Autor: R. Chao
martes, 22 de noviembre de 2005
Sección: Artículos generales
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El Reino de León tras el año 1230

Ni el Reino ni la Corona de León se evaporaron tras su unión con Castilla en el año 1230.

Muchos historiadores de todas las épocas y lugares coinciden en un punto cuando tratan del Reino de León: éste desaparece sin dejar rastro en 1230, año en el que, por una serie de casualidades, las Coronas de León y Castilla recaen en Fernando III. Esta súbita desaparición resulta cuando menos sospechosa, ya que la Corona Leonesa englobaba diversos reinos y territorios a los que hoy nadie osa a negar su identidad (Reino de Galicia, Asturias y Extremadura). Sin embargo, y paradójicamente, no ocurre lo mismo con el Reino de León, núcleo de la Corona. ¿A qué se debe este contrasentido? Sin duda, la ignorancia y el desconocimiento son los principales culpables. Pero es indudable que hoy en día gran parte de la culpa recae en los historiadores al servicio de la Junta, cuya principal intención es hacernos creer que el Reino de León se fundió totalmente con Castilla, e inmediatamente perdió su identidad y personalidad en favor de un presunto e inexistente “Reino de Castilla y León” que se uniformó con bases castellanas. La intención del presente artículo es hacer un somero repaso por una serie de aspectos históricos que demuestran que la realidad fue muy diferente.
-Las Cortes: Tras la desaparición de sus monarcas, serán las Cortes de la Corona Leonesa las que ostentarán la representación de los territorios que ésta englobaba. Durante todo el siglo XIII, leoneses y castellanos celebran sus respectivas Cortes por separado. En ocasiones se convocan en la misma ciudad, pero los representantes de cada Corona se reúnen y deliberan en dependencias diferentes: por ejemplo, esto fue lo que ocurrió con las que se celebraron en Valladolid en 1293. Las relaciones entre unos y otros no debían de ser muy cordiales, ya que Fernando IV justifica la separación “por evitar peleas y reyertas que pudieran ocurrir”. Los temas a tratar a veces eran similares en ambas Cortes, pero también abundan las peculiaridades: así, los leoneses hicieron hincapié en que el Fuero Juzgo tenía que continuar siendo la principal guía en sus pleitos, y exigieron que los naturales de sus reinos sólo pudieran ser juzgados en los tribunales leoneses. Estos aspectos fueron magistralmente estudiados por el recientemente fallecido José Luis Martín, catedrático de Historia de la Edad Media en Salamanca.
La unidad de la Corona leonesa con la castellana corrió grave peligro en varias ocasiones en los convulsos años de finales del siglo XIII: el infante Juan llegó a pretender reinar sobre Galicia y León (que incluía a Asturias), y la situación prácticamente se volvió a repetir en 1319, lo que demuestra que las dos Coronas estaban prendidas con alfileres. En el siglo XIV comienzan a imponerse las Cortes conjuntas, pero se continuó dando ordenamientos a los concejos de León muy distintos de los de Castilla. De todas formas, se siguieron convocando Cortes por separado de forma esporádica, y así parece que ocurrió en las de los años 1302, 1305, 1318, 1322, etc., cuando ya hacía más de un siglo de la unión de los reinos. Como muestra de esta diversidad, hasta 1348 el rey contaba con el asesoramiento directo de cuatro consejeros de León y Galicia, cuatro de Castilla, cuatro de las Extremaduras, y cuatro de Toledo y Andalucía. Pero, por desgracia, la vía de la pluralidad fracasó, ya que a mediados del siglo XIV se impuso el rodillo castellano, y a partir de entonces las leyes serán las mismas para todos los reinos.
-La Hermandad del Reino de León: En un nivel más popular, durante el caos y las guerras civiles de finales del siglo XIII y comienzos del XIV, las ciudades comenzaron a organizarse en hermandades. Esta situación fue legalizada en 1295, y cada reino creó su propia hermandad. La de los reinos de Galicia y León (que, insistimos, incluía a Asturias) se reunía anualmente en la ciudad legionense, y estaba integrada por los concejos de 31 ciudades y villas (Salamanca, Zamora, León, Astorga, Oviedo, etc.). El sello de esta hermandad incluía la figura del león del reino, y una representación del apóstol Santiago a caballo. Sus principales atribuciones fueron la administración de justicia y el mantenimiento del orden, llegando en ocasiones a usurpar las funciones de los oficiales reales. En 1315 se intentó crear una Hermandad General que englobara a las de los distintos reinos, pero las desavenencias fueron constantes, y ésta tuvo que ser disuelta en 1318 ante la negativa de leoneses, toledanos y extremeños a reunirse con los castellanos, por lo que la división de las hermandades por reinos continuó durante muchos años. Herederos de estas agrupaciones fueron los irmandiños gallegos, que provocaron fortísimas revueltas sociales en la segunda mitad del siglo XV.
-La Cancillería y la Notaría del Reino de León: La Cancillería fue creada como tal por el emperador leonés Alfonso VII, y tal cargo recaía en el arzobispo de Santiago, sobre quien recaía así la responsabilidad de emitir los documentos regios. Cuando Castilla contó con un rey propio, creó una nueva cancillería en la persona del arzobispo de Toledo. Tras la unificación de las dos coronas llevada a cabo por Fernando III, durante siglos continuó habiendo un canciller de León, y otro de Castilla, aunque acabarían convirtiéndose en meros títulos honoríficos. Alfonso X y Sancho IV intentaron acabar con esta duplicidad, pero sus sucesores la conservaron.
Con Alfonso X surgen las Notarías de León, Castilla y Andalucía, y, algo más tarde, la de Toledo. Cada una de estas Notarías se encargaba de elaborar y tratar los documentos que hacían referencia a sus respectivos territorios. En las Cortes de 1295 los procuradores exigieron que los notarios sólo fueran dos, el de León y el de Castilla, y así se hizo.
-El Tribunal del Libro: Este tribunal especial, netamente leonés, sentenciaba los pleitos utilizando el Liber Iudiciorium o Fuero Juzgo, del que se sabe que existieron copias romanceadas en leonés y en gallego. Era una reminiscencia del Derecho visigodo, pero continuó teniendo vigencia en León más allá de Alfonso X. Las reuniones de este tribunal tuvieron lugar casi con seguridad en el Locus Apellationis de la Catedral. Estaba presidido por un eclesiástico asistido por varios jueces ordinarios: atendía pleitos en primera instancia, y en apelación de la corte regia, lo que le dotaba de una extraordinaria importancia.
-La Merindad Mayor del Reino de León: los merinos mayores eran oficiales públicos de categoría superior en cuyas personas delegaba el rey gran parte de su autoridad. Tuvieron competencias muy amplias sobre todo el reino leonés. Ya aparecen documentados en el siglo XII, y Fernando III los estableció por separado en León y en Castilla, y, más tarde, en Galicia y en Murcia.
-El Adelantamiento Mayor del Reino de León: sustituyó a la anterior institución, aunque poco a poco vio cómo se iba reduciendo el territorio sometido a su jurisdicción, hasta que en el siglo XV quedó limitado a los límites de la actual provincia de León, y algo más de la mitad de la de Zamora. Asturias fue desgajada del Adelantamiento del Reino en el año 1402. Durante muchísimo tiempo no tuvo una sede fija, ya que constituía un tribunal itinerante, aunque a mediados del siglo XVII acabó estableciéndose en la ciudad de León. Su cárcel y su archivo se localizaban en La Bañeza. Esta institución tuvo amplísimas competencias de justicia y de gobierno, y con el nombre de Alcaldía Mayor del Reino de León perduró al menos hasta el año 1799. Entre sus atribuciones estaba el mantenimiento de bosques y de infraestructuras viarias. Al ser un tribunal de carácter regio, sirvió de freno a la justicia señorial, por lo que era visto con simpatía por las clases populares. En Castilla tenían sus propios adelantados, y no les estaba permitido entrar en el Reino de León.
-El Defensor del Reino de León, o Procurador General del Adelantamiento: prácticamente fueron la misma institución con distinto nombre según la época. Aparecen en la documentación a partir del siglo XVII, y su función consistía en prestar ayuda y defensa a los pobres y a los lugares que así se lo pidieran. Su ámbito de actuación era el Adelantamiento del Reino, y podían “apelar todas las cosas que hicieren contra las Leyes del Reino”.Esta institución existió al menos hasta finales del siglo XVIII.
-La Iglesia leonesa tras 1230: en general conservó su propia idiosincrasia y organización, pero, a pesar de la reunión de las dos Coronas en una sola, durante casi un siglo los obispos de cada reino se reunieron en sínodos separados. Por ejemplo, en 1302 tuvo lugar un sínodo en Peñafiel al que sólo acudieron los obispos castellanos, mientras que en 1310 hubo otro en Salamanca convocado únicamente por los obispos leoneses. Al desaparecer el Estudio General de Palencia, se llegó al acuerdo de que el rector de la Universidad de Salamanca fuera un año de origen leonés, y al siguiente, castellano, estableciéndose así una alternancia anual que duró siglos. En cuanto a las órdenes militares, la de Santiago continuó manteniendo la Encomienda del Reino de León.
-Los concejos abiertos: esta noble institución tiene sus orígenes en la Alta Edad Media, y ha sobrevivido hasta el día de hoy en algunos pueblos de la región. Son uno de los más claros ejemplos de democracia popular, ya que pueden participar todos los vecinos. Solían reunirse alrededor de un árbol, en los soportales de la iglesia, en una plaza o en una casa de concejo a la salida de la misa. Atendían los asuntos comunales, y todo lo que podía afectar al pueblo de forma más inmediata. Han sido muy bien estudiados por el catedrático de Historia Moderna Laureano Rubio.
-La moneda de la Corona Leonesa: Con Fernando II, a León le correspondió la gloria de acuñar las primeras monedas de oro cristianas de la Península y de toda Europa occidental. Como es lógico, las monedas leonesas eran totalmente diferentes de las castellanas tanto en su aspecto externo como en su sistema de valores. Cuando se unen ambas Coronas, cada una mantuvo su propia moneda hasta las reformas del año 1265 de Alfonso X. Aún así, el maravedí leonés (o “longo”) continuó teniendo un valor distinto al del maravedí castellano (o “curto”) hasta el siglo XIV. Por si fuera poco, en la Corona de León la moneda portuguesa circulaba con valor legal, y lo mismo ocurría en Portugal con la moneda leonesa, ya que ésta fue moneda oficial en varias regiones lusas. Estos y otros aspectos de la moneda leonesa fueron estudiados por la fallecida Mercedes Rueda Sabater, aunque en realidad todavía hoy está casi todo por hacer.
-Mapas: Como muy bien señaló el periodista Emilio Gancedo en la Revista del Diario de León del 31 de octubre de 2004, no hay ni un solo mapa general de España desde el siglo XV que no incluya al Reino de León de una u otra manera. La excepción la podrían constituir algunos de los llamados portulanos, pero ello se debe a que su principal interés estaba en trazar las costas, puertos y rutas marítimas de la manera más exacta posible, por lo que prestaban poca atención a las zonas del interior. Los mapas anteriores a la segunda mitad del siglo XVII constriñen el reino a la actual provincia de León, y la mitad norte de Zamora, mientras que a partir de esa fecha prácticamente todos lo extenderán a Salamanca, Zamora, León, y la mitad occidental de las provincias de Valladolid y Palencia. Aunque que la división provincial de 1833 dejaba al margen a estas últimas dos provincias, en muchos de los mapas del siglo XIX continúan apareciendo.
-Los símbolos del Reino y la proclamación de los reyes: A pesar de la creación del escudo cuartelado de castillos y leones, no será raro encontrárnoslo en diversos lugares del Viejo Reino con el león situado en el primer cuartel, que es el predominante. El símbolo de nuestro reino aparece esporádicamente en solitario en algunas representaciones, como en la fachada Oeste de la Catedral, o en las plasmaciones artísticas del cortejo fúnebre de Carlos I de España y V de Alemania. Por otra parte, sabemos que se enarbolaba el pendón de la ciudad de León con ocasión de la proclamación de los reyes hasta la época de Isabel II (s.XIX): cabe destacar esta ceremonia, ya que dentro de la Corona de Castilla, tan sólo Galicia y León tenían el privilegio de tremolar su propio pendón en lugar del real de Castilla.
León también dejó clara su personalidad en múltiples ocasiones tras la caída del Antiguo Régimen, como en la Guerra de Independencia, en la I República, en la división provincial llevada a cabo en 1833, en las guerras carlistas, etc., pero todo ello será materia de otro artículo.

Más informacióen en: http://corazonleon.blogspot.com/2005/03/el-reino-de-len-tras-su-unin-con.html


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Comentarios

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  1. #1 R. 23 de nov. 2005

    Perdóneme, A.M. Canto, pero sus oPiniones parecen sacadas de los manuales de la Junta de Castilla y León.
    Sobre el sentimiento de abducción: eso es lo que parecen defender ciertos historiadores al servicio de la Junta. O, peor aún, una simple desintegración de todo lo quie no fuera Castilla.
    Sobre la moneda: ¿ha leído detenidamente el apartado? La moneta legionis perduró más de un siglo después de la unión de 1230. Hubo incluso varios intentos de reinstaurar la Corona Leonesa a finales del siglo XIII y comienzos del XIV.
    Sobre el sentimiento de los leoneses: ¿ha hablado con alguno de ellos? Le animo a que visite León y hable con sus gentes.
    Sobre lo de llevar asociados más de 800 años, ¿por qué no se lo recuerda a los asturianos, vascos, gallegos, etc. etc? Si ellos no lo celebran, ¿Por qué ha de hacerlo León? ¿Por estar integrado en una autonomía en contra de la voluntad popular?

  2. #2 A.M.Canto 23 de nov. 2005

    Le perdono, Sr. Chao (Hoy, a las 09:08), pero no he leído nunca un manual de ésos. Lo que leo es el procedimiento que estaba previsto en la C.E. de 1978 para crear una Comunidad Autónoma, en este caso la de "Castilla y León":

    Capítulo Tercero. De las Comunidades Autónomas
    Art. 143
    1. En el ejercicio del derecho a la autonomía reconocido en el artículo 2 de la Constitución, las provincias limítrofes con características históricas, culturales y económicas comunes, los territorios insulares y las provincias con entidad regional histórica podrán acceder a su autogobierno y constituirse en Comunidades Autónomas con arreglo a lo previsto en este Título y en los respectivos Estatutos.
    2. La iniciativa del proceso autonómico corresponde a todas las Diputaciones interesadas o al órgano interinsular correspondiente y a las dos terceras partes de los municipios cuya población represente, al menos, la mayoría del censo electoral de cada provincia o isla. Estos requisitos deberán ser cumplidos en el plazo de seis meses desde el primer acuerdo adoptado al respecto por alguna de las Corporaciones locales interesadas.
    3. La iniciativa, en caso de no prosperar, solamente podrá reiterarse pasados cinco años.


    Que yo sepa, pues, todas las Diputaciones de las provincias de Castilla y de León, así como la mayoría del censo electoral de Castilla y León representado por sus municipios, efectivamente aprobaron la iniciativa de constituir esa C.A., y a la primera, no hicieron falta los cinco años siguientes.

    Por lo que respecta a los 22 años transcurridos desde ello, tampoco he oído de revueltas leonesistas, protestas generalizadas ni nada similar.

    Y, si se refiere Ud. a la encuesta de Barocyl: "Cuando se pregunta si debería haber una comunidad entre León, Zamora y Salamanca, el 42 por ciento de la gente de Salamanca lo ve eso bien, en Zamora y León el 31 por ciento..."
    O sea, hay menos gente partidaria de separarse en el propio León que en Salamanca, y en ningún caso son más del 50% ("La OPinión de Zamora": http://boards3.melodysoft.com/app?ID=raicescharras&msg=724).

    Pues ésos todos son los hechos e indicios con los que creo que hay que operar, o por lo menos no hacer como si no existieran. Pero, como digo, dejo la polémica porque no quiero que se entienda la descripción de un hecho con el deseo del mismo, y en estos temas ese peligro siempre está latente. Saludos.

  3. #3 amaco 23 de nov. 2005

    Bueno, vamos por partes:

    Ricardo. Alicia ha dado sobradas muestras en Celtiberia de rigor y de esfuerzo por eliminar mitos, confusiones y errores de lo que conocemos de la Historia de España. No duudo en que rechazaría "los manuales de la Junta".

    Brandam. La reivindicación del derecho constitucional de la región leonesa a autonomía no es nacionalismo. Búsca esta palabra en el DRAE. Tampoco lo es poner en evidencia que la leonesa y la castellana son dos identidades históricas diferenciadas. No sé que tiene que ver el PANCAL o Tierra Comunera con esa reivindicación y se hace evidente que desconoces demasiadas cosas sobre el proceso autonómico de esa comunidad autónoma. No obstante, nada ni nadie te impide oPinar.

    Alicia. El artículo 143 de la Constitución Española dice "En el ejercicio del derecho a la autonomía reconocido en el artículo 2 de la Constitución..." y el artículo 2 reconoce el derecho a autonomía a las regiones españolas. Creo que nadie discutirá que "Castilla y León" nunca ha sido una región. Su mismo nombre revela su condición birregional. Por la misma razón, dos entidades históricas no pueden tener "características históricas, culturales y económicas comunes". Ni siquiera tienen un nombre común.

    gueton5: "Dividir a los castellanoleoneses". vamos a ver... Si es fácil: castellanos-leoneses. Son dos identidades históricas distintas, con gentilicios distintos, vinculados a egiones históricas distintas, pero metidos en una misma comunidad autónoma, infrinfgiendo el artículo 2 de la constitución, negando la condición birregional de la comuniadd autónoma y todo ello a pesar de que los leoneses se posicionaron claramente en contra de su incorporación forzosa a esa comunidad autónoma y a favor de una comunidad autónoma leonesa. En mayo de 1984 se produjo una manifestación de cerca de 100.000 personas a favor de la autonomía leonesa. ¿No estabamos entonces en democracia?

    Kaerkes: "Viajes y viajeros por tierras de León", seleccionados por J. García Prieto y R. Escudero. Yo también lo he leido. Son extractos de notas de viajeros y yo no he visto en ellos que los campesinos se identifiquen con castellanos. ¿Podrías decirme donde? Sin embargo si te puedo decir que, por ejemplo, en actas vecinales de Cubillos del Sil, en el Bierzo, los vecinos se identifican como pertenecientes a "la provincia del Bierzo, el Obispado de Astorga y al Reino de León". Son del siglo XVIII. También te puedo decir que el 13 de diciembre de 1857, cuando el Gobernador Civil de la provincia de León, Joaquín Maximiliano Gispert, tomó posesión de su cargo y comenzó su discurso: “¡castellanos!”, fue respondido por los leoneses con una gran pitada, como rechazo a su gran ignorancia social, geográfica e histórica. También te puedo decir que en el siglo XVI, casi cuatro siglos después de la unión de las coronas de León y Castilla y que supone para muchos la fusión de ambos pueblos, encontramos citas literarias que hacen referencia a los leoneses de forma diferenciada a los castellanos. Miguel de Cervantes Saavedra, cuyo linaje tuvo principio en los Montes de León, dice en la Parte II, Capítulo XII De la extraña aventura que le sucedió al valeroso don Quijote con el bravo Caballero de los Espejos: “¿No basta ya que he hecho que te confiesen por la más hermosa del mundo todos los caballeros de Navarra, todos los leoneses, todos los tartesios (andaluces), todos los castellanos, y finalmente todos los caballeros de La Mancha?”
    Efectivamente, en los siglos XV y XVI hubo confusión de Castilla con la meseta, pero seguía existiendo el Reino de León, seguía asociado a un territorio, seguía teniendo entidad fiscal, jurísdica (Adelantamiento del Reino de León), administrativa, identificativa, etc.
    Veo que ahora estás tierras castellanas. Yo, sin embargo, ahora estoy en León, en Ponferrada. Voy en ocasiones a Valladolid y me prestaría conocerte. Mi correo es miggon72@hotmail.com

  4. #4 R. 24 de nov. 2005

    Mhi; por supuesto que mis artículos son tendenciosos. Eso nadie lo va a negar. Son la respuesta a la constante agresión a la que se ha visto y se está viendo sometida la Historia de León (y, por ende, la Historia en general).
    Por ejemplo: menciona usted la quema del Fuero Juzgo, y la famosa independencia de Castilla en los siglos IX y X. ¿Sabía que son pura mitología?¿Sabía que la mayor parte de la historia medieval española se ha construido sobre las crónicas de Alfonso X el Sabio, que son un claro ejemplo de literatura épica y propagandística (ni siquiera es fiable para los datos que aporta sobre la época del propio Alfonso X)? Me temo que no. Y ese es, en mi oPinión el gran problema.
    También le advierto que mis artículos no persiguen ningún objetivo político: no pretendo cambiar el presente basándome en un pasado remoto. Pero tampoco puedo permitir que se esté manipulando, tergiversando y prostituyendo la Historia de una manera tan flagrante desde el poder, y que nadie diga nada. Esa es mi tendenciosidad.Pero creo que está basada en datos objetivos, aunque estoy abierto al debate.Y por eso estoy en Celtiberia.

  5. #5 amaco 25 de nov. 2005

    Hombre, Kaerkes, en todas las comparaciones hay que salvar unas distancias. La queja principal de los eslovacos (puedo equivocarme) era un perjuicio a su identidad y una subordinación de sus intereses a los de los checos. A eso me refería, al menos.
    Luego hablas de tu percepción de la sociedad leonesa y dices que la situación autonómica no les importa, pero que no hacen más que quejarse de como su pertenencia en la comunidad autónoma les perjudica. Parece contradictorio, pero coincido con tu análisis.
    Sin embargo, eso no es lo que se está planteando y en este punto me gustaría que nos dieras tu oPinión. La Historia de España se está sesgando, se está manipulando, para justificar la situación autonómica actual en lo relativo a las regiones históricas leonesa y castellana. ¿Por qué? Tal vez porque controlando el pasado se controla el presente. En el 2006, la Junta de Castilla y León dedicará 1.250.000 euros en su Fundación Villalar, institución creada "para fortalecer las señas de identidad castellano y leonesa" Como dijo David Díez Llamas en una entrevista: "El Gobierno autonómico intenta dotar de un corpus intelectual a algo que, en buena medida, no existe: una identidad “castellano-leonesa” artificial que se intenta crear desde diversos frentes, especialmente desde el universitario: ideas, investigaciones y estudios que disponen de todo el apoyo y todos los medios y que están al servicio de un proyecto político."
    Sus actuaciones (las de esta fundación) han sido muy polémicas. En el primer libro que editaron decía que, desde el siglo XV o aún antes, León se disolvió en Castilla y que desde entonces es y se siente castellana, que la región leonesa es un invento erudito del siglo XIX, hace referencias anacrónicas a una "región de Castilla y León" que identifica continuamente con Castilla) como si ésta hubiera tenido entidad antes de 1983 llegando a decir que en la división provincial de 1833 se repartió el territorio de la "región" entre las 9 provincias que ahora la componen, considera a las Cortes de 1188 como un hito castellano, etc.
    En su página web, en la sección de Historia, decían, por ejemplo, que con el traslado de la capital de Oviedo a León daba comienzo el Reino de Castilla y León, etc. ¡Y éstas son sus actuaciones oficiales!
    En enciclopedias hemos detectado que cuando se habla de la "Historia de Castilla y León" se la identifica con Castilla y no se dice una palabra sobre el reino de León. Eso sí, en una decían "Augusto incorporó Castilla y León a la provincia Tarraconense y, más tarde, al convento judicial cluniacense, con capital en Clunia Sulpicio (en la provincia de Burgos)".
    Luego la Junta dedica una pasta para que hagan congresos para fortalecer la identidad histórica de Castilla y León. Un ejemplo es un curso realizado en la UNED de Zamora en octubre y noviembre del 2004. Algunos títulos de las ponencias fueron: Fundamentación histórica de la identidad castellanoleonesa, Castilla y España en la configuración del nacionalismo vasco, Castilla en los distintos proyectos del nacionalismo gallego, El debate cultural entre Cataluña y Castilla, Significación de Castilla en el nacionalismo español, Cantabria y Castilla en los siglos XIX y XX, Castilla y León: región o regiones, Castilla en la formación de la Monarquía Hispánica, Reflexión sobre las etapas básicas del regionalismo castellano, la identidad riojana: dentro y fuera de Castilla, La Gran Castilla, Castilla la Nueva y Castilla la Vieja: debate sobre el ámbito territorial.
    Si hay alguna duda sobre lo que se trató en la de "Castilla y León: región o regiones", su ponente concluía que "Históricamente no fueron dos regiones, salvo en algunos mapas, con una visión sin plasmación real."

    Vivir en esta comunidad autónoma es como vivir en el mundo descrito por George Orwell en 1984.

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