre del Ayuntamiento con el nombre de "Retenidos", con todo el dinero incautado a los rojos, como desafectos al Régimen que acaudilla el Generalísimo Franco, y pronto en el Pleno de 11 de diciembre de 1938 decidieron que de ese dinero retenido a los rojos, se arreglase el local de la escuela de párvulos, tres dormitorios y una cocina de las monjas de San Vicente de Paul. De la misma cuenta en el Pleno de 16 de abril de 1939, se aprobó asignar 1100 pesetas para arreglar la Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor. Si fueron los rojos los que la quemaron, más tarde contribuirían a repararla. Lo primero desde el lado franquista nos lo han dicho continuamente, en cambio, lo segundo nos lo han silenciado conscientemente.

El 1 de mayo de 1938, el Alcalde D. Luis Monzón Mosso, comunicó que había recibido una orden del Gobernador Civil de la provincia de Zaragoza, de realizar una relación de todos aquellos vecinos afectos al Movimiento Nacional, y otra de los no afectos, con el fin de que sean remitidas a su autoridad. También los rojos perdieron sus puestos de trabajo. En el Pleno del 22 de mayo de 1938 se nombró, con carácter provisional, encargado del servicio de las aguas y con tres pesetas diarias de sueldo, al falangista Braulio Muñoz Robres, en sustitución del que lo detentaba José Muñoz Pérez, rojo huido. Se concedió interinamente el cargo de Voz Pública al vecino de Híjar, Joaquín Lopez Oliver, tras haber quedado vacante dicho cargo, ya que el que lo desempeñaba Joaquín Losilla Gómez, estaba sometido a sumario militar y detenido en Zaragoza, como desafecto al régimen de la Nueva España. El Presidente dio cuenta a la Corporación de la Circular del Exmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia de Teruel, de fecha de 30 de abril último, inserta en el B.O de la de Zaragoza, nº 103, por la que se ordena se proceda a la formación de ligeros expedientes con forme al D. Nº 108, de la Junta de Defensa Nacional. B.O. del Estado nº 22 de 13 de septiembre de 1936, a todos los empleados que se hayan distinguido por sus actividades políticas o sociales contra el Movimiento Nacional, desarrolladas antes y después del mismo, y como en este caso, se encuentran los funcionarios municipales de esta localidad: Joaquín Losilla Gómez, Voz Pública; Felipe Castañer García, guardián de la cárcel de partido; Joaquín Turón Turón, enterrador en el cementerio católico municipal; José Muñoz Pérez, encargado de las aguas públicas; y Pascual Monzón Carrillo, caminero de la huerta. A todos ellos se les suspendió del cargo, y se encargó al concejal Jesús Adell Aínsa, como Juez instructor de los oportunos expedientes.. En el Pleno de 12 de junio ya se había hecho el correspondiente expediente a todos ellos, salvo a Felipe Castañer García, suspendiéndoles de empleo y sueldo.

Para acabar con este pequeño artículo, quiero reflejar una decisión tomada por el Ayuntamiento de Híjar, que puede servir de reflejo del espíritu que impregnaba la dictadura franquista. No tiene desperdicio. España era lo más parecido a un internado. Es el que sigue:



"El 2 de octubre de 1938 se facultó a los alguaciles, José Mª Lausaque y Luis Pérez, para que durante la misa de 12, tomasen nota de los individuos que no estuvieren respetuosos en la Iglesia y lo comunicasen a la Alcaldía para su correspondiente corrrectivo."



NOTAS:

CASANOVA, Julián y otros, El pasado oculto. Fascismo y violencia en Aragón. (1936-1939), 2ª Edición, Zaragoza, Mira Editores, 1999.


Datos proporcionados por Pilar y Adela Gálvez, hijaranas republicanas exiliadas y que han sido confirmados por Mariano Constante.


Todos los datos han sido sacados del Libro de Actas del Ayuntamiento de Híjar, de 23 de marzo de 1938 a 18 de octubre de 1941. Archivo Municipal de Híjar.
CÁNDIDO MARQUESÁN MILLÁN

PROFESOR DE HISTORIA del I.E.S "BENJAMÍN JARNÉS" de Fuentes de Ebro.

Más informacióen en: http://www.memoriaylibertad.org/OTROS%20LUGARES/ARAGON/Hijar.htm


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  1. #1 jfca 02 de mayo de 2007

    Las primeras víctimas de la sublevación franquista fueron los jefes del Ejercito.
    Aquellos a los que debían y habían jurado lealtad y obediencia.
    Al comienzo de la sublevación hubo un momento importante y de gran intensidad dramática:
    Franco, jefe militar de las Islas Canarias, se dirigió a los generales del Ejército para reclamar su apoyo.
    ¿Como respondió el Ejercito a ese llamamiento?
    - De los ocho Comandantes en Jefe de las ocho regiones militares del país solo se sublevó uno.
    - Entre los los veintiun oficiales generales de grado mas elevado del Ejercito,
    diecisiete permanecieron fieles al Gobierno de la República y solo se sublevaron cuatro.
    - Los seis generales de la Guardia Civil se mantuvieron fieles igualmente.
    - El General en Jefe de la Aviación tampoco apoyó la sublevación.
    - De los cincuenta y nueve generales de brigada, cuarenta y dos permanecen fieles y
    tan solo se sublevan diecisiete.
    - El 18 de Julio del 36, Franco tuvo frente a él a la mitad de su ejercito e hizo fusilar a los
    dieciseis generales que no habían podido salir del territorio bajo su dominio.
    Nunca se ha vertido tanta sangre de militares de alta graduación como en ese combate por
    defender la República. ¿Que pasó en realidad ese 18 de Julio del año 1936?,
    Un grupo de militares sostenidos por falangistas, carlistas y monárquicos atacó las residencias
    de los jefes superiores del Ejercito de España y los comandantes de las regiones militares
    fueron destituidos o fusilados.
    Franco se nombra a si mismo Jefe Superior de las fuerzas de Marruecos despues de encarcelar
    al titular del puesto, el general de división don Agustín Gómez Morato.
    El general Mola se proclama Jefe de la VI Región Militar (Burgos) despues de haber echo fusilar
    a su superior el general Domingo Batet Mestre. El general de la reserva Saliquet procedió de
    igual forma en la VII Región Militar (Valladolid) ejecutando al titular del puesto el general de división
    Nicolás Molero Lobo. En Sevilla Queipo de Llano hizo fusilar igualmente al Capitan General de
    la II Región Militar, don José Fernández Villa Abrille y ocupó su puesto.
    La misma escena se repitió en Galicia (VIII Región Militar), donde el Capitan General, don
    Enrique Salcedo Molinuevo, fué pasado por las armas y sustituido por un coronel.
    Todos el mundo sabe que en Granada los franquistas fusilaron al poeta Federico García lorca,
    pero pocos recuerdan que también ejecutaron al Gobernador militar, general, don Miguel Campins.
    El general Núñez de Prado fué fusilado en Zaragoza, el general Caridad Pita en A Coruña,
    el general López Viota en Sevilla, el general Mena Zueco en Burgos, el coronel Carrasco Amilibia
    en Logroño, el general Gómez Caminero en SALAmanca, el general Romerales en Melilla,
    el Alto Comisario, don Arturo Alvarez Buylla en Tetuán, el coronel inspector de la Legión, don
    Luis Molina Galano en Ceuta.
    En Asturias un "consejo de guerra" envió al pelotón de ejecución al coronel de artilleria,
    don José Franco Mussió, comandante militar de Trubia y director de la Fabrica Nacional de Armas;
    al comandante de artillería, don Manuel Espiñeira Cornide, a los capitanes, don
    Luis Revilla de la Fuente, don Hilário Sáenz de Cenzáno y Pinillos, don Ernesto González Requerín,
    don Ignácio Cuartero Larrea, don José Bonet Molina y al teniente, don Luis Alau Gómez Acebo.
    En Ferrol fue asesinado en su despacho a manos de dos subordinados (futuros ministros de
    la Dictadura) el Comandante en Jefe del Departamento Maritimo de Ferrol, almirante,
    don Antonia Azarola.
    El único crimen de estos oficiales fue el de permanecer fieles al Gobierno y a su juramento militar.
    Las primeras víctimas de la sublevación de Julio de 1936 no fueron los gobernadores civiles,
    los alcaldes, los diputados a Cortes, los miembros de los partidos políticos de izquierdas o de
    los sindicatos obreros, sino generales y jefes del ejército que vertieron su sangre en defensa de
    la legitimidad La importancia de los efectivos militares que se sublevaron en la Península fué en
    realidad muy limitada. Por ello los isurrectos tuvieron necesidad de utilizar el ejército de Marruecos
    para dominar la situación. Estaba compuesto éste por cinco unidades de fuerzas regulares
    indígenas (marroquíes del Protectorado) y de la Legión (formada por un tercio de extranjeros).
    En total unos veinte mil hombres disciplinados y combativos. La llegada a España de estas tropas
    mercenarias y extranjeras, sumado al antimilitarismo de las clases obreras y sindicatos, modificó
    profundamente el equilibrio de las fuerzas en contienda, aun antes de que Franco recibiese el
    apoyo de Hitler y Mussolini. Franco decretó en Octubre del 36 un: "aumento se sueldo para las
    fuerzas indigenas de Marruecos y los legionarios que han lanzado el Movimiento con tanto
    entusiasmo". La primera recompensa concedida por Franco al principio de la guerra fué para el
    Gran Visir de Tetuán, Sidi Ahmed el Ganmia, al que condecoró personalmente con la Gran Cruz
    Laureada de San Fernando, el 19 de julio del 36. Así se expresó el reconocimiento a quienes
    habían sido la fuerza de choque inicial y decisiva.
    Esa lamentable conjunción internacional y la matanza vil y odiosa de generales, jefes y oficiales
    del ejército español fieles a la República, es lo que los vencedores han llamado:
    " el espíritu del 18 de Julio" y "el Glorioso Ejercito Nacional".

    Fuentes: Le Monde (Paris) y La Nación (Buenos Aires) 1971

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