Autor: A.M.Canto
sábado, 12 de mayo de 2007
Sección: Artículos básicos para iniciarse
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El testamento del cerdito Corocotta

Al hilo de un debate sobre el bandolero Corocotta, que en un libro de inmediata aparición se insiste en presentar como un caudillo de la resistencia cántabra frente a Roma, parece interesante divulgar y traducir un poco conocido y cómico texto latino: el Testamentum Porcelli, de autor anónimo y mediados del siglo IV d.C. , cuyo protagonista es un infeliz cerdito, natural de África y con ese mismo nombre.

Nota.- Artículo de febrero de 2005, a partir de un debate de febrero de 2004, en http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=3349
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Al hilo de un debate aquí mismo sobre el bandolero Corocotta, que en un libro de inmediata aparición (“de Historia", según El Magazine de “El Mundo”) se insiste en elevar a los altares de la resistencia cántabra frente a Roma, parece interesante divulgar un poco conocido y cómico texto latino: el Testamentum Porcelli, de autor anónimo y mediados del siglo IV d.C. El nombre del suido protagonista es –y no parece que casualmente– M. Grunnius Corocotta, el segundo nombre de animal, africano y bastante poco adecuado para un caudillo militar (sería algo como "La Hiena").

Para mayor comodidad de los lectores menos acostumbrados a la lengua latina, he separado los párrafos, insertando su respectiva traducción.

Incipit testamentum porcelli.
Aquí comienza el testamento del cerdito.

M. Grunnius Corocotta porcellus testamentum fecit. Quoniam manu mea scribere non potui, scribendum dictavi.
El cerdito Marco Gruñón Corocotta hizo testamento. Ya que no podía escribirlo de mi propia mano, lo dicté para que lo escribieran.

Magirus cocus dixit 'veni huc, eversor domi, solivertiator, fugitive porcelle, et hodie tibi dirimo vitam'. Corocotta porcellus dixit 'si qua feci, si qua peccavi, si qua vascella pedibus meis confregi, rogo, domine coce, vitam peto, concede roganti'. Magirus cocus dixit 'transi, puer, affer mihi de cocina cultrum, ut hunc porcellum faciam cruentum'.
Cocinador, el cocinero, dijo: "Ven aquí, destructor de la casa, hocicador de suelos, cochino huidizo, que hoy voy a acabar con tu vida". El cerdito Corocotta dijo: "Por favor, si hice algo malo, si en algo pequé, si rompí con mis patas la vajilla, ay, señor mío cocinero, te pido que me perdones la vida, sé indulgente con el que te ruega". Cocinador el cocinero dijo: "Ve, pinche, y acércame un cuchillo de la cocina, que voy a rajar y desangrar a este cerdo".

Porcellus comprehenditur a famulis, ductus sub die XVI kal(endas) Lucerninas (1), ubi abundant cymae, Clibanato et Piperato consulibus. Et ut vidit se moriturum esse, horae spatium petiit et cocum rogavit, ut testamentum facere posset. Clamavit ad se suos parentes, ut de cibariis suis aliquid dimitteret eis.
El cerdito fue atrapado y conducido por los criados el decimosexto día antes del mes de las Lamparillas (1), cuando abundan los repollos, en el año de los cónsules Horneado y Pimentado. Cuando comprendió que iba a morir, solicitó una hora de tiempo y rogó al cocinero que le permitiera hacer su testamento. A voces llamó junto a sí a su familia, para que cada uno recibiera algo de sus provisiones.

Qui ait: “Patri meo Verrino Lardino do lego dari glandis modios XXX, et matri meae Veturinae Scrofae do lego dari Laconicae siliginis modios XL, et sorori meae Quirinae, in cuius votum interesse non potui, do lego dari hordei modios XXX. Et de meis visceribus dabo donabo sutoribus saetas, rixoribus capitinas, surdis auriculas, causidicis et verbosis linguam, bubulariis intestina, isiciariis femora, mulieribus lumbulos, pueris vesicam, puellis caudam, cinaedis musculos, cursoribus et venatoribus talos, latronibus ungulas. Et nec nominando coco legato dimitto popiam et pistillum, quae mecum attuleram de Thebeste usque ad Tergeste (2) : Liget sibi collum de reste!”
Y así dice: “A mi padre, Verraco Mantecoso, doy y lego para que le entreguen 30 medidas de bellotas, y a mi madre, Lechona Viejecita, doy y lego para que le entreguen 40 medidas de trigo candeal de Laconia; a mi hermana Romulina, a cuyas bodas no pude asistir, doy y lego para que le entreguen 30 medidas de cebada. Igualmente daré y donaré de lo mío más íntimo: a los zapateros mis cerdas, a los pendencieros mi hocico, a los sordos mis orejas, mi lengua a los picapleitos y charlatanes, mis intestinos a los embuchadores de carne de buey, mis muslos a los saladores de jamones, mis sedes sexuales a las mujeres, a los muchachos mi vejiga, a las muchachas mi colita, mis músculos a los mariquitas, mis fuertes tobillos a corredores y cazadores, a los ladrones mis pezuñas. Y, sin citarlo por su nombre, dejo como legado al cocinero el mortero y la mano de mortero que me había traído conmigo desde Thebeste hasta Tergeste (2) : ¡Ojalá que se ahorque de una ristra de ajos!”

“Et volo mihi fieri monumentum ex litteris aureis scriptum:
M. Grunnius Corocotta porcellus
vixit annis DCCCC . XC . VIIII . S .
quod si semis vixisset,
mille annos implesset.”

“Y quiero que se me erija un monumento fúnebre, con esta inscripción en letras de oro:
«(Aquí yace) Marco Gruñón Corocotta, cerdito,
vivió 999 años y medio
si hubiese vivido medio más,
habría completado los mil años»”

“Optimi amatores mei vel consules vitae, rogo vos ut cum corpore meo bene faciatis, bene condiatis de bonis condimentis nuclei, piperis et mellis, ut nomen meum in sempiternum nominetur. Mei domini vel consobrini mei, qui testamento meo interfuistis, iubete signari.' “
“A los que más me aman o a los que habéis decidido sobre mi vida, os ruego que hagáis algo bueno con mi cuerpo, que condimentéis mis partes blandas con buenas especias, pimientas y mieles, para que mi nombre sea recordado por siempre. Dueños míos y parientes, que habéis asistido al acto de mi testamento, haced el favor de firmarlo”.

Lardio signavit. Ofellicus signavit. Cyminatus signavit. Lucanicus signavit. Tergillus signavit. Celsinus signavit. Nuptialicus signavit.
Firmó Mantecón. Firmó Bocadito de Carne. Firmó Asado al Comino. Firmó Asado a la Lucana. Firmó Asado a la Espalda. Firmó Asado al Celso. Firmó Asado Nupcial.

Explicit testamentum porcelli sub die XVI kal(endas) Lucerninas Clibanato et Piperato consulibus feliciter.
Aquí termina felizmente el testamento del cerdito, hecho el día decimosexto antes del mes de las Lamparillas del año del consulado de Horneado y Pimentado.

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(1) Debe tratarse del 17 de enero, lo que coincide con la época tradicional de la matanza y con la abundancia de repollos o coles.

(2) He seguido la versión latina comúnmente establecida excepto en estos dos puntos gráficos, que suelen figurar así: dimitto popiam et pistillum quae mecum attuleram : de Thebeste usque ad Tergeste liget sibi collum de reste!; coloco los dos puntos tras Tergeste, puesto que no tiene sentido "ahorcarse desde Thebeste hasta Tergeste", y en cambio sí lo tiene que en algún lugar del texto el cerdito deje constancia de su ciudad de origen y de aquélla en la que vino a morir, tal como muchas veces se documenta en los epitafios reales.

................

Esta curiosa composición es de autor anónimo, y se data hacia el año 350 d.C. Fue muy popular en su momento, ya que San Jerónimo, en la introducción al libro XII de sus “Comentarios al profeta Isaías”, la menciona de este modo: Testamentum Grunnii Corocottae porcelli decantant in scholis puerorum agmina cachinnantium (“legiones de niños, riéndose a carcajadas, recitan cantando en las escuelas el testamento del cerdito Gruñón Corocotta”). Esta popularidad denota posiblemente una mayor antigüedad de la obrita.

Se trata del remedo cómico del acto legal romano de redacción de un testamento, dejando legados y asegurándose de la construcción del mausoleo con su correspondiente inscripción.

Muchos de los términos y nombres que aparecen en el texto son puras invenciones ad hoc, inexistentes en latín, que he traducido de forma aproximada, como los siete “testigos firmantes” (que realmente eran requeridos para dar validez legal a los testamentos), que imagino representan diferentes formas de guisar el cerdo en época romana, aunque pueden transcribirse también de forma directa (Lardión, Ofélico, Cuminato, Lucánico, Tergilo, Celsino, Nupciálico). O el apellido "familiar" del marrano, Grunnius, que es claramente alusivo al peculiar sonido emitido por estos animales.

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Texto y contexto harán más fácil valorar el sobrenombre que sigue a Grunnius, "Corocotta", que es el mismo del ladrón (lestés en griego) citado por Dión Casio (56, 43, 3) no como hispano, sino como “en Hispania”, en relación con una mera anécdota durante una de las estancias de Augusto aquí. Se trata de un bandolero que viene, asombrosamente, siendo considerado, incluso por profesionales y autores de libros, como “un héroe de la resistencia cántabra contra Roma”. Acaba de ser objeto de un artículo anunciando un libro a punto de salir, y que el diario "El Mundo" juzga una obra de “Historia”
(véase http://www.elmundo.es/magazine/2005/281/1108493676.html).

Por el contrario, el nombre “Corocotta”, como puede comprobarse por este Testamentum Porcelli, se consideraba en época romana carente de seriedad y era usado en tono burlón. Podría traducirse como “La Hiena”, un nombre muy apropiado para ser el apodo del jefe de una banda de ladrones.

Sabemos por Plinio el Viejo, que lo comenta en su excurso acerca de las hienas (Naturalis Historia, VIII, 107), que la corocotta era un híbrido similar a aquéllas y originario del África nororiental: Huius generis coitu leaena Aethiopica parit corocottam, similiter voces imitantem hominum pecorumque (“de una unión de este tipo la leona etiópica pare a la ‘corocotta’, que tiene la facultad de imitar las voces de hombres y ganados”). Algunos epígrafes apuntan también a este origen para el nombre mismo.

Junto a la ausencia de mención en Dión Casio de que el tal bandolero fuera hispano, hay algo importante en el texto que presentamos que ayuda a reforzar nuestra hipótesis de que este personaje, convertido entre nosotros en cántabro (posiblemente por un comentario bastante desaforado de Adolf Schulten), fuera en realidad africano: En una parte de sus legados, el cerdito Corocotta dice que deja al cocinero el almirez y la mano del mismo, “que me había traído conmigo desde Thebeste hasta Tergeste” (2). Esto indica claramente que la ciudad en la que vivía y fue sacrificado era Tergeste (la actual Trieste en Italia), mientras que su patria de origen era Thebeste, ciudad próxima a Cartago, en el moderno Túnez. Por lo tanto, dado el contexto onomástico de la obrita, es claro que el anónimo autor buscó para el cerdo un cognombre que no sólo moviera a la risa, sino que expresara un origen típicamente africano, y éste fue Corocotta.

De tal modo que resulta pintoresco que un individuo de este mismo nombre, que el historiador Dión Casio describe como poco honorable (pues se presenta a cobrar su propia recompensa) y posiblemente no hispano, acabe siendo para nuestra Historia Antigua un “valeroso guerrero cántabro contra el Imperio de Roma” o El último soldurio. El caudillo hispano que resistió a los romanos, que tal es el nada equívoco título del libro de Javier Lorenzo próximo a aparecer y encomiado como histórico en el citado magazine cultural. Y por más que (dicho sea de paso) soldurius sea un tipo de guerrero que Julio César (De bello Gallico III, 22) cita sólo en relación con la Galia Aquitana, mientras que su equivalente hispano, en todo caso, eran los devoti, practicantes de la famosa devotio iberica.

Quede aquí al menos esta contribución, esperando que ayude a contener la extensión en la sociedad de otro error histórico, y para mayor documentación de lo que no es más que un tópico nacionalista sin base histórica alguna. Convendrá añadir que nada en absoluto tenemos contra el autor, e incluso tampoco contra su obra, siempre que se presente como lo que realmente es: uno de tantos relatos de ficción ambientados en la Antigüedad que tanto furor hacen en estos tiempos.


© De la transcripción latina:
http://www.fh-augsburg.de/~harsch/Chronologia/Lspost04/Porcellus/por_test.html (excepto el detalle indicado en la nota 2)
© De la traducción española y comentarios: Alicia M. Canto, para Celtiberia.net.

Bibliografía complementaria:
"Testamentum porcelli", en: Petronii opera, ed. F. Bücheler, Berlín, 1922.
El testamentum porcelli: introducción, texto, traducción y notas de A. D’Ors, Est. Clás., Supl. Ser. de Textos 3, Madrid, 1953 (cf. Revue Internationale des Droits de l’Antiquité. Tome II, 1955, pp. 219-236).
R. Herzog y P.L. Schmidt, J. Divjak, Handbuch der lateinischen Literatur der Antike. Restauration und Ernuerung : Die lateinische Literatur von 284 bis 374 n. Ch., vol. 5, Munich, 1989, nº 550.2.

Debate en este mismo portal: http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=3349

P.D.- Quizá el cerdito Corocotta hubiera preferido ser sacrificado en nuestros tiempos, ya que al menos (se supone que) se les aturde, por electricidad o por inhalación de dióxido de carbono, antes de abrirlos en canal para su desangramiento... aún vivos:
http://www.3tres3.com/comportamiento/ficha.php?id=32
http://www.3tres3.com/comportamiento/ficha.php?id=33&PHPSESSID=
31eb711fe0b6cc973283b704c9cc6156


Comentarios

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  1. #1 jeromor 05 de mar. 2005

    He encontrado otro Corocuta, un
    Tutilio(rum) ser(vus) en Hispania, en Emerita. CIL II 550. Su madre se llamaba Tutilia Alb[---] y era ya libre en el momento de la inscripción.
    Ramírez Sadaba en muy reciente artículo, lo da como cognomen indígena, argumentando que el de la madre, incompleto, sería uno de los muchos Albuia, Albura, Albicia, Albonia, de origen hispanocelta utilizados en Hispania. Pero podría ser también cualquiera de origen latino, digo yo. Además añade que no es hapax hispánico precisamente por el bandido al que supone un origen norteño. El único paralelo real (AE 1996, 1708) es africano

  2. #2 A.M.Canto 05 de mar. 2005

    Bueno, hay que tener en cuenta que Ramírez Sádaba, aunque navarro, está hace muchos años en la Universidad de Cantabria... ;-)

    Este Corocuta de Mérida, por ser esclavo sobre todo, puede proceder de cualquier sitio, incluso de África. Hay un radical ide. coro- que explica nombres como Corocaudius, en o sobre un típico guerrero lusitano de Meixedo, en Lusitania (CIL II, 2462=HEp 19, 744), la Caesoria Coro[c]/ca de Caerleon (GB: RIB 371), posiblemente el/la Praen(---) // Coroc(---) de Chaves, Port. (CIL II, 02489), y quizá el nomen romano Coruncanius, que un par de veces aparece como Corucanius.
    El elemento -cotta está en Hispania en la ciudad vetona, de ubicación desconocida, Cottaeobriga, pero en este caso parece posible asociarlo con los romanos Aurelii Cottae. Y este nombre a su vez tiene dos posibles orígenes: semita y céltico.

    Depende un poco de cuán antiguos sean los testimonios del griego korokóttas, algo que aún no he podido comprobar. Pero, de momento, los ejemplos más sólidos por ser idénticos son africanos, comenzando por el propio del híbrido de hiena, y existen allí en varias otras formas, como la Cottia Biri/hut de Bordj M’Raou (CIL VIII, 16768).

  3. #3 Hrodrik 16 de mar. 2005

    Con esto del bandido Corocotta, por casualidad no se pretendera quitarle razon a quienes, muy acertadamente sostienen que el origen de los vascos, NO esta situado donde viven ahora, desde Adan y Eva, por lo menos, o los mas antiguos primates.O en el caucaso antes que nadie de los actuales europeos. En fin esas teorias misteriosas e improbables acerca de su origen.
    Y por lo contrario si esta el origen como defienden muy acertadamente, repito muchos historiadores, en las tropas que trajo Anibal del norte de Africa, por mucho que les duela y no me estraña, despues de todo lo que han fantasmeado sobre su origen tan puro y europeo perdido en la antiguedad mas increible.

  4. #4 Saelio 23 de abr. 2005

    Bueno Javier, pues yo para ir contracorriente :-) soy de los que me encuentro mas cerca de tu linea de divulgacion :-) je,je,je.

    Es curioso que los que nos hemos tenido que "conformar" con leer a Echegaray o a Eutimio Martin , por poner algunos autores mencionados, parece que no nos vale a la hora de valorar o enmarcar historicamente tu obra. Se me olvido el Latin y no estudie Griego, asi que debo leer a los traductores y el resto es viajar por Cantabria y ver si las piezas del rompecabezas se pueden unir ( en lo referente a la localizacion y ambientacion ).

    Como Cantabro estoy hasta las narices de que siempre se menosprecie directa o indirectamente los trabajos que acercan la historia, ya sea de manera exacta o de manera novelada para una ficcion. Es FICCION ... el autor lo reconoce y hace incapie en su esfuerzo documental para que la ambientacion se ajuste a las fuentes historicas. Tambien reconoce sus licencias e incluso lo detalla en su apendice final.

    Asi que :

    1) SI me resulta sospechoso la aparicion de un "cerdito" en este momento.

    2) SI me parece que se trata al autor con una condescendencia que ralla lo ofensivo.

    3) SI me parece acertado su posicion humilde a recibir comentarios rectificativos sobre sus errores documentales, ambientales o de localizacion.

    4) NO me parecio haber leido por ninguna parte que el libro era un Ensayo, estudio cientifico o nada similar.

    5) NO es con la foma de hacer las correciones como se crea un clima de acercamiento y entendimiento.

    6) NO es raro que el autor se sienta orgulloso de su obra y presuma de su exito ... no presumis de vuestros hijos si teneis ocasion ? sois humanos no ?

    7) NO estoy haciendo de abogado, pero la envidia como otros sentimientos humanos afloran de manera clara en muchas lineas leidas ... o quiza entre lineas ....

    8) NO conozco a Javiier Lorenzo y por tanto no soy amigo suyo o le debo algun favor :-)

    He querido en estos puntos sintetizar al maximo mi opinion. Ya se que se sale del debate sobre el personaje "Corocota" pero creo que con lo que respecta a a la novela hay que animar al autor para que repita y que si ha sido humilde e inteligente esperamos con todo lo recogido su proxima FICCION este mejor ubicada a todos los niveles y pueda pasar mejor el filtro de los "ilustrados".

    El vulgo nos conformamos con este inicio y le pondremos el nivel mas alto para la proxima obra. Le pediremos que nos otorgue un punto intermedio entre lo comercial y lo artistico para que pueda lucrase tanto a nivel economico como espiritual sin defraudarnos ( je,je,je ).


    Para finalizar y esto ya solo es una opinion desde el punto de vista de mi origen e intereses, animo a Javier Lorenzo a seguir escribiendo sobre Cantabria, le animo a despertar en algunos cantabros el interes por lo suyo, le animo a documentarse y estudiar mas sobre nuestra tierra porque esto nos ayudara a huir de nacionalismos y fundamentalismos estupidos y le animo a .... que se anime aunque lea ciertas cosas como las que he leido en algunos comentarios ( ja,ja,ja).

    A los demas perdon si me he salido del tema central .


    " No soy Hispano !!! , soy Cantabro " ,

    - Linto -










  5. #5 grunnius 09 de mayo de 2005

    Recientemente he traducido el texto del cerdito (actualmente está en prensa dicha traducción incluida en la edición 30 de la revista Escritos de la Universidad Pontificia Bolivariana) y quiero decir que, como ya anotaba la profesora Canto Plinio Y Eliano describen un animal () de Etiopía capaz de imitar la voz de los hombres y otros animales (Huius generis coitu leaena Aethiopica parit corocottam, similiter voces imitantem hominum pecorumque) y que tal vez la capacidad de hablar de Marco Gruñido Corocota que lo diferencia de sus mudos congéneres los cochinillos explique el origen de su cognomen, pues así como Marco Tulio Cicerón fue apodado Cicero por causa de una característica física (la verruga en forma de garbanzo -cicer-, según Plutarco), es probable que el cognomen Corocotta, como dice el traductor francés A. Canu, aluda a la capacidad de hablar del cochinillo Marco gruñido (la capacité de notre porcelet à s’ exprimer en langage humain, même si ses sabots lui interdisent d’ écrire).

  6. #6 Somna 12 de mayo de 2005

    Creo que deberíamos sentirnos afortunados de que exista gente que se tome tantas molestias para desmitificar al último folletín histórico de turno. Basta escribir la palabra “corocotta” en el buscador para darnos una idea de hasta qué punto se han tomado en serio esta labor. Tanta, que casi se diría que se trata de una cuestión personal, especialmente cuando abundan tanto los artículos dedicados a Aitor, Lelo y otras entrañables alucinaciones pseudohistóricas de turno, mucho más dignas (a mi entender) de desmitificación.
    Tras tanta erudición, uno no puede por menos que preguntarse qué se desea demostrar exactamente cuando se habla de del cerdito Corocotta y cual puede ser la extraña conexión que se pretende establecer con el personaje que cita Dion Casio.

    Centrándonos en el asunto del nombre Corocotta, todo esto me recuerda a lo sucedido recientemente en otro foro, en el que un tertuliano afirmaba que el nombre del río Deva ha de tener su origen, no en la raíz céltica deiwos, sino en el búlgaro deva, que, al parecer, significa “virgen”. La respuesta obvia a esto creo que puede ser extrapolable a este caso. Si a través de la epigrafía se documenta la existencia del antropónimo prerromano Corocuta, seguramente derivado, al igual que otros muchos, del celta coroc (“guerra, ejército”), y un historiador griego nos cita a un hispano vinculado al oficio de las armas llamado Corocotta... ¿Qué es lo que resulta más razonable pensar respecto a su nombre?.

    Adolf Shulten, en su obra “Los cántabros y astures y su guerra con Roma”, dice textualmente: “El nombre Corocota podría identificarse con la hiena, que con el vocablo afrincano se llamó corocotta; pero más bien parece del céltico con la raíz –coroc, que se encuentra en los nombres Coruc-us, Coroc-aucus en Lusitania, donde existe también un Corocuta, que viene a ser lo mismo”.
    Por tanto, venir ahora aportando unos datos que Shulten desestimó hace ya sesenta años, criticándolo y dando a entender que no ha tenido en cuenta esos datos tan “reveladores”, me parece algo totalmente fuera de lugar.

    Como bien es sabido, la homofonía es un hecho extremadamente usual y me parece que este puede ser un buen ejemplo. Para dilucidar determinadas cuestiones considero que muchas veces tan solo basta aplicar el sentido común y analizar en qué ámbito lingüístico y geográfico nos movemos.

    Eso mismo creo que se puede (o debe) hacer a la hora de hablar de la supuesta cantabricidad de Corocotta, cuestión que, por otra parte, me parece bastante intrascendente. Si sabemos que Augusto acude a Hispania en el 27 ó 26 a.C. con el objeto de dirigir personalmente la invasión de la antigua Cantabria, que a lo largo de su vida no participó en otras acciones bélicas en nuestra península, que su participación en la guerra cantábrica fue breve y que se centró en la campaña contra los cántabros realizada desde la Tarraconenese, no me parece descabellado situar esta anécdota citada por Dión en Cantabria. Efectivamente, Dión tan solo dice que Corocotta era un “bandolero ibero muy poderoso”. Pero, en muchas ocasiones, lo que se deduce de las fuentes no viene de lo que estas afirman formalmente, sino de analizar su contexto.

    Evidentemente, todo esto no pasa de ser una suposición razonable. Pero en suposiciones razonables se basa el 95 por ciento de lo que sabemos (o creemos saber) sobre los pueblos de la protohistoria hispana. La metodología científica implica que no se ha de realizar ninguna afirmación si no existen pruebas suficientes como para hacerlo más allá de cualquier duda, pero esto es algo que muy pocas veces se puede hacer. Por el contrario, lo que se suele esperar es que éstas se realicen de una forma razonada dentro de un conjunto estructurado y lógico. El hecho de que se asuman como ciertas infinidad de cuestiones que no están suficientemente demostradas y que, al mismo tiempo, otras sena cuestionadas tan radicalmente, en mi opinión suele obedecer a filias y fobias personales.

    Que de una cita anecdótica halla gente que pretenda sacar una epopeya es algo que responde a cuestiones como chauvinismos y orgullos patrios. Aplicar la ley del péndulo y atacar indiscriminadamente a todo sobre lo que se pretende fundamentar determinados mitos historiográficos modernos no denota una actitud crítica, ni una búsqueda de la verdad, tan solo un deseo de llevar la contraria; algo que no es más que trasladar al campo del conocimiento histórico el principio de Newton según el cual para contrarrestar una fuerza es necesario aplicar otra de igual intensidad y sentido contrario.
    Tal y como está el patio, no es de extrañar que, tras las mitificaciones franquistas, haya gente que diga que la batalla de Covadonga es una invención y no falte quien afirme que nunca existió una invasión árabe en España.

    En definitiva, me parece que, una vez más, el deseo de desmitificar acaba creando sus propios mitos. De ese “valiente español que se enfrenta solo a un imperio” se pasa a hablar de un Curro Jiménez bereber, apodado “la hiena”, tan avaricioso que él mismo acude a cobrar su recompensa y que finalmente sirve de fuente de inspiración para el testamento cómico de un gorrino. Como suele ser habitual, al final cada cual acaba montándose su propia película, acorde con sus gustos personales.

  7. #7 A.M.Canto 12 de mayo de 2005

    Somna (parece nuevo por aquí..): Como no es difícil ver que sus diversas críticas se dirigen a mí, le contesto brevemente.

    Me ha hecho gracia que lo argumentado en torno al supuesto héroe cántabro Corocotta le haya parecido un "despliegue de erudición". Es muy amable por su parte, pero creo que exagera, porque para nada lo es. Sólo he manejado dos o tres datos de andar por casa, quiero decir, datos que no requieren ni largas meditaciones, ni complejas consultas en diversas bibliotecas o archivos, ni mucha crítica de fuentes textuales. Si conoce Ud., como parece afirmar, "la metodología científica", debería saber que a lo desarrollado aquí no se le puede llamar "erudición": Me he limitado a puntualizar algunos detalles de traducción, interpretación y contexto histórico en las que no se había reparado.

    Por otro lado, después de sus frases: "Dión tan solo dice que Corocotta era un “bandolero ibero muy poderoso”, de ese "y un historiador griego nos cita a un hispano vinculado al oficio de las armas llamado Corocotta...", o que el Corocotta de la anécdota de la generosidad de Augusto "sirve de fuente de inspiración para el testamento cómico de un gorrino", me temo que no está Ud. aún muy al corriente de los argumentos utilizados, aunque creo que son sólo tres o cuatro. Tampoco el "Testamento del Cerdito" se inspiró para nada en el bandolero citado por Dión Casio: Lo uso sólo para probar que era un nombre cómico y de más probable origen africano, no céltico. Y, si lo hice en artículo aparte no es "por tomarme muchas molestias contra el Sr. Lorenzo", sino porque me di cuenta de que en la Red no había ninguna traducción de él al español. Sólo eso.

    Creo que, como todo lo que me parecía indispensable precisar sobre esta anécdota ya está en dos foros, no es preciso reproducirlo nuevamente; yo misma estoy de Corocotta hasta allí. Lo único que sí me interesa aclarar es que no me mueven intereses personales. No "he atacado a nadie indiscriminadamente", como Ud. dice, ni me muevo por "filias y fobias personales"; y, si las tengo (todas con buenos motivos), procuro que nunca me influyan por encima del interés científico. Tampoco el "simple deseo de llevar la contraria" que me achaca sería posible de ejecutar si no tuvieran argumentos para hacerlo.

    Todo esto me parece ofensivo, al menos a mí me ofende que se me atribuyan intenciones espurias. Y, como es verdad y bien se dice, "la verdad sólo tiene un camino", resulta que hay pruebas, y aquí mismo en Celtiberia, de que ha hecho Ud. un juicio temerario y falso sobre mis intenciones de dañar al Sr. Lorenzo:

    Más de un año antes de que se publicara el libro de su defendido, yo ya había expuesto exactamente la misma opinión en otros dos foros de Celtiberia, a lo que sólo añadí este año, al releer mejor a Dión Casio, lo que en verdad dice: No "bandolero de Iberia", sino "bandolero EN Iberia", que era todavía más claro; y el detalle, respecto del título del libro, de que mal pudo Corocotta ser "el último soldurio", si los soldurios eran galos y no hispanos. Algo que tampoco es "una película" mía, sino de Julio César.

    Puede Ud. comprobarlo, nada menos que en enero y febrero de 2004, en:
    http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=3221
    http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=3349, por lo que creo que sería justo que se disculpara Ud. en ese aspecto. Aunque ya dicen, y también es bastante cierto, que la Justicia no es de este mundo...

  8. #8 Somna 12 de mayo de 2005

    Vamos a ver: ante todo tranquilidad.

    El objetivo de un foro de debate es intercambiar opiniones, no el de juzgar a nadie. No ha sido mi intención atacarla personalmente y mucho menos acusarle de nada. Si ha sido tan sagaz como para darse cuenta de mis faltas de ortografía, también habrá podido darse cuenta de que he usado en todo momento la tercera persona del plural y no la he citado a usted en ningún momento. Sus opiniones respecto al libro del señor Lorenzo son muy respetables y seguramente no difieran demasiado de las mías. Si usted quiere criticar esa obra, hágalo libremente, porque le puedo asegurar que tiene motivos sobrados para hacerlo y que esa matización sobre lo de los soldurii (algo que yo también sabía y que el señor Lorenzo también debería conocer, pues es algo que se explica sobradamente en el libro de Eduardo Peralta que cita como referencia bibliográfica) es una nimiedad en comparación con lo que se va a encontrar si lo lee. Yo no pretendía erigirme “defensor” de esa obra (si relee mi mensaje, verá que me he referido a ella como “folletín histórico”), así que, por favor, no me dé la razón cuando reflexioné sobre los excesos de aplicar la ley del péndulo: dos negaciones no tienen por qué ser una afirmación. El hecho de que yo cuestione tangencialmente su actitud cuando critica algo no significa que esté defendiendo a ese algo.

    Respecto a las “filias y fobias personales”, me refería a los gustos que todos tenemos hacia personajes, culturas o hechos históricos (en esta caso, hacia Corocotta), no hacia escritores modernos. Desconozco qué clase de relación personal tiene con el señor Lorenzo (si es que tiene alguna) y tampoco es de mi incumbencia. Comprenderá entonces que, si no estoy defendiendo al señor Lorenzo de ningún ataque, tampoco puedo acusarla de ningún supuesto intento de dañarle con un ataque inexistente.

    En lo que tampoco coincidimos es en lo que es un “alarde de erudición” y lo que es una “contextualización histórica”. Citando ese pasaje humorístico usted no ha probado que el nombre del cerdito sea de origen africano. Y, aunque lo hubiera hecho, resultaría irrelevante para el caso que nos ocupa, pues tampoco ha demostrado ninguna conexión entre el bandolero que cita Dión y el cerdito de marras. Ni entre la hiena y el bandolero. La única conexión demostrada entre una hiena africana, el jefe de una banda de guerreros hispano y ese cerdito es que comparten el mismo nombre, algo que, como ya dije, puede deberse a simple coincidencia. Y, de nuevo, volvemos a lo mismo: si sabemos que en Italia se utiliza “Luca” como nombre de persona y leemos un texto en el que se cita a un italiano llamado Luca, ¿es necesario ir a buscar nombres de animal en lengua Tamazight parecidos con el objeto de encontrar un supuesto mote que releve un origen étnico norteafricano?.

    Lo que si ha quedado bastante claro (al menos para mí) es que, según sus propias palabras, la finalidad de todo ello no era otra que el de “probar que Corocotta era un nombre cómico” y, por tanto, por extensión, ridiculizar la figura de ese “ladrón norteafricano” que, al parecer, por alguna desconocida razón, se encontraba EN Iberia. Algo que no es muy científico, se ponga como se ponga, y que entra dentro del campo de lo propagandístico.
    Tampoco es un ejercicio de contextualización la forma en que cita a Shulten, al ocultar que éste ya estaba al corriente de la existencia de ese nombre africano y olvidándosele citar las razones por las que decidió desestimarlo el autor de una selección de fuentes que seguramente usted habrá utilizado desde sus días de facultad.

    Y por último, tampoco está muy contextualizada una respuesta escrita en plan “tú di lo que quieras, que yo te responderé lo que me de la gana”. Ni entra dentro de la alternancia entre tesis y antítesis que fundamenta un debate. Y, por favor, no me acuse de establecer juicios temerarios y falsos, porque me parece que quien lo ha hecho es usted y no yo.

    Un saludo.

  9. #9 A.M.Canto 12 de mayo de 2005

    Somna:
    Ah, de modo que es Ud. de los de "echar balones fuera". Afirma que me he dado por aludida sin motivo alguno. Pues entonces ya me dirá a quién se refería en concreto: tiene que ser alguien que "se haya tomado tantas molestias", que quiera "desmitificar", que "haya sacado a colación al cerdito Corocotta", que "haya ofrecido otra traducción de Dión Casio", "que haya tratado de probar el origen africano de Corocotta", alguien a quien "haya parecido descabellado situar la anécdota en Cantabria", etc. etc. Bueno, pues nada, espero con verdadero interés que me aclare a quién se dirigía en concreto.

    Y vuelve Ud. a no entender: Yo no tengo que probar que el nombre "Corocotta" es africano, eso ya lo dicen las fuentes antiguas, tanto Ktesias en sus Indica (resumido en Photius, Myriobiblon, 72): "In Aithiopia there is an animal called Krokottas, vulgarly Kynolykos (dog-wolf), of amazing strength. It is said to imitate the human voice, to call men by name at night, and to devour those who approach it. It is as brave as a lion, as swift as a horse, and as strong as a bull. It cannot be overcome by any weapon of steel...", como Plinio el Viejo en su Naturalis Historia VIII, 107: Huius generis coitu leaena Aethiopica parit corocottam, similiter voces imitantem hominum pecorumque. acies ei perpetua, in utraque parte oris nullis gingivis, dente continuo: ne contrario occursu hebetetur, capsarum modo includitur. hominum sermones imitari et mantichoram in Aethiopia auctor est Iuba.

    Y, por Hércules, probar que un cerdito se llamaba Corocotta no es para "ridiculizar al héroe"... ¡es que un héroe no puede llevar ese nombre, y pretender además que es céltico! Sólo me queda ya explicarlo en chino.

    Y, en cuanto a lo de Schulten, a mí nadie, pero fijese lo que le digo, nadie, me puede acusar de omitir deliberadamente a ningún autor siempre que yo sepa que dijo o escribió algo. Y, en efecto, bien citado está en mi mensaje de 10/02/2004 o, por ejemplo, en éste de 16/02/2005, 9:08:32: "Ya que es tan afortunado de tener a Dión Casio en su casa, compruebe que el término griego utilizado por Dión Casio para definir a Corocotta es “tina lestés en Iberíai”, esto es, “un tal Corocotta, ladrón en Iberia”. Lo de “un tal” ya indica poca fama, “lestés” es ladrón, y “en” que ni siquiera era “hispano”, sino que “trabajaba”, o sea robaba, “en Hispania”. Para otros comentarios me remito a mis mensajes aquí arriba de febrero de 2004. La descripción no es la de un héroe. Un héroe de la resistencia nacional no se presenta al enemigo para caerle en gracia, cobrar su propia recompensa y, si es cierta la relación que sugieren Gardthausen y Schulten (FHA V, 198) con una inscripción griega de Roma, siendo un “Julio” y con un hijo actor en Roma... Ni siquiera el apodo de “el Hiena” resulta muy digno para un caudillo militar. Vamos, no creo que este hombre sea precisamente una aportación que ennoblezca la antigüedad cántabra."

    En fin, por mí es suficiente, pero terminaré con la opinión sobre las Fontes Hispaniae Antiquae y sobre Schulten de Javier Arce, por ahorrarme algo de teclear (en mi mensaje de 09/02/2004, citando una cita de Frodo de 2003) (J. Arce, España entre el mundo antiguo y el mundo medieval, Madrid, Taurus, 1988):

    "Una gran parte de la base de la historia de Hispania Antigua que se ha hecho reside en esta obra, magna compilación en nueve volúmenes, editada por la Universidad de Barcelona y que es la selección de casi todos los textos que, entre los autores antiguos, se refieren a la península Ibérica de un modo u otro.

    Si bien es meritoria para su época, también es engañosa por el mal uso que le se puede dar y se le ha dado, ya que pronto se convirtió en la panacea de los que pretendían hacer historia de la antigüedad, ya que se veían encorsetados por la selección de textos que se les presentaba y que les permitía fácilmente, y sin contexto, tener acceso a la documentación fragmentada y previamente seleccionada por filólogos o prehistoriadores y no todos españoles."

    y sobre Schulten mismo:

    "Un alemán enamorado de España y de sus vinos, exaltado, con acentrado espíritu patriótico, lleno de delirios de grandeza él mismo, que deseaba emular los grandes descubrimientos alemanes en Asia Menor y en Grecia ( la Troya y la Micenas de Schielmann) y que trató de plasmarlos o verlos reflejados en tierra española a través, por ejemplo, de su insistente y casi obsesiva búsqueda de Tartessos (que él imaginaba como una realidad esplendorosa, llena de tesoros y concretada en una magna ciudad). Schulten tendía además, por simpatía sentimental, a la exaltación nacionalista de los "valores" patrióticos de los hispanos como paradigmáticos ya desde la Antigüedad: de ahí sus libros sobre los cántabros y su feroz resistencia contra Roma; sus trabajos sobre Viriato, el modelo del patriotismo romántico y épico contra la iniquidad de Roma. Su espíritu está bien presente en los comentarios de las Fontes Hispaniae Antiquae."

    En resumen, si Ud. todavía tiene a Schulten como autor de cabecera, y quiere seguir en esa línea romántica y deformadora, perdóneme que no le acompañe en ese viaje.

  10. #10 Asterio 07 de jun. 2005

    Soy Somna, con otro nick.

    Aunque el debate esté bien cerrado, veo que no acaba de asimilar alguna cosilla y por ello me veo en la obligación de recordársela. Si relee la obra de Schulten verá que escribió textualmente que Corocotta “se rindió” ante Augusto. Por tanto, en este episodio, el hispanista alemán en ningún momento resalta la heroicidad de Corocotta, ni tampoco la de nadie. Tan solo dice que fue un caudillo cántabro que ofreció tanta resistencia que Octavio ofreció una recompensa por él y que más tarde se rindió. Y eso no es muy heroico, ¿verdad?.
    Y, en estas circunstancias, afirmar que Schulten se equivocó en su interpretación a causa de un afán de búsqueda de heroicidad es un argumento muy pobre, créame, por mucho que usted se afane en pintárnoslo como los nazis de “En Busca del Arca Perdida”, vestido con un uniforme de Hauptsturmführer-SS mientras supervisaba a un grupo de falangistas en las excavaciones en Doñana.

    Y ese es el meollo de la cuestión: la única persona que ha hablado de heroicidades es usted. Por tanto, contextualice y siga contextualizando porque ya veo que le va a hacer falta. Y por mí, puede citar todas las novelas que quiera: además de la de Javier Lorenzo, “La Voz de Lug” de Toti Martinez de Lecea o “Cantabria” de Vicente Pereda.

    Con respecto a lo de bereber, efectivamente nunca ha dicho que lo fuera. Y es que el problema de su tesis no es tanto lo que dice, como lo que no dice. Es decir, que tanto da que Corocotta fuera mauritano, númida, nubio o mandingo, porque, a pesar de su afán de demostrar la africanidad del nombre, no ha dado ningún posible origen etimológico africano al mismo (ni en lengua bereber ni en swahili). Ni tampoco ha dado ninguna razón lógica según la cual un ladrón africano se encontraba en Hispania durante el principado... precisamente en uno de los momentos con mayor concentración de tropas en la península.
    Solo ha aportado como prueba un testamento satírico de humor surrealista, en el que se dice que un cerdito llamado Corocotta procedía de Thebeste. Ante lo cual se podría argumentar que, si bien no es lo mismo un ladrón íbero que un ladrón en Iberia, tampoco es lo mismo un cerdito cartaginés que un cerdito procedente de Cartago.

  11. #11 Asterio 14 de jun. 2005

    Vamos a ver, Frodo: ¿me puedes decir qué pruebas supuestamente demostrarían que Corocotta NO podía ser cántabro?. ¿El hecho de que Dión lo llame ladrón?. ¿Que una especie de hiena africana y un cerdito citado tres siglos después en un testamento de humor surrealista se llamen igual?. ¿La matización sobre el ladrón EN Iberia?.

    Unas pruebas formidables, sin duda.

    A ti todo esta pirotecnia argumentativa y ese aluvión de datos irrelevantes te habrá podido impresionar, pero a mí no. En primer lugar, porque, excepto la matización de “EN iberia”, ya los conocía perfectamente. Lo de la hiena lo cita Schulten en su libro y lo del cerdito ya lo ha tratado sobradamente Ramón Teja. Lo “innovador” de la hipótesis aquí expuesta es que, en base a una relectura de los textos, a la existencia de una homofonía con el nombre de un animal africano y al testamento de marras, se ha montado una auténtica película que no hay por donde pillarla, algo que ningún investigador minimamente serio haría. No se trata de ningún descubrimiento, eso te lo aseguro. Y si, partiendo de los mismos datos perfectamente conocidos, nadie a lo largo de los últimos 60 años ha afirmado nada parecido, es por algo, créeme.

    Describir la cantabricidad de Corocotta como un invento de Schulten fruto de su afán de heroicidades hispanas, que se ha perpetuado gracias al seguidismo de una serie de investigadores posteriores (Echegaray, Peralta, Ramírez Sádaba...) que dan por buena toda hipótesis del hispanista y a los que les puede su fervor patrio, es un disparate monumental que sólo puede ser creído por quien desconoce completamente la obra de todos ellos. En primer lugar, porque Schulten dice sencillamente que Corocotta “se rindió” y de esa manera no se crea ningún héroe. Respecto a las otras dos grandes monografías centradas en la Cantabria Antigua publicadas posteriormente, “Los Cántabros” de Joaquín Gonzalez Echegaray y “Los Cántabros antes de Roma” de Eduardo Peralta, en la primera se describe al episodio como “una nota un tanto humorística y benévola en el ambiente sombrío” y en la segunda ni tan siquiera es citado en el resumen de las Guerras, hablándose de él en otro momento y no con tintes épicos precisamente.

    Respecto al seguidismo... Echegaray, Peralta y Ramírez Sádaba han desmontado completamente el desarrollo de las Guerras Cántabras que describió Schulten, basándose en sus aventuradas identificaciones toponímicas. Además, Echegaray y Peralta han refutado, entre otras muchas cosas, la “ibericidad” que les atribuía el alemán y el segundo ha cuestionado otros muchos equívocos desarrollados por él (y por otros), como su supuesto régimen matriarcal. Todas ellas cuestiones son muchísimo más trascendentes, desde un punto de vista científico, para conocer cómo eran los antiguos cántabros y afectan a su origen étnico, su ámbito cultural y lingüístico, su estructuración social y al mismo desarrollo cronológico y geográfico de la invasión romana de la Antigua Cantabria.

    Solo tu desconocimiento absoluto de lo escrito y el declarado interés político y propagandístico de la señora Canto, tras la publicación de una novela, han hecho que la cantabricidad de Corocotta haya revestido aquí tanta importancia. Porque a mí, me deja frio. Y eso creo que es algo que ha quedado perfectamente reflejado en lo que he expuesto, al contrario que el tono visceral repleto de alusiones despectivas, las descalificaciones personales injuriosas a investigadores de prestigio, las impertinencias y la falta de respeto para quienes han opinado de manera distinta, el ocultamiento de datos y la manipulación deliberada de la realidad que han caracterizado a quien, desde un punto de vista antagónico, se ha tomado este mismo tema casi como una cuestión personal. No me hables de “sentimiento”, anda.

    Y me deja frío pues, además, el auténtico patrimonio que testifica la valerosa resistencia del pueblo cántabro frente a Roma son las innumerables referencias que se hacen de ellos los textos clásicos exaltando su valor y los cada vez más numerosos yacimientos arqueológicos (castros asediados, campamentos militares romanos...) que se están excavando en el territorio de la Antigua Cantabria que, junto con las evidencias epigráficas y numismáticas que nos dan idea del número de legiones implicadas, demuestran la enorme magnitud el conflicto. Y eso es una realidad tangible no supeditada a interpretaciones partidistas ni a delirios onanistas de historia-ficción sobre ladrones númidas que inexplicablemente desarrollaban su actividad profesional a más de mil kilómetros de su patria.

    Eres tú, y no yo, quien, por algún motivo que no me interesa, le agrada más la idea de que Corocotta no fuera cántabro, pues, en lugar de decantarte por la opción más sencilla, contextualizada históricamente, desarrollada dentro de un marco definido y lógico y asumida de forma prácticamente unánime por la comunidad científica, prefieres dar crédito a esas fábulas traídas por los pelos.

    Recuerdo una película en la que inicialmente se presenta al protagonista siendo adolescente. Tras separarse deliberadamente de sus compañeros, finalmente no les encuentra. Ante esa situación, exclama enfadado: “se han perdido todos menos yo”. Ese es tu lema vital, Frodo. El tuyo y el de la señora Canto, a la que su complejo de Casandra la pierde. Te puedo asegurar que, a estas alturas, ninguno de los dos vais a descubrir la rueda.

  12. #12 diviciaco 15 de jun. 2005

    Giorgio, "gochu" es como se denomina al cerdo en Asturias y en parte de León. En castellano es una palabra muy poco conocida, seguramente un préstamo del asturleones.

    Probablemente tenga un origen onomatopéyico, la voz con que se llama al animal o quizá del latin coctus "cocido".

  13. #13 torances 16 de jun. 2005

    Comenzar de nuevo agradeciendo a la Sra. Canto sus respuestas y su paciencia, claramente puesta a prueba, desmarcándome de cualquier posición insultante o descalificante, para mí es un lujo ésta página, y no puedo más que agradecer que personas con autoridad en la materia intervengan en diferentes foros dando respuesta a indocumentados como yo.


    A pesar de que muy poco más se puede aportar a lo ya dicho aquí, y asegurando que éste personaje me trae al fresco, trataré de exponer el porqué de mi última intervención.

    Estoy prácticamente seguro que el tal Corocotta no era cantabro, sin embargo existe la teoría establecida por Shulten de que o bien era cantabro o bien astur, considero que desde un punto de vista científico desmontar una teoría implica o bien rebatir uno por uno los argumentos de dicha teoría o bien establecer una nueva que de por finiquitada totalmente la anterior, creo que en ésta caso debiéramos encontrarnos ante la necesidad de estudiar cada uno de los argumentos de la supuesta cantabricidad de éste personaje, pues es seguro que sin ser éste alemán santo de mi devoción tampoco le considero un absoluto mentecato, es en éste sentido en el que demandaba información acerca de los argumentos de Shulten , a lo que voy:

    · Un tal Corocotta, de ésta frase se extrae el argumento de que ni siquiera era muy famoso, sin embargo creo que también se puede entender como que su nombre era algo así como Corocotta, y también creo que no es muy difícil suponer que alguno de los idiomas prerromanos hispanos resultaran de complicada pronunciación para un latino.
    · Que irrito de manera importante a Octaviano, un ladrón muy cualquiera no parece estar en disposición de irritar tanto a un emperador.
    · Que se presento ante Augusto a cobrar la recompensa que por él ofrecían, lo normal sería pensar que tal encuentro no debió ocurrir muy lejos del teatro de operaciones de el tal Corocotta, o de lo contrario debemos suponer que se coló hasta la cocina de los romanos en Hispania. Por lo que se debería conocer en cuantas ocasiones siendo Octavio ya emperador se encontraba lejos de la Hispania romana, o en situación de que un ladrón se presentara ante él
    · Que algún cognomen de parecida homofonía aparecen documentados en Hispania, incluso en relación con la ciudad que se fundó para dar cobijo a los veteranos de éstas guerras norteñas. No conozco en profundidad la obra del Sr. Ramírez Sádaba, si que constato que al acercarme a ella por temas puntuales no estamos en la misma onda y discrepo de alguno de sus postulados, repito en temas puntuales, pero partiendo de la base que soy un autodidacta no puedo a la primera, ni a la segunda, obviar ni desestimar lo que piensan personas cuya titulación y profesión al menos en principio les avala.
    · La homofonía o similitud con topónimos norteños.
    · Otros argumentos ya expuestos anteriormente, como el de que los romanos le llamaban ladrón a cualquiera que estuviera haciéndoles la puñeta, otros posibles que desconozco, y etc.

    Parece claro que no es mucho lo que se puede extraer del texto de Dion Casio, no se puede decir que éste Corocotta sea cantabro, eso está claro, pero por otro lado a mi parecer tampoco hay ningún argumento para decir lo contrario, por lo que las hipótesis de la Sra. Canto siendo adecuadas no me parecen suficientes. Creo que no se puede menos que dejar la puerta abierta a cualquier posible final de ésta historia.

    Por otro lado romper una lanza en favor de las pobres hienas, consideradas como animales malignos, de aspecto repugnante e incluso cobardes. Estos arquetipos creo que tienen mucho que ver con la perdida de alguno de sus nichos ecológicos, y si las hienas no se han visto demasiado afectadas en por sus condiciones, otros bichos en las mismas apreturascomo los perros salvales "wild dogs" se han visto mucho más afectados a pesar de ser los cazadores más eficaces de la sabana aficana.

    Casi para terminar, considero que muy poco se puede ya aportar a éste foro y debatir por debatir no me parece un buen deporte, algo interesante podriamos encontrar en relación a la etimología y origenes del termino asturiano gochu, en canatabria se suele utilizar el de "chón", ...mejor chones que dan jamones.

    Asterio: creo que no te conozco, pero no estoy seguro, bueno al asunto, considero que cuando uno cree en algo. que no es micaso, se debe defender aquello con uñas y dientes, pero un discurso faltón nunca te ayudara en tal menester, en todo caso un saludo de un colega de profesión.

  14. #14 A.M.Canto 20 de jun. 2005

    La nota 9, y las dos que siguen, también:

    "[9] Wieder Bott a.O. 22; Holder I (1896) 1132 f. verzeichnet den Namen zu Recht als fraglich.
    "Otra vez (ha vuelto sobre ello) sobre ello (esto es, buscar una etimología local) Bott, art.cit., 22. Pero Holder, vol. I (1896), p. 1132 ss., anota con razón este nombre como "dudoso" (o sea, dudosamente céltico, búsqueda de paralelos hispanos que ya había anunciado como "ociosa" al final de la nota 6).

    [10] Soviel ich sehe, ist diese Möglichkeit bisher noch nicht erwogen worden; vgl. damit aber die Bezeichnung "Der Schakal" für einen Berufskiller in einem (auch verfilmten) Roman von Frederick Forsythe ("The Day of the Jackal", 1982).
    "Hasta donde sé, esta posibilidad [que sea un simple mote] no ha sido propuesta hasta ahora; pero compárese con ello el apodo de "El Chacal" para un asesino profesional, en una novela de Frederick Forsythe, llevada también al cine ("El día del Chacal", 1982).

    [11] CIL II 550 = J. Vives, Inscripciones latinas de la España romana (Barcelona 1971) Nr. 2748. Den Zusammenhang mit dem erwähnten Räuber haben bereits die Herausgeber des CIL gesehen. Zur übl(ich)en Gewohnheit, Tier- als Sklavennamen zu verwenden, vgl. bereits J. Baumgart, Die römischen Sklavennamen (Diss. Breslau 1936) 41 f.; I. Kajanto, The Latin Cognomina (Helsinki 1965) 84 ff. weist allerdings insgesamt nur einen relativ geringen Anteil an Sklavennamen nach (4,5 %), doch macht auch er auf den oft peiorativen Charakter solcher Bezeichnungen aufmerksam."
    (11) CIL... (etc.). La relación con el conocido ladrón ya había sido vista por el editor del CIL. Sobre la relativa costumbre de imponer a los esclavos nombres de animales consúltese J. Baumgart, Die römischen Sklavennamen (Diss. Breslau 1936) 41 ss..; I(iro) Kajanto, The Latin Cognomina (Helsinki 1965) 84 ss. testimonia cómo en conjunto es relativamente baja la proporción de casos de esclavos con nombres de animales (un 4,5%), y ya observó también que su causa era el sentido peyorativo que tenían".

    Al final de la nota 18, al citar a Plinio, coincide igualmente en el origen del nombre del animal "korokóttas, krokóttas", comparándolo, como hice también yo, con "crocus (krókos), safran(gelb!)", esto es, el color del azafrán. Y, en otro lugar (nota

    Es muy ilustrativo este ejemplo. Porque, como se observará, para este autor, que no ha leído a Schulten, Corocotta es un ladrón; famoso, pero ladrón, y así entiende su apodo. Y tampoco nada en el texto de Dión le ha sugerido nada sobre su "cantabricidad". Aunque no entra tampoco a fondo en el análisis del texo de Dión Casio, pues le llama "spanischer", ni en el posible origen africano del cerdito; ése será el siguiente pasito en el avance de esta pequeña parcela de la Antigüedad.

    Muy interesante, y nuevo por lo que sé, el paralelo que aporta E. Weber de una "corocotta" en el famoso mosaico nilótico de Palestrina (la antigua Praeneste), que añadiré al artículo dentro de un rato.

    Cuévano, pásese cuando quiera con aportaciones de éstas. Y pídase lo que quiera, que invito.

  15. #15 A.M.Canto 20 de jun. 2005

    Jeromor: A ver, que esto me interesa mucho aclararlo, porque afecta a uno de mis más queridos "leitmotiven": el respeto al "cuique suum" (o sea: "A cada uno, lo suyo"):

    Ud. sí dijo esto, en febrero de este año, a lo que le contesté, viendo que Ud. sugería también un origen en "quercus" (Jeromor 22/02/2005, 12:28:15: "del lat. quercus,'encina', corcota> corocotta, '¿bellotero?'"), esto:

    "Jeromor: Sí, el nombre mismo debe proceder del azafrán, seguramente por el pelaje típico de la hiena." (A.M.Canto 23/02/2005, 8:48:36).

    ¿Y por qué el afirmarlo con cierta seguridad? Porque un año antes (perdón), en febrero de 2004, ya lo había yo planteado, en el foro"Corocotta y Schulten", contestando a Diviciaco, tal que así:

    A.M.Canto (10/02/2004):
    "Además, su nombre tampoco sería autóctono: Krokótas es de origen griego, palabra documentada desde el siglo IV a.C. En época romana, al adaptarla, se le genera la primera o (como en el caso de kroko-dilus).
    Se me ocurre que debe venir de crocum, esto es, el azafrán, y de ropa de este color había telas (como ahora) en India (los lamas), de donde los autores (no sólo Plinio y Casio, también Estrabón y otros) dicen que era originaria la hiena, que tiene también esos tonos como anaranjados.
    Un último recurso sería pensar que nuestro bandolero era pelirrojo... y fiero o cruel como la hiena."
    http://www.celtiberia.net/verrespuesta.asp?idp=3349, donde lo puede Ud. comprobar.

    Así que no se preocupe, Jeromor, que, si dije que lo dije, es porque lo dije ;-). De todos modos, seguro que a alguien que aún no sepamos (y antes que al austríaco que ha surgido ahora) se le pudo ocurrir antes, porque la verdad es que la relación entre el color del crocus y el de la corocotta no es tan difícil de asociar; no le doy mucho más mérito, tampoco para mí misma, por supuesto, aunque sí la precedencia aquí, si me lo permite.

  16. #16 jeromor 20 de jun. 2005

    Es verdad, lo siento, no me acordaba del otro foro anterior. Si alguien se lee ambos foros se encontrará verdaderos artículos colectivos, en los que cada uno da datos que otros aprovechan para ir avanzando.
    Del tema queda haciendo un resumen que corocotta es el nombre de la hiena o animal híbrido africano o hindú, que el animalario mítico antiguo hacía imitar la voz humana (similiter voces imitantem hominum pecorumque.Diviciaco 10/023/2004) y de allí seguramente procede el nombre del cerdito, M. Gruño Corocotta, que puede hablar.
    En cuanto al " bandido en Hispania" no hay que olvidar que existen aquí paralelos, puestos de manifiesto por Gausón (07/02/2004) "la raíz Coroc-, que se encuentra en los nombres Coruc-us, Coroc-aucus, en Lusitania, donde existe también Corocuta (CIL., II, 550), que viene a ser lo mismo que corocotta". Es posible que en el nombre del bandido, quizás de origen céltico, Dión Casio quiso ver el de un ladrón con apodo tan esclarecedor como el Hiena, o es posible que los propios romanos, quizás modificando ligeramente su nombre, le llamaran así.

  17. #17 Asterio 23 de jun. 2005

    Esto ya es otra cosa muy distinta.

    No voy a cuestionar lo expuesto, tan solo voy a aportar una serie de datos para que todo ello se valore en lo que yo considero su justa medida.
    En definitiva, se viene afirmando que el Corocotta citado por Dión era un ladrón africano por los siguientes motivos:

    1-Su nombre es el mismo que el de un animal africano y, además, se documenta un antropónimo igual en el norte de Africa y en el cognomen de un cerdito citado en un testamento de humor surrealista.

    2-Dión dice expresamente que se trataba de un ladrón (lestés).

    3-Del hecho de que Dión diga que era un “Ladrón muy poderoso que floreció en Iberia” se puede deducir que no era íbero.

    Ante lo cual me gustaría matizar:

    1.1-Los nombres citados por la fuentes históricas correspondientes a personajes de otros pueblos o etnias muchas veces suelen tratarse de adaptaciones fonéticas más o menos aproximadas a la lengua del historiador que sirve de fuente. Amílcar, que a veces es citado más correctamente como Admicar, procede del púnico bdmlqrt. Aníbal, Asdrúbal... son aproximaciones latinas a términos púnicos. Ciertamente, ninguno de sus paisanos les llamaba de esa forma. Evidentemente, la lengua celtibérica y la latina son mucho más parecidas ente sí que ésta última con el púnico, pero tampoco se puede tomar un nombre referido por un historiador grecolatino como un dato incuestionable.

    1.2-Muchas veces se dan corrupciones en los textos, a causa de las sucesivas copias de los códices medievales, y éstos se han transformado, o se dan distintas versiones según el códice. Centrándonos en las Guerras Cántabras, un castro nos es citado, dependiendo de la versión, como Bergida, Bélgica o Áttica, siendo además identificado posteriormente con Vellica. Evidentemente, solo uno de esos nombres es el auténtico.

    1.3- Todos los investigadores que consideran al Corocotta de Dión como hispano, creen que existe una homofonía entre un nombre indígena, de tipo céltico, y el del animal africano. Es decir, que son dos nombres “que suenan parecido” pero con dos orígenes etimológicos distintos, siendo dicha semejanza puramente casual.

    Como conclusión a esto, se puede decir que el usar el hecho de que el nombre de la hiena sea un “nombre africano” para demostrar que el Corocotta de Dión también lo era, no sirve para rebatir lo comúnmente asumido. Evidentemente, el nombre de la hiena no puede ser de origen celta pues se trata de un animal que no se da en Europa. No hace falta aludir a que se documenta antes como término zoológico en Grecia: es de puro sentido común. Asimismo, por los motivos anteriormente expuestos, afirmar que el nombre Corocuta no es exactamente igual que Corocotta dista mucho de ser un argumento de peso.
    Tal vez en la trascripción medieval, o el mismo Dión al tomar los datos de sus fuentes, consideraron que un nombre como, por ejemplo, Caracutios, debía ser, en realidad, Corocotta, pues éste nombre era más conocido.

    2- Respecto a lo del término “ladrón”, creo que ya está de sobra dicho. Los autores grecolatinos citan de esta forma a todos los líderes militares indígenas, en un intento de desacreditarlos. Sin embargo, las fuentes son generalmente breves y nos hablan tan sólo de los hechos más destacados, por lo que se asume que no van a perder el tiempo en hablar de un líder de una pequeña banda de ladrones. De hecho, no conozco ningún historiador clásico que cite un “ladrón” que realmente lo sea, a no ser que entre en gran cantidad de detalles. ¿Qué importancia política puede tener la existencia de un mero grupo de forajidos como para merecer ser citada?.
    Además, en el caso de Corocotta dionisiano, ésta circunstancia se ve reforzada por el hecho de la elevada suma que se ofrece por su vida.

    Dión Casio es un historiador claramente pro-augústeo y seguramente sus fuentes también lo fueron, ya sea Tito Livio (contemporáneo del Imperator y parte de su instrumento de propaganda) como la propia autobiografía de Augusto. Leyendo, respectivamente, los libros conservados del Ab Urbe Condita y el Res Gestae, se puede saber que la idea a transmitir era clara: el imperator no hizo más que consolidar la conquista de Hispania, pacificándola y trayendo la paz y la prosperidad. Sólo unos forajidos y malhechores pudieron oponerse a tan noble causa.

    Afirma que porque Dión llama a Corocotta ladrón éste tenga que serlo, es como decir que Pelayo fue un “asno salvaje” tan sólo porque lo dice el cronista musulmán Al-Makkari. O como decir que Almanzor realizaba rituales paganos demoníacos, tan sólo porque así lo dicen algunas crónicas cristianas. Es negar la existencia de algo llamado etnocentrismo y la necesidad que tiene todo personaje histórico, sociedad o sector ideológico de justificar sus actos, deslegitimizando a los demás.
    En definitiva: no se puede ser objetivo haciendo una lectura literal de unas fuentes que de por sí son subjetivas. La objetividad viene de analizar el contexto y de adoptar una postura crítica ante lo que se nos dice.

    3-Respecto al tema de “ladrón muy poderosos en Iberia”, creo que el 99 por ciento de la gente que lo lea asume que ese “ladrón en Iberia” sería íbero, pues, de lo contrario, Dión lo hubiera citado expresamente. Y la mejor prueba de ello es que la inmensa mayoría de los autores lo consideran de esta forma. Afirmar lo contrario es forzar las fuentes, buscando una ambigüedad donde no tiene por qué haberla, de forma interesada, con el objeto de tratar de dar respaldo a unas ideas preconcebidas.
    Los pueblos prerromanos se encontraban en un relativo estado de incomunicación que hacía no era frecuente que un ibero se encontrase fuera de Iberia o un africano fuera de Africa. Y mucho menos que fuera “muy poderoso” fuera de su tierra.

    Y, por último, una consideración metodológica. Los defensores de la cantabricidad de Corocotta han adscrito a éste personaje en un contexto geográfico (Cantabria) y cronológico (27-26 a.C.) muy determinado, por las razones que he citado en otras ocasiones (13/06/2005 18:10:43), de forma tal vez más o menos respaldada con datos, pero siempre dentro de un marco lógico de unos acontecimientos históricos conocidos y gracias a una lógica deductiva. Sin embargo, la teoría de la africanidad de este personaje se basan en argumentos puramente filológicos. Se ha construido una historia en base a un nombre, que, no solo se encuentra en un limbo ajeno a cualquier respaldo en las fuentes históricas, sino que vulnera el más elemental sentido común. No existe la más mínima constancia de incursiones ultramarinas norteafricanas en Iberia, dedicadas al latrocinio. Si existiese esa inseguridad, habría algunas guarniciones costeras y no se hubiese creado la provincia Bética como senatorial. Tampoco se sabe dónde o cuando ocurrió ese pasaje... ¿debemos creer que en la civilizada Tarraco?.

    Coincido plenamente en lo expuesto por Jeromor. Efectivamente, gracias a las sucesivas aportaciones, habéis conseguido dilucidar muchas cuestiones: el origen del término corocotta para designar a una hiena, el porqué se usa ese cognomen para un cerdito hablador...etc. Sin embargo, no se ha conseguido establecer ninguna conexión entre la hiena y el “ladrón en Iberia” (tampoco digo que lo pretendieses).

    Realmente, lo siento mucho, pero la idea me sigue pareciendo disparatada. No se puede establecer ningún argumento, tal y como se ha hecho, en base a que el cerdito M. Grunnius Corocotta “era de Thebeste”. Por Dios... ni “era” ni “pudo ser”: se trata de un personaje literario que jamás existió. No se puede tratar de usar una biografía ficticia de un cerdito parlanchín como la de un personaje de carne y hueso. Y, en todo, caso, esto establecería una relación entre él y la hiena, pero no sirve de nada para saber de dónde era el personaje citado por Dión.

    J. R. R. Tolkien era un lingüista al que le gustaba inventarse lenguas y nombres. Más tarde, según el mismo reconoció, creó una serie de historias en las que poder utilizar sus invenciones. En cierto sentido, lo que aquí se debate es lo similar: a partir de un nombre se quieren establecer unos supuestos hechos históricos que no poseen el más mínimo respaldo documental. Y ni tan siquiera se encuentran contextualizados históricamente. No existe ninguna prueba que sugiera que hubo incursiones de latrocinio norteafricanas en Hispania, a no ser que así consideremos a la conquista púnica. Y, de hecho, postular su existencia en el principado de Augusto consiste un sinsentido. Si embargo, aquí se hace porque una vocal en un nombre se presenta abierta y no cerrada. Entiendo que una persona que es epigrafista tenga la tendencia a abordar el tema desde su disciplina, pero esto me parece exagerado.

  18. #18 Asterio 27 de jun. 2005

    Mire, señora Canto:

    Como verá por la hora que envío este mensaje, al igual que con la paciencia, estoy sacando tiempo de donde no lo tengo para contestar a sus mensajes.

    Paulo Orosio (libro V, 4) nos habla de Viriato: “De un tal Viriato, bandolero hispano de estirpe lusitana (...) Durante el consulado de los mismos personajes, Viriato, de origen lusitano, pastor y bandolero, aterrorizó en Hispania a todos los romanos”
    (Ed. Gredos; traducción Eustaquio Sánchez Salor)

    Por su parte, ciertamente Apiano también lo llama dux... o mejor dicho “dux latronum”.
    http://es.geocities.com/orgenomescos/articulos/apiano3.htm

    De todas formas, no tengo ni tiempo ni ganas para buscar más ejemplos. Es algo tan asumido que creo que no merece la pena.

    Respecto a la “importancia” de Corocotta... me parece que la que no se entera es usted. La prueba de ello es que he tenido que escribirle cinco veces consecutivas que yo no he dicho nunca que Corocotta sea un héroe, la anteúltima vez en mayúsculas y la última de igual forma y repetida doce veces y, aún así, ya veo que no lo ha comprendido. Lo que he dicho es que Dión, que, como sabe, escribió casi dos siglos después de la anécdota de marras, lógicamente debió de usar alguna otra fuente para escribir su obra. Y que en esa fuente debió citar al personaje en cuestión a causa de su importancia. Y que esta idea la refuerza precisamente la cantidad de la recompensa, algo increíble si se trataba, como usted afirma, del jefe de una “banda” de forajidos.

    Por último, decirla que yo no deseo que me de la razón en nada. Con mis escritos pretendo que la gente que lea este foro pueda tener una fuente de información más contrastada y honesta que usted, que se ha caracterizado el hacer uso de un extraordinario subjetivismo demagógico.

    Usted ha escrito este artículo con el objeto de hacer frente a un “tópico nacionalista sin base histórica” que supuestamente se daba en una novela, que no es otro que supuestamente Corocotta se trataría de un héroe pues tuvo el valor suficiente como para ir a cobrar su propia recompensa. El hecho de que se haya dado la extraordinaria circunstancia de que el mismo autor de la novela leyera esto y señalara que él no pretendía crear ningún tópico nacionalista no sirvió de nada para hacerla cambiar de parecer. Más tarde, me ha identificado como un defensor de esa idea, aunque le he dejado claro que no soy nacionalista y que, en cinco ocasiones, he afirmado que no considero que Corocotta fuera un héroe. Aun así, ha asegurado que esa idea parte de Schulten, cuando el hispanista jamás le describió en esos términos, pues tan solo dijo de él que “se rindió”. Por último, gracias a la extraordinaria paciencia y generosidad del señor Lorenzo, le ha llegado a casa un ejemplar de la novela en la que ha podido constatar que él ha escrito que Corocotta se rinde ante Augusto. Durante todo este tiempo ha estado hablando de una novela que no había leído con el absoluto convencimiento de que en ella había algo que en realidad no hay. Y eso que en tres ocasiones le he dicho que, al no haberla leído, la estaba juzgando injustamente. Y, aún así, ha hablado con una rotundidad, convencimiento y arrogancia mayúscula, formulada desde la más absoluta ignorancia.

    ¿Qué quiere que le diga, señora?. Si piensa que, tras ver este penoso espectáculo, albergo la más mínima esperanza de que razone, se equivoca completamente. Es lo malo de tener los huevos cuadrados: que no reconoce nada de lo que se le dice ni aunque la degüellen.

    Pero haga lo que quiera y siga con su artículo. Usted, a lo suyo, asegurando que ha demostrado lo indemostrable. Pero no se queje del “ninguneo” de sus colegas cuando nadie le haga caso.

    “Eppur si muove”.

  19. #19 A.M.Canto 13 de feb. 2006

    Le puse el link para que lo leyera personalmente, pero con gusto le repito el título para que no quede duda de qué materia trataba el Sr. Glez. Echegaray: "Las guerras cántabras en las fuentes". Es más, en todo el volumen ningún otro autor cita tampoco a Corocotta. El libro se tituló, muy sugestivamente, Las guerras cántabras. Así que en principio hubiera parecido pertinente que el único "héroe" de nombre conocido en ellas apareciera por algún sitio. Pero, es más, por si no lo ha comprobado (que sospecho que sí), el Sr. González Echegaray claro que habla de Dión Casio, y precisamente omite el libro 56 para las guerras cántabras. Le copio lo que él dice en pp. 148 y 150:

    "...El otro historiador es el griego Dión Casio, que un siglo después publica su obra Historia Romana, de más vuelos y amplitud que el autor del epítome. Y es interesante consignar que los eventos de nuestra guerra ocupan un lugar bastante amplio en ambas obras, como corresponde a la importancia real de los acontecimientos narrados y a la extensión que debieron tener en su fuente de origen. En Floro la guerra aparece en el libro XII de su obra, dedicado a
    las numerosas contiendas contra los bárbaros en los tiempos de Augusto, y allí ocupa casi una cuarta parte de la extensión de este libro. En Dión las narraciones se encuentran dispersas en los libros 53 y 54 y, aunque no adquieren las proporciones que. en la obra de Floro, tienen una extensión relativamente amplia, comparadas con el lugar que ocupan otras contiendas similares de la época. Parece ser que, aunque Dión manejó a Livio, se sirvió también en el tema de Cantabria de otras fuentes para nosotros desconocidas ..."

    Como Ud. recordará bien, la cita en cuestión es Dión Casio 56, 43, 3. De forma que podríamos concluir tranquilamente que el autor, aunque en momento anterior pensara lo que Ud. dice, parece que en 1999 ya no lo pensaba, o al menos que no consideró la anécdota de Corocotta en el marco de las guerras cántabras.

    En cuanto a la necesidad de que algún otro historiador anterior tenga que haber "respaldado" una hipótesis posterior para que sea válida, resulta una exigencia un poco paradójica. Normalmente es algo que, si ocurre, es a posteriori. Porque, si alguien hubiera dicho ya lo que yo sostengo al respecto, no estaríamos hablando de mi hipótesis, sino de la de otro, ¿no le parece? En todo caso, sí hay al menos una confirmación o coincidencia en el aspecto del análisis del nombre como un apodo propio de un ladrón ("la Hiena", "el Chacal"), de un autor alemán, en un estudio aportado por Cuévano el 20/06/2005, 15:01:23, y comentado por mí en el mensaje de 20/06/2005, 15:48:12 y siguiente. Pero, como le digo, la cosa no es indispensable, en ciencia las hipótesis se aceptan o no después de formuladas, no antes. Saludos.

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